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Desde Galias


César Musalem Jop.

 

GOBERNACION Y GOBERNABILIDAD MUNICIPALES EN MEXICO · EL CASO PUEBLA III

En las dos entregas anteriores, he destacado jurídicamente los haceres de los ministros del interior llamados en México secretarios de gobernación.  También he comparado al regidor y a la comisión de gobernación municipales toda vez que sus facultades son idénticas, aunque menores con los secretarios mencionados.

 

Jurídicamente están precisadas las funciones de las tres gobernaciones.  Pero esto solo se refiere a la enumeración de los actos administrativos que por norma deben ejecutar.  Pero aquí no termina la gobernación si no que va más allá de lo transcrito hasta llegar a ser un cuerpo meta-institucional que se encarga de multirelacionarse con los otros poderes del sistema y aún más: actuar como árbitro y amigable componedor de parte de los ejecutivos federal, estatales y alcaldes, en todos y cada uno de los ejercicios de los derechos constitucionales que los mexicanos ejercen diariamente: marchas, uso de la mass-media, asedio a edificios gubernamentales y lo más socorrido en un país federalista que actúa centralizadamente: el cierre de calles y avenidas en México, D.F. capital de la república.  Sin dejar de lado la administración gerencial que obliga a los secretarios de gobernación a lidiar con las cúpulas del capital transnacional, nacional, y local; así mismo concertar con los jerarcas de las iglesias existentes, al igual con las cúpulas partidarias y las organizaciones de todo tipo sin abandonar el gran tema de la Seguridad Nacional atendiendo lo mismo a guerrilleros que a fuerzas externas, tendientes a disminuir el poder fáctico del gobierno nacional.

 

En nuestra organización nacional mexicana tenemos que tomar en cuenta la existencia de otros poderes diferentes al administrativo-gubernamental.  Estos existen en todas las sociedades capitalistas sean atrasadas como la nuestra o post-industrializadas. Veamos algunas responsabilidades de ellos.


P.1.- Los representantes de las cúpulas política- partidarias tienen algunas obligaciones fácilmente localizadas:


C.P.1.- Conservarse dentro de sus propios partidos como ejes conductores, sin determinar los equilibrios existentes dentro de la misma institución a la cual dirigen.


C.P.2.- Usar a las estructuras administrativas y bases partidarias para ganar los procesos electorales en los cuales participan.


C.P.3.- Una vez logrado el poder administrativo realizar un buen ejercicio gubernamental para reproducir el modelo mediante la ratificación electoral en procesos subsecuentes.


Los líderes religiosos por su naturaleza deben prestar a su comunidad actividades nacidas de sus objetivos iniciáticos:


L.R.1.- Mantenerlas unidas en todo momento.


L.R.2.- Disciplinarlas hacia sus cuerpos interiores de organización.


L.R.3.- Procurar su crecimiento, desarrollo y penetración de sus ideas hacia la sociedad total donde pertenecen sin fundamentalismo alguno.


P.2.- El ejercicio de la actividad capitalista conlleva a que sus más altos representantes busquen permanentemente desde la época del Imperio Romano:


A.C.1.- Reproducir el capital con la mayor comodidad posible, dentro del menor espacio cronológico y con los más altos rendimientos.


A.C.2.- Evitar la intromisión, y llegado el caso hasta la presencia de cualquier gobierno de cualquier tipo que inhiba, regule o norme sus objetivos reproductores.


P.3.- La definición de lumpen proletariat se aplica exclusivamente al vendedor de fuerza de trabajo que genera plusvalía.  Bajo esta tesis la existencia del poder obrero no está sujeta a discusión y prueba de ello es la dignidad con la cual son tratados por el apparat del gobierno federal, los gobernadores y los altos funcionarios en toda nuestra Patria.


El ser de la existencia de sus líderes (que no representantes) se concreta:


P.O.1.- Lograr el máximo de conquistas contractuales.


P.O.2.- Contribuir al desarrollo productivo en todas las áreas económicas donde existan trabajadores - vendedores de fuerza de trabajo.


P.O.3.- Desarrollar los valores personales, familiares, grupales y de clase de los obreros mexicanos.


P.4.- Las luchas más importantes de México desde sus orígenes ha sido la lucha por la propiedad y posesión de la tierra.  Primero contra la iglesia judeo occidental cristiana católica apostólica y romana.  Después contra los grandes terratenientes.  De ahí que el poder agrario aunque desfallecido por las malas políticas de producción agrícola, agropecuaria, agroindustrial y de acuacultura de aguas oceánicas y de aguas interiores siga precariamente siendo capaz de movilizar a millones de campesinos ahora desprotegidos por la inversión federal e indefensos ante la producción internacional donde se subsidia a la producción de alimentos.  Encontramos entre sus objetivos actuales:


1.- Evitar la desmovilización de las organizaciones existentes.


2.- Asediar con la masa organizada a las dependencias federales del caso para lograr inversiones para el campo.

3.- Procurar que la autoridad proteja a todas las modalidades de propiedad existentes en México: privada, ejidal, comunal, pública y social.

Los medios de comunicación masiva han invadido todos y cada uno de los hogares mexicanos.  No hay ningún habitante que no se encuentre cercado o penetrado por la T.V., la radio, la prensa escrita, el internet, o los rumores generados aviesamente por algún cuerpo mediático irresponsable o muy responsable en la defensa de sus intereses gremiales.

En estos momentos la mass-media induce al protagonismo político, jurídico, religioso, económico o cultural.  La penetración del discurso mediático estadounidense ya llegó y parece que para quedarse por siempre.

Los tribunales está acotados por conductores que juzgan y sentencian a discreción los actos ciudadanos y gubernamentales.

Erosionan la vida de cualquier ser humano al que citen alevosamente y entronizan ideas y sujetos que de no ser por ellos estarían en los últimos estamentos sociales por su falta de preparación profesional, por su carencia de valores, o por sus actitudes primitivas, autárquicas o anacrónicas.

En estos días (octubre del 2004) el poder legislativo - cámara federal de representantes y senadores de la república - parecen estar decididos a poner coto a las conductas enunciadas anteriormente, pero por lo pronto ante la ausencia de una legislación para cuerpos mediáticos de primer mundo, se despachan con la cuchara grande mediante las siguientes acciones:

1.- Usufructúan casi monopólicamente cine, radio, y T.V.

2.- Un duopolio es propietario de la verdad mediática y se organiza para impedir la llegada de nuevos miembros al club.

3.- Sus ganancias son obtenidas considerablemente de los procesos electorales en todas las elecciones -en Puebla un debate entre candidatos a la gubernatura costará sesenta mil dólares.

A los poderes enunciados agreguémosle las actitudes de los grupos de presión, las posturas conservadoras o progresistas de diversas organizaciones no gubernamentales, las opiniones del capital internacional y nacional, la escasa opinión pública, el gran ascendiente de prestigiados académicos, pensadores y publicistas, y la normatividad nacida de un Estado de Derecho y con esta mezcla en suspensión tendremos al sistema nacional de organización mexicana.

La gobernación se ejerce como un elemento más en la ingeniería de organización social nacional existente.  Podemos criticar que el sistema mexicano es antidemocrático, que está en un proceso de transición y que el nuevo aún no llega pero es el caso que el actual se ejerce a plenitud y hasta ahora no vislumbramos como pueda ser el porvenir.

Pero seguramente tendrá que contemplar la hasta  ahora - no bien vista, ni mucho menos aceptada - participación ciudadana y vecinal, consignada constitucionalmente en el art. 115 de la Carta Magna. También el nuevo modelo de organización social pre-diseñado, o redi-señado admitirá como herramienta sustentadora del desarrollo social el impulso nacido de la generación de oportunidades bajo la equidad entre géneros. Y sin duda alguna esperemos que los agrupamientos ciudadanos catalogados como organismos no gubernamentales sean auténticas instituciones de solidaridad y filantropía ajenas a la caridad impulsores de la democracia con gobernabilidad.

Esta nace y existe en las sociedades capitalistas atrasados como la nuestra, de una mezcla o conjunción de: poderes diversos como los enunciados más otros no tan específicos; con intereses antagónicos en equilibrio; o estabilidad económica en la mayoría de la población y con la existencia de instituciones más o menos respetadas, aceptadas e incluso con autoridad moral dudosa.

Si en las calles, playas, o zócalos hay plantones (ciudadanos sin moverse por horas, días, semanas, meses o años 7); si desfilan los batallones de inconformes ante los palacios de gobierno o edificios que albergan a las cúpulas religiosas; si al marchar gritan insultos o exigen justicia; sí en los correos postales o electrónicos corren notas sobre sobornos, negocios de funcionarios, corrupción, ineficiencia, ineficacia, improductividad, anacronismo administrativo; si los altos funcionarios son increpados personalmente, jalonados por míseras mujeres o coreados como inhumanos por escolares; si la “mass-media” los critica acerbamente desde sus tribunas, la paz social sigue viva.  Lo aquí descrito no es más que lo propio de una sociedad auto-construyéndose diariamente en forma permanente a través de lustros, décadas, y siglos. El curriculum de nuestro actual sistema abarca desde el 5 de febrero de 1917, cuando el grupo triunfador encabezado por diversos “señores de la guerra civil”, iniciada en 1910 culminó con la creación de nuevas instituciones. Estas emergieron como respuesta histórica a las demandas de la mayoría poblacional, y fueron consolidándose a través de la existencia de la paz social exaltada por las circunstancias de diversos tiempos.

 

La gobernación se ejerció desde esos días en forma vertical y autoritaria, ante un pueblo casi totalmente analfabeto, sin capitalistas locales, incomunicado, carente de profesionistas de todos los tipos y sin grupos sociales utilitarios o emergentes.

 

 

7 En el D.F., han existido cuatro-cinco plantones de más de cinco años, fueron desalojados por actos represivos y mayoritariamente, no conocían el motivo, del plantón o lo habían olvidado.

 

 

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