Desde las Galias


César Musalem Jop


PEMEX
LO DE SENTIDO COMUN


1.- El petróleo mexicano antes de 1938 era extraído por las empresas capitalistas extranjeras. Por actos de rebeldía contra un cobro ligeramente superior al que pagaban a la hacienda nacional, dieron pie a que el gobierno mexicano en la euforia nacionalista que recorría el mundo entero se atreviera y se atrevió a expropiar el capital invertido por las empresas de aquellos días en maquinaria e infraestructura.


Todas las instalaciones, toda la obra de infraestructura, cualquier elemento técnico propiedad de los extranjeros fue pagado según lo pactado. 


2.- Hoy en el 2008 de toda la recaudación económica nacional proveniente de impuestos, derechos, servicios, concesiones y una que otra venta de alguna empresa estatal, PEMEX aporta el cuarenta por ciento.  Es tan importante este monto que los diputados federales riñen, discuten y polemizan entre el principio de realidad y la especulación sobre el precio del petróleo del año venidero.


Toda vez que un presupuesto de egresos donde se hipotetizó que estaría a cuarenta dólares el barril, este llegó en el sexenio pasado a mas del doble, ocasionando un derroche criminal contra toda la población nacional, pues fue aplicado el excedente al gasto corriente del gobierno federal.


3.- Para cimentar la gravedad de esta bestial infamia propiciada por la burocracia dorada de corte federal, le recuerdo que en los primeros meses del gobierno del actual presidente, este emitió una circular donde ordenaba reducir el diez por ciento de honorarios, salarios y gastos, y la prensa editada en el D.F., cuantificó lo ahorrado en veintiocho mil millones de pesos mexicanos. 


4.- Si tuviésemos gobiernos de estricto corte empresarial, honestos y honrados, como a cada instante la locura derechista nos vende la idea con promocionales esencialmente televisivos y radiofónicos (pagados por nuestros impuestos y por los aportados por PEMEX), los ingresos excedentes provenientes del sobreprecio del petróleo del sexenio pasado, hubieran sido suficientes para atenuar la sangría anual que pagamos como tributo al FOBA PROA y la correspondiente a la deuda externa, en otra alternativa: los hubiésemos canalizado al millón de universitarios-politécnicos-todos jóvenes con carrera terminada y sin ningún presente y menos futuro; o a la producción agrícola, o ganadera o de acua-cultura, o micro-industrial.


5.- Visto que la visión neoliberal no tiene ningún alcance, que no sea el disfrute de la riqueza petrolera para unos cuantos miles de burócratas federales casi todos recién llegados a esa administración, y a otros escasamente cientos de capitalistas incompetentes e ineptos en sus negocios privados; es válido asomarse al otro lado de la barda.


6.- ¿Qué encontramos del otro lado? en primer lugar a un sindicato cuyos logros multi-millonarios de sus líderes de todos y cada uno de los niveles, hacen que palidezcan las conductas patrimonializadoras de otros sindicatos en el mundo entero.


7.- Una plantilla de trabajadores ¿de confianza? que rebasa la cantidad de veinticinco mil personas, entre las cuales ni el cinco por ciento llenaría el perfil necesario para obtener los brutalmente altos honorarios ahí fijados, y con el agregado de la corrupción que se dá para obtener todos y cada uno de todos y cada uno de los contratos de obras técnicas, compra de maquinaria y compras de todos los tipos incluyendo la papelería de oficinas, o la reparación de los vehículos pertenecientes a la empresa.


8.- En alguna ocasión, el doctor Henry Kissinger fue increpado por un alto funcionario del Departamento de Estado, diciendo que el tirano Anastacio Somoza Debayle, era un “son a bitch” y contestó el hombre que había dirigido la caída de Salvador Allende: “Yes sr, bet is our son a bitch”.


9.- El sindicato petrolero, la plantilla de trabajadores de confianza y de honorarios, los asesores y la corrupción entera, un gobierno honesto, competente y de corte gerencial lo resolvería en una generación, ¿pero cuándo recuperaríamos la riqueza que ahora un grupo pretende obsequiar a extranjeros ávidos de reproducir su capital al mas bajo costo? no la recuperaríamos ni ganando una guerra civil que acabaría con México.

 



 
 

 

 
Todos los Columnistas