|
Inteligencia Financiera
Guillermo Barba
19/03/2010
¿Y QUIÉN SÍ LE APLAUDE A MÉXICO?
En enero abordamos en el artículo “Dólar vs. Euro ¿quién para campeón?”, que se esperaba un fortalecimiento del primero frente al segundo (que acumula ya una caída de 4.48 por ciento este año), durante los meses siguientes, y que revertiría de esta forma la caída que tuvo en 2009. Eso ha ocurrido hasta el momento. El primer round de 2010 ha sido para el billete verde. Conviene recordar también el tema de los PIIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España), de los cuales Grecia, ha sido el primero en dar de que hablar, frente a las preocupaciones que existen de que no pueda hacer frente a su gran deuda por su escasez de recursos. ¿Bola de cristal o sentido común?
A propósito de procesos como estos, es frecuente que los mercados, dentro de sus tendencias mayores de alza o baja, sufran correcciones a manera de rebote. Si todo lo que sube abruptamente tiene que bajar, todo lo que cae del mismo modo tiende a subir. Así lo confirman una vez más ambas divisas. Pero, ¿está acaso en peligro la supervivencia del euro? No lo creo. El país Helénico representa, aproximadamente, el 3 por ciento del PIB de esa Unión Monetaria, y su impacto es más por el lado de la confianza. En fin, ya le llegará nuevamente su turno al euro.
Sin embargo, en otro frente de batalla, sucede que un retador de división menor como el peso mexicano, a su vez ha hecho retroceder a la moneda yanqui. Es más, a la fecha, es la divisa emergente más revaluada. El punto es, en esta misma dinámica típica del mercado ¿podría rebotar el dólar? Y de ocurrir ¿qué tan fuerte y repentino podría ser? Nadie puede predecirlo con certeza, pero a juzgar por el comportamiento natural del mercado, más vale estar preparados para que un posible ajuste no nos tomara por sorpresa.
De fondo, la realidad es que México no está buscando con apremio resolver sus problemas estructurales, como la dependencia con Estados Unidos. No parece sostenible la aparente fortaleza del peso, sobre todo en una economía tan frágil como la nuestra. ¿Por qué será entonces que, a pesar de los pobres resultados obtenidos, hay alguien que sí aplaude nuestra gestión de la crisis?
El pasado martes, en un comunicado conjunto de la Secretaría de Hacienda y Banco de México, dieron a conocer un resumen de los resultados de la valuación del Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI), sobre la economía mexicana en 2009. En él, destacan cómo los funcionarios de ese organismo “Felicitaron a las autoridades por los sólidos marcos de política económica del país y por el avance logrado en el fortalecimiento de los balances de los sectores público y privado, que permitieron una respuesta de política contracíclica efectiva y ayudaron a preservar la estabilidad durante la crisis.”
Quizás a esos ejecutivos se les pasó salir a la calle y preguntar a los ciudadanos si “estabilidad”, recesión y desempleo los ven como sinónimos. O tal vez sea que el FMI es renuente a hablar mal de un buen cliente. Quién sabe. Pero coincidentemente la semana pasada, nuestro país renovó con él su línea de crédito disponible por 48 mil millones de dólares, por la que, la utilicemos o no, se debe pagar una tarifa compromiso. Es decir, nos costará a los contribuyentes varios cientos de millones de dólares. Para explicarlo llanamente, es como la comisión anual que cobran los bancos por una tarjeta de crédito, aunque no se use.
Por eso, mientras hay quien alaba el buen manejo de nuestra economía, es tu elección escuchar a quienes pregonan que lo peor ya pasó, o tomar acciones preventivas por los que opinamos que, para que las cosas mejoren, faltan todavía muchos desbalances por corregir. Hasta el próximo viernes.
|
|