La Manzana


Irma Sánchez

13/07/2010

Perdiendo se gana


¡Como siempre!


El mejor mensaje que ha escuchado Mario Montero Serrano después de las elecciones del pasado 4 de julio, que lo dejaron fuera del camino hacia el Charlie Hall, es el que, ante un grupo de amigos, le pronunció su padre, el maestro de generaciones de periodistas, Enrique Montero Ponce, quien le recordó:


—A veces perdiendo se gana, y a veces ganando se pierde.


El asunto es que Mario Montero de siempre ha pisado tierra y tiene claro el panorama al que se enfrenta en cualquier escenario.


En su vida política en este sexenio ha vivido tantas cosas, desde la pérdida de su esposa Paty Rossano en el espantoso helicopterazo del 10 de enero de 2008, que enlutó a ocho familias.


El juego difícil de la política es que un día le da la certeza de que “es el candidato”, y al otro de que “no es el candidato”, después de un largo camino, por fin, un día amanece como candidato del PRI y el Verde Ecologista.


Pero tres meses después, Mario Montero sufre en bloque la derrota “de los 8”, orquestada por una sociedad que demostró que piensa, que tiene filias y fobias, y que ya se decidió a hacerse escuchar por medio del voto.


La “derrota de los 8”; los seis candidatos a diputados locales, él como candidato a alcalde y el candidato a gobernador.


Revés muy difícil de superar, pero que pone a prueba la formación, la calidad humana y la herencia más rica de sus padres: la educación.


Mario Montero, el mismo domingo salió a reconocer que las cifras no lo favorecían. Horas más tarde notificó que mantendría abiertas sus oficinas de campaña para darle seguimiento a miles de gestiones acumuladas a lo largo de la campaña.


Y todavía más, puso a disposición de su contrincante ganador, su plan y propuesta presentada al electorado.


Mario Montero, ya de regreso a su notaría, fue objeto de un reconocimiento por parte de un grupo de amigos, familiares y colaboradores convocados por su cuñado, el abogado Miguel Ángel Chávez, y su hermana, la notaria María Amparo Montero Serrano, quienes reunieron a los amigos de Mario.


Ahí, su padre le recordó el más preciso apotegma, le dijo: “Mario, recuerda que a veces perdiendo se gana y otras, ganando se pierde”.


Frase que fue rubricada con los aplausos de los 50 asistentes que llegaron a abrazar a Mario y recordarle que su vida ha sido de lucha.


Felicidades y a imprimirle su sello personal de entusiasmo y exitoso a sus empresas, porque la vida hoy ahí lo ubica, y desde ahí él tiene mucho que dar y recibir, comenzando por las bendiciones de sus padres y sus dos hijos.

 

Réquiem

 

Un abrazo al amigo, al subsecretario de Gobernación, Joé Hernández Corona, por la irreparable pérdida de su señora madre, la señora Sara Corona Galindo, que hoy será sepultada en Santa Isabel Tlatlacuautla, Tlaxcala.

 

Por la salud

 

Gracias a los buenos oficios y por la proximidad de Jorge Arroyo García, actual subsecretario de Finanzas, con el presidente de la fundación Gonzalo Río, el poblano Ignacio Morales Lechuga, que está por hacer llegar al Hospital General de Puebla un equipo de tecnología de punta para ofrecer el servicio de hemodinamia, para el que se tuvieron que realizar instalaciones especiales, con el firme propósito de acabar con las cirugías a corazón abierto.


El equipo tiene un costo de 20 millones de pesos y fue aprobado también por el consejo de patronos de la fundación Gonzalo Río, el doctor y general Rafael Moreno Valle, y el contador Rafael Moreno Valle Suárez, abuelo y padre del gobernador electo Rafael Moreno Valle Rosas, respectivamente.


En esta partida, la fundación autorizó también la compra de dos ambulancias para el hospital general de Atlixco y equipo tecnológico por 6 millones de pesos. La adquisición e instalación de una tina de hidromasaje para el hospital de Huauchinango con valor de 3 millones de pesos.

 

Se lucha por ofrecerle a la población el mismo servicio de calidad y con la tecnología de punta que manejan las instituciones más importantes del país y de la región.

 



 
 

 

 
Todos los Columnistas