La Manzana


Irma Sánchez

16/11/2010

Que siga la fiesta


El hecho de que el presidente Felipe Calderón haya dado a conocer su decisión de no asistir a Puebla a la fiesta del Centenario del inicio de la Revolución Mexicana no tiene por qué opacar la celebración.


Un invitado menos.


Desde luego que no se trata de cualquier invitado.


Pero si lo analizamos desde la perspectiva de que cuando asiste el mandatario a un evento, “todo se altera” por el aparato de seguridad con el que se mueve ¡pues ni modo!


Hay que convenir que con su ausencia serán más los que tengan la oportunidad de disfrutar los festejos. Los poblanos y los demás invitados gozarán de mayores facilidades para desplazarse y vivir la fiesta centenaria, sobre la que las autoridades y comisiones especiales han venido trabajando desde hace dos años.


Allá él.


Él se la pierde.


¿Para qué queremos a un invitado forzado?


Ya ve usted luego lo que resulta, sólo hay que recordar apenas el pasado desfile del 5 de Mayo que sufrió una alteración y se tuvo que acortar ante la prisa que tenía de regresar a la ciudad de México.


¿Para qué?


Así solitos lo disfrutaremos más.


Y es que hay que recordar que la fiesta centenaria ha involucrado a los poblanos de todos los sectores, tendremos comercio, servicios, transporte y fiesta hasta después de la media noche en el Centro Histórico.


En cada parque a partir de las 17 horas habrá actividades para todos los gustos, para todas las edades y sin pagar.


El evento de los escolares y los paterfamilias en el Cuauhtémoc logrará su objetivo: quedará grabado en los recuerdos de esta generación que tuvimos la oportunidad de disfrutarlo.


De manera que: ¡a disfrutar de la fiesta!


Porque además, resultará histórica con el entusiasmo y la participación de todos.


Así nos ahorraremos que 12 horas antes se tengan que hacer cortes a la circulación, que nadie pueda movilizarse por tal punto, que si no presenta acreditación no puede cruzar, que no se puede mover hasta que se mueva primero el presidente.


Y todavía peor, porque ya llegó el presidente, ya nadie pasa.


Y que el teléfono celular queda bloqueado porque está el presidente.


La verdad, ¡que gorro!


Los que menos disfrutan una fiesta con visita presidencial, somos los de casa, los poblanos.


Hoy es la nuestra y a disfrutar.


¿Ya está usted listo?


¿Le tocó la fiesta del Centenario de la batalla del 5 de Mayo?


Es usted un privilegiado, no muchos acumularán tantos recuerdos.


Y lo más importante, los poblanos estamos orgullosos de haber sido el laboratorio para el arranque de nuestra Revolución Mexicana, movimiento en marcha, pese a que a algunos no satisface.


¡Y que vengan los nuevos tiempos!


Al final de cuentas, fuimos nosotros mismos los que lo decidimos por la vía del voto, en contraste con movimientos como, precisamente, el inicio de la Revolución.


Recuerde que usted es el principal invitado para comenzar la fiesta.


Allá nos vemos.

 



 
 

 

 
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