La Manzana


Irma Sánchez


Los que dieron honor

Si ayer en este medio se dio amplia información sobre el fallecimiento del empresario Enrique Montoto Aramburu, que se proyectó dentro de la gran familia Chevrolet por sus habilidades para liderar el mercado de la firma, hoy no podemos pasar inadvertido el deceso de otro gran poblano:

 

Doctor Raymundo Ruiz García


Médico reconocido en el ámbito científico internacional que logró conformar una familia que le supo seguir los pasos para dar a Puebla y a la ciencia mexicana un especial aporte en el terreno de la hematología.


El gran científico también dejó de vivir este fin de semana, y desde donde esté, seguramente se encuentra satisfecho por su trabajo, por su aporte, por haber puesto en alto el nombre de Puebla.


A los poblanos nos acostumbró a recibir un servicio de calidad en todo lo relacionado con los laboratorios clínicos y la investigación en hematología.


Tuvo la visión de montar para Puebla los laboratorios mejor equipados, incorporando permanentemente los equipos más innovadores.


Supo trabajar con la tecnología de punta al parejo que en los laboratorios de los Estados Unidos, de tal forma que su trabajo siempre ha sido reconocido y recomendado por clínicas norteamericanas.


En sus instalaciones, desde hace algunas décadas, el gobierno federal a través de diversos programas científicos y médicos, reconoció la investigación que ahí impulsaba, así como la preparación académica de las nuevas generaciones de hematólogos.


A lo largo de su vida, además de vivir de tiempo completo para la ciencia, fue invitado por instituciones universitarias y por distintos gobernadores, comenzando por su compañero de generación Alfredo Toxqui Fernández de Lara a participar en consejos y programas de impulso y acercamiento con la ciencia.


Por su obra, por su aportación a la ciencia, por su congruencia, nunca es tarde para reconocer a un personaje ejemplar que deja huella y prestigio.


Y un abrazo a sus hijos que siguen los pasos de quien los formó en la congruencia y el amor.
Descanse en paz.

 

El espíritu navideño


Y ya en la cuenta regresiva de este 2007, ojalá y el presidente municipal de Puebla Enrique Doger Guerrero logre darnos a los poblanos un atractivo especial como puede ser el famoso bumerang, sobre el que se tomará la decisión esta misma semana.


Si bien resulta inalcanzable una pista como la que hoy es deleite de los capitalinos, al menos un bumerang como el que puso Liverpool en Insurgentes, sería algo importante para cientos de familias que no tienen otra alternativa para disfrutar estas vacaciones con sus vástagos.


Ya es hora de que en Puebla sólo dispongamos de foquitos y nochebuenas, sobre todo ahora que las corrientes de turistas no dejan de visitarnos y que a su regreso se convierten en los promotores naturales de esta ciudad, que no sólo va a vivir de sus glorias pasadas, porque los de hoy tenemos que hacer nuevas aportaciones.


Por eso también como nunca cobra importancia el nuevo programa de la Secretaría de Turismo de preparar gratuitamente temas de cultura poblana a anfitriones poblanos dispuestos a orientar a los turistas.


Por lo pronto no deje de recorrer la Avenida Juárez con las 16 manzanas gigantes de la artista Adriana Padrón, que aportan un sello especial a una de nuestras principales avenidas.




 
 

 

 
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