La Manzana


Irma Sánchez

10/02/2009

¡QUÉ EXTRAORDINARIO PAÍS!

 

Sí, que extraordinario país es nuestro México.


Observe usted, en los últimos días he podido comprobar que cualquiera de nosotros —sin distinción de edad— resultamos magníficos economistas y también excelentes entrenadores de futbol.


Con tan sólo pasar por un café, o poner atención en cualquier mesa de cualquier desayunadero, y hasta en la sobremesa más sencilla de cualquier reunión familiar, encontraremos a uno o más personaje listos para ser escuchados con los análisis y comentarios que bien pueden remediar la economía nacional o internacional en un dos por tres.


Increíble, pero en estos días he podido escuchar a niños súper sabios, que repitiendo lo que escuchan de sus mayores, ya también están listos para enmendarle la plana a cualquiera y tienen el dominio suficiente para corregir hasta a los analistas y economistas de Wall Street o del Banco Mundial .


Es más, su talento en este momento ya lo está desperdiciando hasta un Barack Obama, a quien bien podrían encenderle las luces para poner orden y enderezar al mundo.


Estos genios de la economía no han recibido hasta hoy el premio Nobel, porque como usted ya sabe, los mexicanos somos tan talentosos que despertamos sentimientos de envidia y mala leche en todo el mundo.


Pero, qué talento, qué sabiduría destilamos todos, los adultos y nuestros menores de edad, para resolver la economía mundial.


Y lo más importante es que el talento mexicano no sólo se restringe a la economía, sino que se extiende al futbol, al problema de la inseguridad, al narcotráfico, las Elbas Esters y tantos y tantos asuntos más.


Con esto hoy ya deberíamos correr a Erickson y a sus suecos, que venga a Puebla el presidente de la Federación Mexicana de Futbol y en cualquier café, o patio de colegio, encontrará al entrenador mexicano que nos hará vencer el miércoles a los de Estados Unidos, y si nos ponemos abusados, pronto seremos los campeones del mundo.


Pero claro, sólo “si nos escuchan y hacen caso”.


Por lo que no me queda más, que tener un acto de manifestación de mi orgullo por haber nacido en la tierra en la que no sólo se dan los nopales, sino también los talentos.


A México, y en lo particular a Puebla, hoy los reconozco como cuna de genios en cualquier materia y en cualquier deporte.


Las galaxias nos esperan.


Realmente qué extraordinario país somos


¡Viva México!

 

Que se lo pregunten a los cuatro candidatos a diputados federales por la ciudad el próximo lunes 6 de julio.

 



 
 

 

 
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