La Manzana


Irma Sánchez

16/02/2010

¡Arrancan!


Ahora sí, formalmente ya conocemos los nombres de los dos contrincantes al gobierno de Puebla.


Uno arropado por dos partidos con una amplia estructura, y el otro por cuatro o cinco más que lograron deponer “por orden del centro” sus apetencias y protagonismos personales para conformar un frente amplio para enfrentar al famoso “delfín”.


Moviéndose en los tiempos que la ley ahora define como de la precampaña, ambos con sus partidos políticos comienzan a calentar el ambiente.


Sus respectivos seguidores ya están hoy en tiempo y forma para sumarse a la tarea del deporte nacional: el rumor.


Y ¡aguas!, porque en ésta van con todo para convertirse en los habitantes de Casa Puebla los próximos seis años.


La moneda está en el aire y usted y yo tenemos la palabra.


Si el sistema político mexicano hoy permitió la famosa y discutida alianza de los partidos de izquierda con el de derecha, estamos comprometidos “todos” a hacer que cada peso invertido en esta nueva expresión democrática bien valga el compromiso de todos y cada uno con nuestra asistencia a las urnas para el día de la elección.


Nuestra ausencia de éstas, echará por tierra el esfuerzo de unos que sumaron horas de discusión para lograr que la aspiración tomara cuerpo y forma.


Por lo que resta proponerles a los candidatos menos lodo y más propuestas.


Menos retórica y más interés en un esfuerzo por dialogar con los que más puedan, ante la falta de atención y de contacto físico que lleva a perder la esperanza entre de los que hoy hasta la expectativa tienen perdida.


Es hora de avanzar en una interacción con las autoridades a las que sólo ven en las pantallas de la televisión, o cuando acuden a un evento al que llegan rodeados de fuertes cordones de seguridad que los aleja de la realidad del día a día que enfrentan los gobernados.


Qué bueno que se pretende acabar con los acarreados que tan caro han costado y han degradado la dignidad de los más necesitados y marginados.


Los acarreados ya hicieron su papel llenando enormes salones a cambio de comer un día arroz con mixiote.


Hoy el ciudadano quiere ser escuchado, no escuchar a unos cuantos que expliquen qué es lo que siente “el sin voz”, porque definitivamente preocupar en los discursos con estadísticas está visto que no resuelve.


Usted, ¿qué pide hoy?


Sobre todo usted que tiene que empeñar y olvidarse de su artículo empeñado, porque no le alcanzaba para inscribir a sus hijos en el colegio y surtir las carísimas listas de útiles escolares.


Usted que tuvo que abandonar su cochecito porque no le alcanzó para arreglarlo y pagar por tenerlo.


Y a usted que tuvo que pagar hasta por sacar de este mundo a un familiar.


Ojalá ésta sea su oportunidad de ser escuchados y que verdaderamente encuentre nuevas oportunidades.


Por lo pronto hay que dar gracias que Puebla, al menos en este sexenio pese a tan repetidas asechanzas, está en paz y mantiene a raya a los miembros de la delincuencia organizada.


Ojalá que las futuras autoridades lo entiendan y preserven el ambiente.


Ojalá se mantengan alertas con cada peso que reciben de almas benefactoras que apuntalan sus campañas desinteresadamente.

 

Ojalá.

 

En el día de la presidenta


Por lo pronto, en el “día de la alcaldesa” las aguas estuvieron tranquilas en Puebla.


La manifestación del día fue por parte de los perredistas que no quieren la alianza, pero hay que recordar que llegaron tarde a la propuesta porque unos cuantos ya la decidieron.


Y la alcaldesa dijo lo que tenía que decir, una vez que “su convicción” la llevó a decidir que era sano para todos, abrirle el paso a los caballeros.


Historias a unos cuantos días de que las féminas celebremos el Día Internacional de la Mujer.


Ah qué contradicciones.


Con el grito de papá, aún nos siguen aplacando.


Y… ¿si no obedecemos?

 



 
 

 

 
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