La Manzana


Irma Sánchez

21/07/2009

Justo


Qué bueno que el nombre de Ángeles Espinosa Rugarcía es destacado ahora en los muros del Congreso del estado y que queda para la posteridad en reconocimiento y gratitud al amor que le tuvo a su Puebla natal por la que hizo cuanto estuvo a su alcance, primero a través de la fundación Mary Street Jenkins que con los recursos de William Jenkins manejó su padre Manuel Espinosa Yglesias, y luego con la Fundación Amparo que creó en homenaje a su madre Amparito Rugaría de Espinosa.


Ángeles convertida en la consejera y brazo derecho de su padre, influyó primero hace muchos años para que éste se reconciliara con Puebla tras un desencuentro con un gobernador décadas atrás.


Distanciamiento que hay que recordar que llevó a Manuel Espinosa Yglesias a concentrar los apoyos de la fundación Jenkins a la ciudad de México, a la que patrocinó para que comenzara a trabajar en el rescate de su Centro Histórico cuando se comenzó a localizar la monumental herencia de la diosa Coyolxauhqui.


Proyecto que no se le puede reprochar, por el contrario, qué bueno que se tuvo los recursos para rescatarla; pero una vez encarrilada la obra, permitió a Ángeles Espinosa atender a una invitación del gobernador Alfredo Toxqui Fernández de Lara, y así fue como don Manuel aceptó regresar a Puebla por la puerta grande y en medio de una gran emoción y con no menos entusiasmo comenzó a apoyar el rescate del Centro Histórico de la ciudad que lo vio nacer, crecer y le dio la oportunidad de formarse como hombre de negocios.


Historia que no trasciende pero que sobre todo en el marco de este homenaje a Ángeles debe de contarse.


Con todo su amor a Puebla, Ángeles logró contagiar a su padre del entusiasmo para rescatar el mercado La Victoria de acuerdo a proyecto promovido por el gobernador Guillermo Jiménez Morales, quien junto con el alcalde Jorge Murad Macluf pudieron limpiar de puestos y vendedores el primer cuadro de la ciudad, para que ésta mostrara su señorío.


Hazaña nada fácil en la que jugó un papel estelar el entonces director de Policía, el joven José Ventura Rodríguez Verdín.


Más tarde vino el rescate de la casa en la que nació don Manuel Espinosa Yglesias en la 9 Oriente y 2 Sur, a la cual se siguió un proyecto de adquisición de las casas contiguas para crear el Museo Amparo, que en honor a su madre Amparo lleva su nombre.


Colateralmente Ángeles Espinosa en ningún momento desamparó a conventos y congregaciones que trabajaban por los huérfanos, los ancianos y todos los desvalidos.


Por lo que respecta al museo, tuvo la visión de darle el posicionamiento y la proyección para internacionalizarlo, sobre lo cual goza de renombre lo mismo en Estados Unidos que en Europa.


También logró rescatar el edificio de la que fuera primero la casa de William Jenkins en la 2 Oriente y 2 Norte, donde muchos años después se instalaron los almacenes Blanco y finalmente se rentó la planta baja al grupo Cifra para la apertura de su primera cafetería Vips en Puebla, en tanto, en la planta alta instaló las oficinas de la Fundación Jenkins.


Edificio sobre el que hoy la Universidad de las Américas madura su proyecto para crear un Museo Universitario con galerías y salones que le permitan interactuar en la capital y no quedarse sólo en su campus de Santa Catarina Mártir.


Con el gobernador Melquiades Morales Flores, Ángeles concretó la dignificación de una vecindad en El Alto, la cual convirtió en la casona sede del Poder Ejecutivo, hoy conocida como Casa Aguayo.


Ángeles Espinosa siempre entregada a su causa, nunca falló a sus oficinas tanto acá en Puebla como en la Ciudad de México.


Se movilizaba en su helicóptero y nunca le pesó el desplazamiento.


Siempre acompañada de sus hijos, tuvo el carácter para enfrentar la vida.


Lamentablemente un mal repentino acabó con su vida y hoy recibe el homenaje que se merece a través de este trabajo del artista holandés Jan Hendrix.


Las futuras generaciones la tendrán presente en las obras que les tocará disfrutar y que pudieron aterrizarse con el apoyo financiero que ella permitió que se concretara a través de las Fundaciones Jenkins primero y la Amparo, después.

 

Ángeles Espinosa Rugarcía hoy descansa y su memoria pasa a brillar con el monumento a su recuerdo y su nombre en los muros del Congreso del estado, hasta donde acudió el presidente de la República, Felipe Calderón para homenajearla.

 



 
 

 

 
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