La Manzana


Irma Sánchez


El hoy

 

Cientos, miles, son los que hoy con el estómago vacío o semivacío se quejan por el encarecimiento de la vida que arrancó prácticamente con el año, y que apenas descubrieron quienes supuestamente están a nuestro servicio para proporcionarnos condiciones dignas de vida.


Y descubrieron que las cosas “andan mal”, ante el insistente y desesperado llamado de líderes obreros, sociales, religiosos, y representantes populares que al final de cuentas también son consumidores y saben de lo que están hablando.


Cinco meses después, cabría decir “nunca es tarde” para que quien tiene que tomar decisiones al respecto se meta al tema y se las ingenie para ver por dónde y cómo atacar el problema, para no despertar por el estómago a ese México bronco del que hablaba

 

Jesús Reyes Heroles


Aquí en Puebla una vez conocidas las medidas de emergencia del presidente Calderón, el secretario de Desarrollo Rural, Alberto Jiménez Merino, refrendó el paquete de medidas que había que precisar, y ya están en marcha las decisiones en el ámbito estatal.


Gracias a esto el año pasado se logró una producción de un millón 200 mil toneladas de granos, de los cuales solo 600 mil son para consumo local.


El haber puesto en marcha la agricultura por contrato, asegura el funcionario estatal que ha brindado buenos resultados y alentado a los productores para mantenerse en sus tierras y esforzarse en las producción con todo el apoyo en materia de insumos y crediticio.


No es por nada, pero así se ha logrado captar a través de 230 centros de acopio la producción que se ha podido comprar a un precio justo que ha permitido a los agricultores  regresar a sus tierras alentados a ponerle más ganas.

 

El encarecimiento


Hay que reconocer que el fenómeno del encarecimiento no solo lo estamos enfrentando nosotros aquí en México, lamentablemente hasta los más poderosos hoy lo sufren, como nuestros vecinos de Estados Unidos, que se quejan de que ya no sienten lo duro sino lo tupido, comenzando por el precio de la gasolina que cada semana la pagan más cara.


Pero aun así, se reporta que los mexicanos no desisten del sueño americano porque día con día quienes logran cruzar la frontera continúan llegando a buscar un puesto “en lo que sea”, con todo y que en sus primeros días de estancia en territorio norteamericano enfrentan un costo de vida por arriba de sus posibilidades.     


De igual forma se enfrenta el fenómeno del encarecimiento en los países de Europa y centro y Sudamérica, al grado que juntos en un solo frente ya acudieron ante el líder moral del mundo, el papa Benedicto XVI, para pedirle su valiosa intervención porque el mundo además de enfrentarse a drásticos contrastes, como fiestas con más de mil invitados y banquetes de primer mundo, muy cerca de cualquiera de nosotros sobreviven familias ya ni con lo indispensable porque a la mejor papá y mamá o solo mamá tiene que conformarse con ver cómo comen sus hijos, que dicho sea de paso hace mucho tiempo no ven un trozo de carne en su plato, ni siquiera el sabor de un caldo con las nutritivas patas de un pollo.


Alguien ya lo dijo, cómo es posible que en países con hambre como México viva el hombre más rico del mundo, y miles de mexicanos esculcan en un basurero para ver qué rescatan de lo que otros dejaron en su plato.


¡Qué mundo el de hoy!


¿A usted qué papel le toca en esta sociedad tan desigual?


¿Por dónde comenzar?


Al menos que le quede la convicción de que si usted es de esa especie de mexicanos, que puede comer tres veces al día, no se ponga melindroso, y cuide que los suyos superen este tipo de debilidades que hoy son condenables e imperdonables.


Es oportuno.    


Y recuerde, son tiempos de hablar, no se quede callado, para que los de arriba se enteren de cómo andan las cosas entre los de abajo, que son los más.

 



 
 

 

 
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