La Manzana


Irma Sánchez


Los detallitos


Ya en este mismo diario ayer, mis compañeros Selene Ríos y Efraín Núñez nos despacharon crónicas muy completas sobre la comida de la victoria que obligó al gobernador Mario Marín el sábado a subirse a una silla para vitorear el triunfo de los priistas del pasado 11 de noviembre.


Y entre otros que saborearon el arroz y las carnitas, me comentaron pequeños detalles en torno a la euforia tricolor:


¿Sabe cuál fue el postre?


Un fresco camote.


Faltaba más, el churrito de camote muy poblano para saborear lo dulce del triunfo.


Cada uno de los actores políticos, enfundados en vestimenta informal en los que predominaron los jeans, brindó de frente, en cruzados y juró fidelidad a sus líderes y candidatos.


La porra de la diputada electa Angélica Hernández, identificada con las camisetas de la campaña, recordó y coreó hasta el cansancio “sí se pudo” “sí se pudo” “sí se pudo”


No faltó el galán de la reunión.


Bueno, el visible, el joven Juan Natale, que figuró en la elección como el candidato suplente de la hoy diputada electa Bárbara Ganime, quien no se hizo del rogar y sabiéndose “carita”, aceptó fotografiarse con cuanta jovencita priista llegó y le pidió “foto”.


El todo galanazo, como se lo ha dicho el espejito-espejito, con su copete al estilo Leonardo García —el hijo del actor Andrés García—, se dejó querer y de paso mostró que para la siguiente puede ir solo y arrasa.

 

Vale, el compositor

 

Y dentro de los grandes descubrimientos, el hecho de que Valentín Meneses, actual dirigente del tricolor, autor del carro completo —que tiene muchos autores— es poseedor de una vena musical que chance y hasta lo lleva por nuevos caminos, lejos de la política.


Pues sí, mi Vale ahora con “su carro completo” se volvió compositor y logró letra y música de una pieza que se convierte en el himno priista a partir de la tarde del domingo 11 de noviembre.


Este himno versa su letra sobre “Para salir adelante”.


¡Felicidades Vale! y puedo presumir que te conozco.


Pues bien “Para salir adelante” fue interpretada hasta el cansancio en la comida de la victoria en Atlixco, con el objetivo lanzado: todos la tararean ahora, como las de Shakira o las de Timbiriche.


Pero el mejor sabor de boca con el que se quedaron los priistas el sábado por la tarde concentrados en Atlixco fue el momento de la despedida, porque recibieron el saludo de mano que no se puede obtener en cualquier día, por parte del gobernador Mario Marín, quien acompañado y seguido por su ex secretario de Gobernación, Javier López Zavala, no escatimó los apapachos enviando al mismo tiempo la tan buscada y famosa señal.


Dicen que esta despedida bien podría semejarse al protocolario acto de salutación que el gobernador recibe después de su informe de gobierno cada día 15 de enero.


Con reloj en mano, aseguran los que estuvieron, que se prolongó por espacio de 2 horas. 120 minutos.


Ésta se trató de la comida de la victoria.


La comida de la lealtad entre priistas.


La comida de reconciliación entre los grupos tricolores unidos por el triunfo.


Unidad priista que lleva a plantear una interrogante…


¿Cuál? ¿Quién de los diputados electos, ahí presentes aceptará sacrificarse para dejarle su curul a Javier López Zavala?


Esto habrá que interpretarlo como un sacrificio para la patria porque dicen que “como él” nadie puede sacar la Cámara adelante.


¿Quién de los 26 ganadores?


¿Nombres?


Quién va a decir: Javier te entrego mi lugar alcanzado con tres meses intensos de campaña, me sacrifico por la gobernabilidad.


Se abre registro y se aceptan propuestas, tras una campaña de la que queda la duda.


¿Tuvo razón de ser?


¿Para qué?


¿Por qué hacernos ir a votar?




 
 

 

 
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