El Mazo y el Yunque


Raymundo García García


¿Habrá reforma electoral?

 

Desde que se llevó a cabo la última reforma electoral federal a la Constitución,  y, particularmente cuando el artículo que regula la relación federalista con los treinta y un estados libres y soberanos que conforman la  federación denominada Estados Unidos Mexicanos, -el 116-, fue adecuado para dar el primer paso a lo que podría ser la homologación de las elecciones estatales con las federales, iniciando en principio ordenar que el día de la jornada electoral de los comicios locales del año de la elección 2009, se llevarán a cabo el mismo día  de la jornada electoral federal, que será el primer domingo de julio. Práctica que por cierto  ya se lleva a cabo, aunque ahora pareciera que resulta novedoso en la nueva disposición  que formalmente obliga que la fecha de las elecciones locales de los años diferentes al de elecciones federales, sea el primer domingo del mes de julio, como día oficial de las jornadas electorales. Ha provocado dos posiciones, una totalmente a favor por ser una decisión que alienta la consolidación de un régimen democrático y una segunda totalmente opositora que desesperadamente se aferra a un pasado poco democrático.

 

Dentro de los Estados que han tomado la iniciativa de la reforma al artículo 116 de la constitución federal y plasmada en un artículo transitorio para dar oportunidad a los congresos locales de por lo menos un año después de entrar en vigor la reforma, destaca el Estado de Michoacán, entidad federativa gobernada por el PRD. En el lado opositor está el PRI, de forma particular el de aquellas entidades federativas en las cuales ha enraizado su dominio como en Puebla, de ahí que las primeras voces que han salido de este partido parecieran indicar que lo que menos les interesa es impulsar una reforma electoral, y menos que sea una reforma electoral que pase por una reforma constitucional. Afortunadamente, hay mentes brillantes en dicho partido político que se han pronunciado por la necesidad de encauzar los trabajos legislativos hacia una importante reforma electoral que obligadamente se inicie como reforma a la constitución del Estado. En ese tenor, está apostado el legislador federal  Alberto Amador Leal

 

Mientras en el ámbito federal se dio entrada a representantes de las minorías con los llamados diputados de partido reconocidos en 1963, en Puebla se legisló sobre el particular 14 años después, hasta 1977.  Precisamente, porque la forma obsoleta de mantenerse en el poder pasaba por retrazar en las entidades federativas las transformaciones avanzadas que se hacían a nivel federal, fue necesario que en el contexto de la denominada reforma electoral definitiva del año 1996, desde el poder del Constituyente se intentara poner orden. A partir de  ese momento se empezó a ordenar a los congresos locales empezar un proceso de incorporación de procedimientos e instituciones electorales modernas. Algunas entidades de duro priísmo, han sido las más reacias a aplicar los avances electorales federales, otras como Veracruz, por el contrario han marchado por delante de la normatividad federal.

 

El texto constitucional electoral en 2007 fue aprobado por el Constituyente permanente conformado por el Congreso de la Unión, más el voto de treinta de treinta un congresos locales, incluido por supuesto el de Puebla, -sólo un congreso local votó en contra-, hace suponer que muy a pesar de las voces opositoras a llevarla a cabo, esta tendrá verificativo en el momento apropiado, aunque las acciones retardatarias se vieron en la intentona de utilizar la elección municipal extraordinaria en Felipe Ángeles, no prosperó Afortunadamente hay tiempo, la reforma de 2007, exige el lapso de un año después de terminado el proceso local electoral. No se puede esperar otra posición en Puebla, cuando el legislativo local aun le falta mucho para contar con las condiciones de soberanía y capacidad de negociación que tiene el legislativo federal desde la LVII legislatura iniciada allá en 1997, precisamente cuando el PRI perdió la mayoría en la Cámara de diputados.

 



 
 

 

 
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