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El Mazo y el Yunke

Raymundo García García

La lucha por el congreso local

Con motivo de las elecciones locales y la guerra de encuestas presentadas como propuesta vacía, o propuesta nula de campaña, y de manera particular por ese empecinamiento de un partido que se ha anclado en la visión obsoleta de seguirse actuando como actor de un sistema de partido hegemónico, cuando lo que vive Puebla como entidad federativa es un sistema de partido predominante, en el cual en las elecciones locales sigue siendo beneficiado, mientras que en las elecciones federales ha salido brutalmente descalabrado. Este empecinamiento en mostrado de manera particular en las elecciones intermedias, en las cuales históricamente el PRI se ha visto golpeado de manera histórica y progresiva por el PAN en los resultados muy a pesar de que dicho golpeteo no se haya traducido en el cúmulo de triunfos electorales para cambiar de manos la dirección del congreso local.

Se hacen cuentas alegres y la teoría del péndulo electoral poblano, algunos hasta han llegado a la divulgación anticipada justificada por distintos medios, de que ahora sí dicho péndulo se quedará detenido y no regresará a golpear como lo ha hecho en procesos electorales intermedios anteriores, que le ha dad duro, muy duro al PRI. La teoría del péndulo le aterra a los tricolores les ha aterrado desde que la descubrieron allá en los años ochenta y para detener sus efectos nocivos en su contra, no ha escatimado recursos, ni esfuerzos para defenderse de ella. Sin embargo, debe reconocerse que fue gracias a la administración Manuel Bartlett, que se tiraron a la basura los recursos artificiales para dar paso al juego de la ley y se reconoció en 1995 el triunfo panista en la capital y el arrollador triunfo en diez de veintiséis distritos uninominales la respuesta fue brutal y en las federales de 1997 se impuso el carro completo tricolor, mostrando Puebla su rostro con rasgos totalitarios frente al descalabro nacional que recibió el PRI al perder la mayoría de la cámara de diputados. del Congreso de la Unión y dar paso a la transición democrática mexicana.

En un movimiento histórico de veintisiete años de elecciones donde ha sido el Congreso del estado el disputado, su movimiento de votación, muestra que llegamos a unas elecciones intermedias en la cual el panorama para el PRI no es en nada halagador, y no lo dice una encuesta, lo señala el movimiento histórico ascendente en beneficio del PAN y muy a pesar de la distorsión de voto opositor, que por cierto es alto, obtenido por los demás partidos políticos. Así mientras el PAN  en las elecciones intermedias de 1977 alcanzó una votación total en la elección de diputados de 55,178 votos; para las elecciones intermedias del año 2001, legó al histórico número de votos de 501,870, esto es ha mostrado un crecimiento del mil por ciento. Mientras el PRI en 1977 obtuvo una votación de 748,154 sufragios, y veintisiete años después, allá en el año 2001, alcanzó una votación que mostró decrecimiento de más de cien mil votos con tan sólo 623,491. es decir, el PRI va a la baja, aunque en la elección de gobernador fue diseñada una estrategia que involucró a la chiquillada para pulverizar el voto opositor que se alía al PAN, de ahí que se concentran cerca de novecientos mil votos para la elección de gobernador y cien mil menos, que representaron 780,570 en la elección de diputados. El movimiento electoral históricamente y mientras ni haya de aquí a la elección una catástrofe, apunta a que el Congreso local va a quedar en manos de la oposición al partido del ejecutivo local.

Los cuadros siguientes son sugestivos: