Opinión


Héctor Hernández Sosa


29/09/2010


“Me interesa el futuro porque es el
sitio donde voy a pasar el resto de mi vida”
Woody Allen


Pensar el futuro: la reforma del Estado pendiente para Puebla


La alternancia política es la mejor oportunidad para pensar el futuro de Puebla; el momento idóneo para reflexionar cómo sacarla de los profundos atrasos económicos y grandes rezagos sociales;  una excelente coyuntura para discutir de qué manera y en qué tiempo se podrán superar las ineficiencias y limitaciones estructurales que impiden su desarrollo y que se ven reflejados en los bajos niveles de competitividad y alta marginación social.

En efecto, la magnitud de los problemas, su carácter y consecuencias, han colocado a Puebla en el contexto nacional en situaciones desventajosas, incluso con estados del sur del país que hasta hace poco se colocaban por debajo de nuestra entidad en materia de desarrollo.

Ante el caudal de problemas estructurales, el próximo gobierno, está obligado a revisar las partes neurálgicas del  atraso en que vive el estado y atenderlas con eficacia. Esto, sin embargo, requiere, necesariamente, incorporar como tema central de su agenda la reforma del Estadoque guié las decisiones estratégicas de política pública para los años por venir; de no hacerlo, los costos para la población en general seguirán siendo muy altos. No basta con que se tenga un buen Plan Estatal de Desarrollo, ni con el impulso de medidas correctivas, a través de programas y proyectos. Tampoco es suficiente contar con agendas aisladas y desarticuladas tanto en el Legislativo como en el Ejecutivo.Hoy Puebla requiere de decisiones de gran magnitud que le permitan salir de la difícil situación en que se encuentra.

Por eso es importante que la función del próximo gobierno sea congruente con las exigencias y expectativas ciudadanas; de ahí que también sea necesario revisar su capacidad de adaptación y respuesta ante los cambios que vivimos e iniciar  con oportunidad su propia reforma; pues un gobierno que se reforma incorpora en su agenda alternativas viables para racionalizar sus procesos de gestión pública con base en los aspectos de eficacia, calidad, rendimiento y desempeño. Las razones de la reforma son muchas, por razones de espacio comparto con usted amable lector algunas de ellas, con la reserva de que se difiera sobre algunos datos:

El cambio demográfico, desarrollo humano, marginación y pobreza. Puebla tiene cinco millones y medio de habitantes. Cada año, 85 mil nuevos poblanos, en promedio, demandan nuevas oportunidades de vida digna. En 20 años la población en el estado será 20 por ciento mayor a la actual, para mantener los estándares presentes tendremos que haber incrementado nuestra riqueza y oportunidades en la misma proporción. El cambio demográfico hará necesario redefinir nuestras prioridades en el muy corto plazo. 

Un gran reto en Puebla sigue siendo la reducción de las brechas de desigualdad, disminuir la marginación social y combatir la pobreza. El Informe sobre Desarrollo Humano 2007  de la ONU ubica al estado de Puebla en el lugar 26. Esto significa que la entidad está colocada como una de las zonas con menor calidad de vida a nivel nacional.

Educación: presente y futuro. Otro gran reto del próximo gobierno es la educación. Por ello el esquema educativo debe reformarse de acurdo al modelo de desarrollo que se ajuste a las necesidades futuras y trabajar en su calidad. La matricula educativa ha modificado su composición; en los últimos 10 años la demanda total se ha incrementado más del 20 por ciento, la demanda en educación secundaria se incrementó en un 29 por ciento hasta superar los 355 mil alumnos; en los niveles bachillerato y superior, las matrículas educativas sufrieron incrementos superiores al 50 por ciento. Si al inicio del siglo Puebla tenía 119 mil 840 alumnos de nivel superior, hoy tenemos casi el doble.

Crecimiento urbano y Vivienda. Puebla es, una entidad más urbana, en el 2020 la mayor parte de los poblanos vivirán en ciudades y ello exige para el 2020 más de 500 mil casas habitación. Esto significa que se deberán de construir en tan sólo 17 años un número de viviendas superior al 75 por ciento del total de las que hoy existen y que nos ha tomado décadas construir.

Salud y seguridad social. En materia de salud necesitamos que en los próximos 15 años la cobertura de los servicios garantizados o los esquemas asimilables  dupliquen su capacidad. También es necesario que los servicios que hoy se extienden a toda la población se transformen profundamente de acuerdo al tipo de enfermedades que pueden atender.

Puebla cambiará su perfil epidemiológico de enfermedades de contagio simple, por enfermedades propias de personas en edad laboral o en la vejez. En 2005 el 9 por ciento de los poblanos superaban ya los 60 años; sin embargo, en el 2020 el 11 por ciento de los poblanos pertenecerá a la tercera edad. Lo mismo ocurrirá con el resto de la población, si hoy la edad mediana de los poblanos es de 24.3 años, en el 2020  será superior a los 30, y el tipo de servicios de salud demandados será muy distinto. Además, una nueva pirámide poblacional representará también una mayor carga para los servicios de pensión y de retiro. Necesitamos definir ya las garantías que se ofrecerán a los poblanos que, después de una larga vida de trabajo, decidan retirarse.     

Empleo: hoy y mañana. En Puebla la demanda por empleo crece más rápido que la población. Ese es un reto que le toca resolver a esta generación precisamente durante el tiempo que le toca decidir los destinos de nuestro estado. Actualmente la entidad se encuentra por debajo de la media nacional en desempleo y el empleo se ha estancado en los dos últimos años.

La PEA  oscila en los 2 millones 340 mil poblanos; en el 2020 se incrementará en un 50 por ciento. Para mantener la situación actual en los próximos 16 años deberemos incrementar el número de plazas laborales disponibles en el estado en casi 100 por ciento. De ese tamaño es la brecha que la productividad y modernización de nuestra economía deben ser capaces de superar.

Competitividad y globalización. De acuerdo con un estudio publicado en 2008, el Instituto Mexicano de Competitividad, lo ubicó en la posición 26, con niveles de competitividad similares a Países como El Salvador. En lo inmediato se deberán emprender profundas reformas en la materia, de lo contrario, no serán más que acciones aisladas y desarticuladas con resultados poco favorables para la competitividad.

Corrupción, acceso a la información y transparencia. Una de las grandes reformas que deberán impulsarse son las que se refieren a estos penosos temas, en particular la ley de transparencia está calificada como una de las más atrasadas en el país, lo mismo sucede con los índices de corrupción, Puebla se ubica, según la última encuesta de Transparencia Mexicana en el lugar 29 de las entidades menos transparente.

La gobernabilidad democrática refiere cómo las instituciones tienen la capacidad para absorber problemas para convertirlos en agenda y diseñar soluciones factibles. Sin embargo, el desgaste que presentan algunas instituciones y el envejecimiento de muchas otras, las ha convertido en obstáculo para el buen desempeño del gobierno y de la vida pública; en consecuencia, en los últimos años se han generado crecientes déficits de gobernabilidad, por lo que el hecho de no modernizar la vieja arquitectura institucional, generará más y nuevas inconformidades sociales.

Puebla necesita un gobierno competente, apto para conducir con eficiencia y transparencia a la entidad, un gobierno de instituciones que permita la viabilidad de los planes estratégicos de largo plazo, con un proyecto de futuro que defina un modo de vida, modernice su estructura social, política y económica en el contexto global, reestructure la arquitectura institucional que soporta la convivencia económica, política y social; Puebla debe dejar a tras las decisiones gubernamentales basadas en la ocurrencia, la improvisación, el clientelismo, el ejercicio de poder de carácter patrimonialista. Puebla necesita una reforma del Estado.

Es importante atender la recomendación de Bernardo Kliksberg: es necesario desarrollar una nueva visión del Estado que contribuya a resolver problemas en los que la política pública pueda jugar un papel esencial y no pueda ser fácilmente sustituido; un Estado que tenga la capacidad de pensamiento inteligente, de acción innovadora, de flexibilidad, más allá de la retorica, sí, más allá del discurso. Puebla se lo merece.



 
 

 

 
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