Opinión


Pedro Gutiérrez


Elecciones en Estados Unidos: John McCain


La semana pasada hicimos un breve repaso teórico del sistema político norteamericano y del presidencialismo cuyos orígenes se remontan al siglo XVIII precisamente en la que es hoy la nación más poderosa del mundo. Dicha reseña se hizo con el objetivo preclaro de poner las condiciones mínimas –el bagaje, pues- de la explicación que hacemos en el artículo de hoy: la lucha por el poder de los dos candidatos –Obama y McCain- que en el 2008 se presentan a las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Aclaro que el presente artículo no trata de defender a uno u otro candidato como casi todos los especialistas en México lo hacen. Se trata de verter en algunas líneas las propuestas más importantes de ambos candidatos, sin tomar partido por uno o por otro. En orden alfabético, iniciaremos con John McCain.


John McCain nació un 29 de agosto de 1936 en una zona controlada por Estados Unidos dentro del canal de Panamá  –Colo Solo-. Por ser hijo de padres norteamericanos tiene la posibilidad constitucional de aspirar a la presidencia de su país.  De 1967 a 1973, McCain participó con las tropas americanas en la guerra de Vietnam e incluso fue prisionero de guerra; para la década de los ochenta, decidió incursionar en política y en 1982 fue electo representante de Arizona ante la cámara baja en Washington, reelecto en 1984. Desde 1987 es senador por el mismo estado y se ha convertido, indudablemente, en uno de los senadores más influyentes y respetados de la clase política norteamericana.


Después de proyectar su candidatura a la presidencia en dos ocasiones anteriores, en el año 2008 consagra dicha aspiración y se convierte en el candidato del Partido Republicano en la fórmula que comparte con la gobernadora de Alaska Sarah Palin. La dupla McCain-Palin es la representación prototípica del conservadurismo norteamericano, pues ambos candidatos pertenecen a una elite muy allegada a los círculos religiosos más férreos de Estados Unidos. No obstante lo anterior, la necesidad de acercarse a un electorado menos radical y más centrista le ha hecho acreedor a McCain al mote de maverik, término con el que los ultraconservadores americanos tildan a aquellos que se apartan de las ideas fundamentales de dicha corriente de opinión. De hecho, el rating que realiza año con año la Unión Conservadora Estadounidense –asociación que hace trabajos de lobbying en Washington y que cada año califica a los políticos de acuerdo a la forma en que debaten en tribuna y votan en las decisiones legislativas más relevantes- lo rankeó con un 82% de conservadurismo, el nivel más bajo en los últimos años para McCain y que confirma la necesidad que ha tenido de alejarse de las políticas derechistas que caracterizan a los republicanos para ganarse la confianza de otros sectores del electorado.


El peor enemigo de McCain es, sin duda, el actual Presidente George Bush, no sólo por pertenecer al mismo partido político, sino porque el propio Presidente se ha involucrado de más en la campaña republicana bajando los bonos del actual candidato –al menos de eso se quejan muchos republicanos después de la convención republicana en la que apreció Bush promoviendo a McCain-. Con una agresiva propuesta de crecimiento económico muy distinta a la del actual Presidente,  McCain intenta recobrar la confianza del electorado norteamericano, sobre todo la clase media. El candidato republicano propone una inversión de 10 mil millones de dólares con la que pretende implantar una política de ayuda a las familias que tienen hipotecas muy costosas con altos intereses y tasas ajustables. Además, ha propuesto suspensiones temporales de los impuestos federales a la gasolina y al diesel en la época boreal del año, además de continuar con la política modernizadora de corte energético que comenzó Bush hace apenas unos meses. Finalmente, propone un recorte de impuestos que intente ayudar a las clases medias que apenas están comenzando a formar una familia.


En materia migratoria, McCain ha intentado acercarse al voto latino al parecer con mejores argumentos que su rival demócrata. A los hispanos, McCain les ha dicho que él fue uno de los pocos republicanos impulsores de la reforma migratoria en el senado, que por cierto fracasó. Ha sido muy cuidadoso en sus expresiones públicas respecto del problema migratorio, pues adentrarse en temas como el de la ciudadanía que se puede conferir a los latinoamericanos que cruzan la frontera es visto como una auténtica amnistía desde la óptica republicana más conservadora. Sin embargo, su página web (www.johnmaccain.com) tiene un link que traduce sus propuestas a la lengua hispana. Incluso, pueden verse muchos spots que intentan allegarse del voto latino, entre los que destaca uno en el que aparece su rival Obama dando un discurso en Berlín y pronunciando la ayuda que su gobierno daría a todas las regiones del mundo pero omite mencionar latinoamérica, concluyendo el spot con la frase: “…Obama se olvida de los latinos?”.  Destaca otro comercial en el que un señor afirma que votaría por McCain porque cree en Dios y en los valores cristianos, al igual que lo hacen todos los latinos.


La próxima semana escribiremos sobre el candidato Barak Obama, su perfil y sus propuestas a la presidencia de Estados Unidos.

 

PEDRO ALBERTO GUTIÉRREZ VARELA

Miembro del Comité Directivo Estatal del PAN

 



 
 

 

 
Todos los Columnistas