Poder y Política


IVÁN GALINDO
eivanx@hotmail.com

16/11/2012

 

Los cursos del PRI


Esta semana se dio anuncio por demás peculiar que ocupó los titulares de muchos medios informativos. El Comité Directivo Estatal (CDE) del PRI, publicó una convocatoria para realizar una serie de "cursos de capacitación ideológica", dirigido a miembros, militantes, cuadros, y dirigentes del Partido, pero sobre todo, a aspirantes a cargos de elección popular (concretamente a Presidentes Municipales).


“Resulta prioritario –señala la convocatoria- que aquellos que aspiren a competir por algún cargo de elección popular, conozcan y dominen la filosofía e ideología que emanan de los documentos que rigen la vida interna del partido”.


Lo curioso del asunto es que, dichos cursos tienen un costo de inscripción, y son de carácter obligatorio para todo aquél que quiera ser candidato. Cabe resaltar que, la idea de cobrar un recurso, fue para “poder cubrir los gastos de fin de año del partido” (así lo declaró el propio dirigente estatal) derivado de la crisis financiera por la que atraviesa el PRI local (por todos conocida). ¿Cómo interpretar estos cursos? ¿Son buenos o malos? Veamos.


De entrada hay que decir que, siempre será importante que un Partido Político se preocupe por formar ideológicamente a sus cuadros, de hecho, esa es una de sus funciones. Los Partidos Políticos son agrupaciones de individuos reunidos en torno a ideales comunes, que buscan acceder al poder para llevar a la práctica esos ideales, luego entonces, los Partidos deben capacitar a sus cuadros para garantizar que quienes alcancen un cargo de representación pública, sean las mujeres y hombres más preparados y actúen democráticamente. Los Partidos son pues (o deberían serlo) fábricas de democracia.

 

De hecho, la propia legislación vigente, les exige a los Partidos: formar ideológica y políticamente a sus afiliados, infundiendo en ellos el respeto al adversario y a sus derechos en la lucha política, así como también, preparar la participación activa de sus militantes en los procesos electorales (artículo 26 del COFIPE). El PRI en consecuencia -a través de su Programa de Acción, y de sus propios Estatutos- manifiesta su Compromiso con la Capacitación Política y la Formación Ideológica de sus miembros.


Lo que los Estatutos no marcan, y mucho menos el COFIPE, es que dichas capacitaciones tengan que ser ¡pagadas! Resulta inverosímil que se pretenda lucrar con algo tan noble como lo es la formación ideológica. Ningún argumento puede ser lo suficientemente sólido como para aceptar que un Partido cobre por enseñar. Al hacerlo, el Partido pierde su vocación social, y se convierte en una empresa privada; lamentable para la democracia (la democracia vista como herramienta, como producto, como mercancía).


Ahora bien, por lo que respecta a la crisis financiera, es preciso señalar que, no tendríamos que estar en estas condiciones, es decir, el pasado mes de Marzo la autoridad electoral entregó al PRI más de 14 millones de pesos de prerrogativas, bajo el rubro de “actividades ordinarias”, y en aquél momento, la dirigencia estatal señaló que el monto asignado era para solventar “sueldos, gastos de luz, agua, teléfono, etcétera”, de todo un año (Diario Cambio, Marzo de 2012). Lamentablemente, dicho recurso se agotó en tan solo seis meses, lo que perjudicó a más de treinta trabajadores que prestaban sus servicios para el PRI por un recorte de personal. El argumento que se les dio fue que, eran incompetentes, “manzanas podridas” (sic). El “hubiera” no existe, pero si se hubieran administrado los recursos como originalmente se dijo, no tendríamos ésta crisis.


Si el Partido se quedó sin recursos, no fue por culpa de la militancia, entonces, no veo porqué los militantes tengan que pagar por un déficit que ellos no generaron. Tampoco veo porqué tengan que pagar por algo a lo que tienen derecho (recibir formación política), so pena de ser excluidos para participar en un proceso electoral (SIC). Es como si de pronto, el gobierno obligara a los ciudadanos a pagar por la educación pública, apercibiéndolos que, en caso de no hacerlo, serán vetados de participar en una elección (simplemente inaceptable).

 

Se equivoca el PRI al mercantilizar su ideología, y al presionar a su militancia. Doble error al cobrar por los famosos “cursos”: una medida injusta y coercitiva, ¿ese es el nuevo PRI?

 

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