Política y Poder


Manuel Cuadras

 

Cambios en el Ayuntamiento


Esta semana la presidenta Blanca Alcalá celebró el cumplimiento de un año de haber ganado la elección de aquel 11 de noviembre. Doce meses han pasado desde entonces y nueve desde que tomó posesión como alcaldesa. Con ese tiempo de distancia, ¿cuál es el panorama en el ayuntamiento capitalino? ¿Cuál es el balance general de la administración blanquista? ¿Qué futuro se avecina para la presidenta?


Sin duda este primer año ha resultado por debajo de las expectativas que todos tenían (teníamos) al iniciar este gobierno, desde la propia presidenta, los medios de comunicación y por su puesto los ciudadanos. No es que se hayan hecho mal las cosas, sino que las acciones emprendidas no han sido —ni en cantidad, ni calidad— lo que la gente esperaba.


Cuando un candidato gana una elección, se genera inmediatamente un sentido de esperanza hacia ese nuevo gobierno; cuando se gana de la manera en que lo hizo Alcalá (de manera aplastante), se potencializa dicho efecto, y cuando se suman esos dos factores al hecho de una variante histórica (ser la primera mujer en gobernar), simplemente los niveles de expectativa se disparan a las nubes.


Alcalá supo eso desde un inicio y se dispuso a actuar en consecuencia, el problema radicó en su “equipo”. Muchas veces hemos hablado sobre la ineficiencia de algunos funcionarios municipales y la falta de compromiso que tienen para el proyecto de la presidenta, ¿cómo se puede dar resultados si los integrantes del equipo no se ponen la camiseta o no tienen la capacidad necesaria? O dicho de otra manera, ¿cómo se puede dar resultados si las áreas fundamentales no caminan? Ese es el principal reto que enfrenta actualmente la presidenta: no tiene alfiles, no tiene torres y los pocos peones que responden a sus intereses, se encuentran lejos (muy lejos) de coronar para convertirse en mejores piezas.


Al inicio de su administración escribí lo siguiente: “¿Quién es el operador político de la presidenta? ¿César Pérez? ¿Juan de Dios Bravo? ¿Quién es su operador jurídico? ¿Román Lazcano? (sin comentarios…) ¿Quién es el responsable de de obra pública? ¿Sergio Vergara? (da pena ajena este señor, alguien dígaselo ¡por favor!) ¿Quién es su negociador, su conciliador, su consiglieri? ¿Víctor Giorgana? ¿Quién resuelve en el Ayuntamiento? ¿Quién negocia con los grupos incómodos? ¿Quién le genera acercamientos? ¿Quién es el pararrayos? La respuesta es simple: La presidenta municipal”.


A nueve meses de distancia, ¿algo ha cambiado? Lamentablemente no, la presidenta sigue siendo el centro y fin de todos los problemas, el pararrayos pues.


El primer año de su administración está próximo a concluir y Alcalá sabe que aún no ha logrado colocar su huella para que la recuerden los poblanos, por eso la importancia de realizar ajustes. Es cierto, en política hay compromisos y los compromisos se tienen que cumplir, Alcalá lo sabe y de sobra, pero también sabe que quien gobierna para satisfacer los caprichos de los demás, no gobierna, sino que lo gobiernan, por tal motivo, si la Presidenta mantiene por más tiempo, a gente incompetente en los cargos más importantes (por puro compromiso) su administración se diluirá entre grillas, ineficiencia y opacidad.


Así pues, a nadie debe sorprender el anuncio hecho por la presidenta municipal de realizar algunos ajustes en su gobierno, la pregunta es ¿cuáles serán esos ajustes? ¿Gobernación? ¿Secretaría General? ¿Obras Públicas? ¿Seguridad Pública?


En el caso de Gobernación, su titular Juan de Dios Bravo, no ha sabido negociar favorablemente con los grupos políticos y sociales del municipio. Problemas como el de los ambulantes, el mercado Manzanilla y la invasión de predios en el sur de la ciudad, simplemente han rebasado al Secretario quien no ha podido convertirse en el hombre fuerte que resuelva los problemas de la ciudad. Si Juan de Dios hubiese sido contratado como secretario de Protección Civil Municipal, posiblemente su desempeño sería bien calificado hasta el momento, sin embargo, su función —en teoría— va mucho más allá de eso. El Secretario de Gobernación que necesita el municipio, es aquel que se entere antes que nadie de los problemas que pudieran surgir, que le informa a la Presidenta y que al mismo tiempo le de alternativas de solución: “Presidenta le informo que hay un problema entre los locatarios del mercado de San Diego Manzanilla; es un problema fuerte que representa un foco rojo en ese punto de la ciudad porque se trata de dos grupos fuertes (Antorcha y Cuéllar), pero no se preocupe, ya platiqué con los dos líderes y llegamos a un acuerdo, únicamente quieren platicar con usted para ratificar el acuerdo…” Eso hubiese hecho un buen secretario de Gobernación, pero Juan de Dios seguramente informó lo siguiente: “Presidenta te informo que viene una manifestación del mercado San Diego Manzanilla porque tienen un pedo bien cabrón entre los antorchos y la gente de Cuéllar. Ya les dije que no es asunto nuestro, pero los de Gobernación del estado nos echan la bolita a nosotros…” Hay una frase acuñada a Luis Echeverría cuando era secretario de Gobernación con Díaz Ordaz: “El secretario de Gobernación debe tener información de todo y para todo, y debe informar de los problemas al presidente una vez que están resueltos…” Guardando todas las proporciones, ¿ese es el secretario de Gobernación ideal para Blanca Alcalá?


Por lo que respecta a César Pérez, alguien debería de recordarle que su posición (de acuerdo al organigrama) es la más importante después del presidente municipal. En la práctica es muy distinto. ¿Hay algún funcionario más gris que César Pérez? ¿Recuerda usted alguna declaración importante de este funcionario? ¿Qué hace César Pérez además de firmar oficios y leer los dictámenes en el Cabildo? ¿No le parece que es una posición desaprovechada para la Presidenta? Cierto es que César Pérez, si bien no contribuye en mucho, tampoco complica las cosas, por tal motivo, quizá la Presidenta decida mantenerlo como una de las posiciones marinistas.


Sergio Vergara es otro funcionario con posibilidades de salir de la administración. Nadie duda de su talento y capacidad como restaurador y preservador del patrimonio histórico, pero su función como encargado de obras de la ciudad ha dejado mucho que desear. ¿Qué obras importantes ha realizado Sergio Vergara en estos nueve meses? Por supuesto que ha tapado muchos baches (miles dirá él) y que le ha dado mantenimiento a muchas vialidades (cientos dirá él), pero ¿qué nuevas vialidades ha realizado?, ¿a cuántas colonias ha favorecido con nuevos pavimentos?, ¿qué obras de desarrollo urbano ha emprendido?, ¿qué ha hecho para aterrizar el programa de sustitución de luminarias que prometió la presidenta en campaña? A estas alturas de su administración, Doger estaba por terminar su primer puente vehicular en Zavaleta; Marín había puesto en marcha cruceros inteligentes en algunos puntos de congestionamiento vial; ¿Y Vergara? Tapando baches. Coincido totalmente con un periodista que al hacer referencia sobre este personaje afirmaba: “Sergio debe ponerse más Vergara y menos Bermejo”.


Guillermo Hidalgo Vigueras. Su llegada fue muy cuestionado por su carácter explosivo y cerrado. Se dice que la persona que lo recomendó con la Presidenta fue Alejandro Fernández Soto, de ser cierto, Vigueras podría abandonar la administración por carecer de padrino. Su trabajo ha sido muy criticado debido a sus desplantes en las reuniones de seguridad pública, a los excesos en los gastos internos de su dependencia (su camioneta por ejemplo) y al incremento en los asaltos a pequeños negocios (farmacias y Oxxos).


En fin, nueve meses han pasado y la administración municipal no ha dado a luz a ningún proyecto relevante. La presidenta municipal tiene frente a sí una gran oportunidad de reorientar su gobierno y eliminar a las personas que no han estado a la altura de su proyecto. ¿A qué le dará prioridad Alcalá en estos reajustes que ya anunció?


¿A lo político? Para disminuir problemas con el Sindicato y las organizaciones externas (ambulantes, antorcha, etcétera.)


¿A las relaciones al interior de su gobierno? Tanto con su Cabildo como con su gabinete.


¿A la obra pública?

 

¿A la seguridad pública?

 

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