La Presunta Izquierda


Rubén Moreno Medina


Las ciudades necesitan soluciones de fondo


Como todas las grandes ciudades del país, la nuestra necesita de grandes soluciones de fondo, todas tienen prioridades diferentes, algunas más importantes que otras, sin embargo los problemas que enfrentan en estos tiempos son los mismos: crecimiento desordenado, carencia de servicios públicos, altos contaminación, falta de educación, bajos niveles en atención de la salud, inseguridad y espacios culturales  seguridad entre otros.

 

Los que habitamos las ciudades, necesitamos convivir con ellas, en condiciones sociales cada día más humanas, el ritmo cotidiano daña el tejido social en las grandes capitales, genera violencia e individualiza las formas sociales de convivencia. Por eso las autoridades tienen la obligación de garantizar mejores formas de gobierno y convivencia entre  los ciudadanos.

 

Los planes y programas de gobierno que cada administración presenta, se quedan cortos ante el cúmulo de necesidades que todos los días se presentan en una administración municipal, el tiempo nunca alcanzará para resolverlos, por eso deben ser más sencillos y con metas y objetivos claros, sujetarlos al futuro no esta mal, pero solamente crean falsas expectativas.

 

Durante años hemos escuchado como van y vienen los planes y en que terminan, algunos como el que presento Luís Paredes Moctezuma con una visión hasta el año 3000, por decir lo menos. Y después lo que sucedió fue fatal, simplemente se quedo en  buenas intenciones y cumplió hasta donde pudo lo propuesto.

 

Ahora nos encontramos con el nuevo programa de acciones de la actual presidenta municipal, basado en varios ejes para su funcionamiento, las ideas son buenas, se concibió en la realización de algunos foros temáticos, ahora falta que se cumpla.

 

Su gobierno no sólo tiene que inaugurar obras, debe priorizar lo más por lo menos y escuchar a la gente, además debe hacer que funcione su administración y cumplir con lo prometido en su campaña. La ciudad de Puebla no es cualquier cosa, hay problemas estructurales y políticos que tienen décadas sin resolverse y las nuevas demandas tampoco son las de ayer.

 

Poner a la ciudad al día, requiere insertarla dentro de las más importantes del país, para eso se necesita no de buena voluntad, sino de trabajar y dedicarle el tiempo completo para reconstruirla y hacerla mejor.

 

Sin embargo para cumplir con las metas que han trazado, también se necesitan de los recursos económicos necesarios, las participaciones federales y estatales nunca alcanzaran, las partidas etiquetadas en los diferentes ramos que hay en los programas sociales ayudan, pero tampoco solucionan de fondo las necesidades de los ciudadanos.

 

Son dolorosos los aumentos a los impuestos, pero los que se cobran no sirven de nada, además la política de ingresos municipales esta desfasada de la realidad y no responden a las carencias que se tienen. Muchos pagan poco y otros no contribuyen en nada, los servicios salen más caros y la corrupción reina en cualquier trámite burocrático.

 

La viabilidad de la ciudad esta a punto de entrar en crisis, los servicios públicos son deficientes y no llegan a todos los lugares de la ciudad, el agua día a día se desperdicia y escasea, el drenaje ha cumplido su ciclo de vida en muchas zonas y modernizarlo cuesta demasiado, el alumbrado público esta concentrado en algunas partes, en otras no existe, las vialidades ya no funcionan y están sobresaturadas.

 

Sumado a lo anterior tenemos cuatro asuntos torales: seguridad pública, ambulantaje, crecimiento urbano y pobreza social.

 

Problemas sociales que se han politizado, generando grupos de presión e interés, en donde los partidos obtienen mediante el control corporativo votos y han contribuido a la corrupción y enriquecimiento ilegal de líderes de ambulantes, bandas y organizaciones como: Antorcha Campesina y un sinfín de asociaciones de todo tipo que se dedican a lucrar con la gestión.

 

Por otro lado las principales universidades, sobretodo la BUAP, UPAEP,  IBERO y la UDLA, tienen mucho que aportar, deben constituirse en un bloque que aporten proyectos y soluciones para la ciudad de la cual también forman parte.

 

Eso de seguir siendo una ciudad de paso es ahora una mala broma, el turismo necesita ver, conocer y disfrutar de otras cosas, pero sin una política cultural no habrá nada que ofrecer al turismo y menos aún a los propios ciudadanos.

 

Nadie de niega que dicho plan tiene cosas interesantes, pero sin la participación de la sociedad será un papel en blanco, debe haber iniciativas que incorporen a todos los sectores, que los tomen en cuenta y generen movimientos de solidaridad y apoyo mutuo.

 

La realidad de las sociedades contemporáneas del siglo XXI, todos los días sufren cambios y transformaciones, hay nuevos fenómenos sociales y demandas que tienen que ver con las identidades del colectivo imaginario.

 

Si a todo lo anterior no sumamos la necesidad de contar con un buen índice en la calidad de vida para los ciudadanos, cualquier proyecto será excluyente a las exigencias a tener: mejores espacios de convivencia, ocio y cultura, salud y sexualidad, divertimento, deporte, ecología, espacios culturales, lectura, alimentación y lugares dignos para vivir.

 

Edificar mejor y para mañana las grandes ciudades requiere más que las simples declaraciones públicas. Generar grandes expectativas sin un trabajo de equipo, puede también concluir en la decepción social, que traducida  en lenguaje de los políticos será  derrota con altos costos políticos.

 

Columnas Anteriores


 
 

 

 
Todos los Columnistas