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La Presunta Izquierda


Rubén Moreno Medina


Enfrentamientos electorales por el poder.

 

El presidente del Instituto Estatal Electoral en Puebla, Jorge Sánchez Morales, de nueva cuenta se ha visto rebasado por la disputa electoral, primero fueron las precampañas adelantadas, nunca hicieron nada, después el famoso acuerdo de civilidad entre los partidos, que no funciono y nadie lo respeta, ahora nos encontramos con las famosas campañas negras y tampoco saben que hacer.


Los consejeros del IEE van de un lado a otro, sus bandazos generan incertidumbre política, a unas semanas de que finalicen las campañas electorales, el árbitro principal del juego electoral, carece de fuerza para poner en orden a todos los actores partidarios. La impresión hacía fuera que muestra el presidente del IEE, es de temor y pareciera estar entre dos fuegos amigos, con los que busca quedar bien en estos comicios.


Estas  semanas que están por venir serán definitivas para todos los partidos políticos y sus candidatos que participan en la contienda electoral  que culminará el próximo 11 de noviembre. Los electores y ciudadanos podrán advertir con más nitidez que en Puebla, habrá comicios, porque hasta ahora la mayoría de las campañas se ven flojas y dan “güeva”.


Tiene razón Rigoberto Benítez, director de la encuestadora “Opina”, cuando afirma en una entrevista periodística, que las campañas siguen siendo de “matracas y confeti”.


Pareciera ser, que  los aspirantes algún puesto de elección popular, en lugar de estar convenciendo y buscando los votos necesarios para ganar con propuestas viables, prefieren la intriga palaciega, los golpes bajos y la lucha mediática para descalificarse los unos a los otros y  así derrotar al  adversario; lo vemos desde el municipio más alejado del estado hasta en la propia capital.


En el PAN, las intrigas internas siguen su curso todos los días, algunos miembros de Acción Nacional  dicen en lo obscurito no estar de acuerdo con la estrategia de Antonio Sánchez Díaz de Rivera, lo filtran y  dicho aspirante  ordena cerrar filas. Ahora han realizado los cambios en el diseño de su campaña, para darle paso a los spots en contra del gobernador, por el caso Lydia Cacho, que aunado con las tonterías políticas que Sánchez Díaz de Rivera ha dicho, quien sabe si les funcione en estos momentos.


Sus principales  generales,  como: Francisco Fraile García, Humberto Aguilar Coronado, Ángel Alonso Díaz Caneja, Ana Teresa Aranda y  Rafael Moreno Valle, simplemente se han ausentado de la campaña y han preferido sólo mirar su desarrollo.


Los miembros del Partido Revolucionario Institucional, por lo consiguiente también atacan por todos lados, sobretodo a su principal contendiente, condenan la llamada campaña negra de Acción Nacional, preparan denuncias ante el IEE, propagandizan actos de funcionarios federales haciendo proselitismo azul.


De los demás partidos pequeños y  “opositores” poco podemos hablar, no han logrado posicionarse ante el electorado, tampoco han crecido, sus actos son marginales y en la disputa por el poder sólo serán espectadores. Su corta visión les permite  recrean sus intereses de grupo y particulares, para seguir conservando sus pequeños espacios de poder.

 

Nada extraño en unos comicios intermedios, con baja calidad política y cuando la disputa se cierra en  dos de las  principales fuerzas partidarias, que desean la mayoría de municipios y diputaciones locales. La confrontación no es nueva, simplemente el PRI y el PAN  entraran con todo en el último tramo de las elecciones.


 El juego electoral es perverso y lleno de intrigas políticas, es un círculo partidario que nadie ha podido revertir para que las  elecciones pudieran ser otras, en donde la sociedad tuviera las posibilidades de participar y  trabajar por las solución de los grandes  problemas que enfrentan todos los días.


Hoy la mercadoctenía electoral, los asesores, especialistas, consultores políticos y el juego por el poder se han convertido en las armas necesarias de las elecciones. Los partidos políticos han extraviado su rumbo, el electrorerismo simplemente los ha llevado a pensar en un corto plazo y olvidarse de  las grandes reformas de fondo.


Pronto veremos la guerra de encuestas, sus interpretaciones, efectos, el uso que le dan los candidatos y dirigentes partidarios, unos para rechazarlas y otros para celebrarlas; estas se han convertido en símbolos políticos para mediatizar al electorado, en lugar de utilizarlas como  herramientas políticas para modificar o corregir estrategias.


Que nadie se confié, el enfrentamiento será en todos los frentes, nadie se rendirá antes de que termine la guerra electoral, en una contienda tan cerrada entre el PRI y el PAN, en donde no existen otros contrapesos partidarios, la polarización de fuerzas está presente. Bajo el escenario anterior los grupos de presión y poderes fácticos actúan en plena libertad y las campañas sucias se anteponen a la verdadera disputa de ideas y proyectos de gobierno.


En fin las elecciones seguirán su curso,  existirán cada tres y seis años, son parte de nuestro sistema político, a pesar de que  no hay mucho que exigir de candidatos y partidos, esto es lo que existe en la democracia de nuestro país, así son, es lo que tenemos, esperemos que algún día puedan reformarse. Sin embargo la vía necesaria  para alcanzar el poder son las elecciones y para ello tenemos que hacerlo por medio de los institutos partidarios, son necesarios para la gobernabilidad democrática y un dique para evitar el autoritarismo. Ojalá puedan servirle cuanto antes a la sociedad y evitar que nuestra endeble democracia partidaria se debilite y agote.


 

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