Puebla en Perspectiva


Mario Riestra Piña
pueblaenperspectiva@gmail.com

06/09/2010

La inseguridad en Monterrey, una lección para Puebla


Puebla es uno de los estados más seguros del país, nadie lo cuestiona. Afortunadamente, los hechos delictivos y de violencia no son tan frecuentes como los que leemos y escuchamos en otras latitudes de la República. Sin embargo, si analizamos a detalle la situación del estado, existen indicadores que sugieren es necesario tomar medidas precautorias de gran envergadura.


Hace tan sólo algunos años, Monterrey gozaba de una situación de tranquilidad similar a la de Puebla. Poco a poco, dicha localidad fue cediendo terreno al crimen organizado y, hoy en día, la capital de Nuevo León es considerada por el gobierno de Estados Unidos como una de las catorce sedes diplomáticas más peligrosas del mundo. Su historia pone al descubierto que la lucha contra la inseguridad no puede ser considerada como una victoria eterna, sino que debe refrendarse día a día.


Monterrey, al igual que la ciudad de Puebla, no son ciudades fronterizas, tampoco son puertos de embarque de mercancías y no están demasiado cerca de las principales regiones productoras de droga en el país. Por otro lado, su elevado desarrollo económico debería elevar el costo de oportunidad para aquellas personas que son tentadas por los tentáculos de los cárteles de droga. Aún así, la sultana del norte ha vivido recientemente el rigor de la mafia, a tal grado que numerosos empresarios han decidido abandonar la localidad.


En Puebla, por su parte, resulta preocupante la ausencia de un diagnóstico gubernamental serio en materia de inseguridad. Ante cualquier hecho violento vinculado con el crimen organizado, la respuesta inmediata por parte de los funcionarios marinistas fue disciplinadamente siempre la misma. “Se trata de hechos aislados”, pregonaron una y otra vez. Lo cierto es que en Monterrey, los sucesos vinculados a la presencia del narcotráfico también se incrementaron gradualmente.


El narcotráfico se maneja de manera cada día más similar a cualquier compañía transnacional. La diversificación de sus fuentes de ingresos es el ejemplo perfecto. Hoy en día, los cárteles de la droga se dedican, simultáneamente, a la venta de estupefacientes, el secuestro, la trata de personas y la piratería. Si tomamos como válida esta premisa, resultaría altamente probable el aceptar también como cierto que el crimen organizado desarrolla sus actividades en Puebla.


Según la encuesta realizada por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), en 2009 Puebla fue la séptima entidad con mayor número de consumidores de piratería en todo México. El consumo de productos de origen ilegal en nuestro país representó una pérdida de casi mil MDP para el sector industrial a nivel nacional.


El traslado de migrantes hacia E.E.U.U. y la trata de personas con fines de explotación sexual son también dos grandísimas fuentes de ingresos para el crimen organizado. Debido a la posición geográfica estratégica de nuestra ciudad y estado, Puebla es, en muchos casos, paso obligado de los migrantes nacionales y latinoamericanos que buscan alcanzar territorio estadounidense, así como de las redes que engañan y transportan a jovencitas que posteriormente son obligadas a trabajar sexualmente. En ambos casos, la presencia del crimen organizado en Puebla resulta obvia.


Por último, el combate del crimen organizado requiere, necesariamente, de una lucha frontal contra la corrupción. La corrupción del aparato gubernamental y de las corporaciones policiacas, especialmente, es caldo de cultivo para la proliferación de delincuentes. Puebla tiene el cuarto gobierno más corrupto a nivel nacional, por lo que no sería extraño que, con el paso del tiempo, afloraran los vínculos entre gobierno y narcotráfico. Sobre todo si tomamos en cuenta que, según información de la revista Nexos, en Puebla operan actualmente tres cárteles; el de los Zetas, en casi todo el estado, el de Sinaloa, en el sur de la entidad, y el del Pacífico Sur.

 

Así como el ejemplo de inseguridad de Monterrey debe servir como precedente valioso para la toma de decisiones en Puebla, también lo debería ser el llamado a permanecer en la ciudad de Monterrey y contribuir en la lucha contra la inseguridad desde la sociedad civil, realizado por el connotado empresario cementero Lorenzo Zambrano, a través de su cuenta personal de twitter. En Puebla hacen falta voces emprendedoras y valientes que impulsen el estado y formen ciudadanía. Hoy estamos a tiempo para actuar de forma preventiva y evitar el mismo sufrimiento que viven los regiomontanos.

 



 
 

 

 
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