Puebla en Perspectiva


Mario Riestra Piña
pueblaenperspectiva@gmail.com

28/02/2011

El Congreso Local más plural en la historia ha sido también eficaz


El Congreso del estado, como resultado de la pasada contienda electoral, tiene la conformación más plural en su historia. Hasta la legislatura pasada, el PRI había sido siempre la primera fuerza política y contaba, además, con mayoría absoluta en el pleno. A partir del 15 de enero pasado, en cambio, el bloque legislativo de Compromiso por Puebla, formalizado por los diputados del PAN, Nueva Alianza y PRD, constituyen la bancada más numerosa y ningún partido por sí solo es mayoría. En este contexto, resulta evidente que el diálogo y la negociación sean imprescindibles para dar viabilidad a cualquier proyecto legislativo.


Esta histórica pluralidad, si bien favorece la equidad y transparencia en el manejo interno del Congreso, conlleva, al mismo tiempo, un esfuerzo adicional en la construcción de acuerdos. Para nadie es un secreto que un Congreso con mayoría absoluta tiende a ser más eficaz que aquel que requiere de varios partidos para alcanzar los votos necesarios en la aprobación de leyes. A nivel federal, por ejemplo, el poder legislativo ha sido desde hace más de una década cada vez más plural, y sin embargo en muchas ocasiones la parálisis ha sido una de sus principales características. De ahí la gran relevancia de que en Puebla el Poder Legislativo haya dado muestras de ser capaz de construir mayorías pluripartidistas.


Las primeras grandes decisiones del Congreso, por ejemplo, fueron votadas por unanimidad; no se trataron de votaciones menores. Los primeros pasos estuvieron vinculados con la integración de los órganos de gobierno al interior del legislativo. La designación de la Mesa Directiva y la Gran Comisión contó con el apoyo de todos los diputados de la legislatura, mediante voto secreto (hecho que debe resaltarse ya que incrementa la dificultad de conseguir una votación unánime). La Mesa Directiva de este primer periodo de sesiones se integró por diputados de seis partidos distintos y, por primera vez, un diputado de un partido distinto al PRI ocupa esta posición. En el caso de la Gran Comisión, máximo órgano de gobierno del legislativo, es también inédito que la mayoría de sus integrantes (cinco diputados de un total de ocho con voz y voto) pertenezcan al bloque parlamentario de Compromiso por Puebla.


Las votaciones han continuado transcurriendo con grandes consensos, hecho que evidencia la sensibilidad que ha existido al no haber actitud alguna de “agandalle” (como si existió en el pasado) por parte del bloque mayoritario. El reparto de comisiones, como nunca antes, se desarrolló bajo las premisas de equidad, proporcionalidad y ponderación de perfiles, hecho que permitió a los partidos de oposición contar con posiciones de gran relevancia. La integración de cada una de las comisiones fue votada en secrecía y en todos los casos se obtuvo un amplio consenso. La comisión con menos votos favorables obtuvo, por ejemplo, más del 85 por ciento del total de los sufragios (el Comité de Administración), lo que refleja la gran satisfacción de todas las fracciones en el reparto de los espacios.


En el caso de las votaciones de las reformas legislativas aprobadas hasta el momento, a pesar de que en muchos casos han existido sendos debates en comisiones y el pleno, las votaciones han sido igualmente positivas. Aún en los casos más polémicos, como la despenalización de la calumnia y la difamación, y la aprobación de los mecanismos de financiamiento denominados ¨PPS¨, los votos en contra no han sido más de dos. En el caso de la reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública del Estado, de gran relevancia política para Puebla, la votación fue unánime. Subrayaría especialmente dos características que han permitido contar con votaciones apoyadas con su voto por más del 95 por ciento de los legisladores presentes.


Las iniciativas no se han aprobado en automático y se han discutido internamente el tiempo necesario hasta que técnica y políticamente se hubieran construido los consensos necesarios. En el caso de la despenalización de la calumnia y la difamación, aun cuando el dictamen había sido aprobado unánimemente en la Comisión de Gobernación, se decidió retrasar varias semanas su votación en el pleno a fin de analizarla a profundidad. No ha existido prisa, ni voto mecánico.


Por otro lado, las iniciativas enviadas por el ejecutivo del estado han sido analizadas y en la mayoría de los casos enriquecidas de manera importante. Retomando nuevamente el ejemplo citado relativo a la calumnia y difamación, si bien todos los diputados consideramos positiva su despenalización, su análisis hizo posible llevar a cabo algunas modificaciones que incorporaron sugerencias relevantes de comunicadores y especialistas en la materia.


La pluralidad que impera en el Congreso, gracias a que ha sido acompañada por tolerancia, diálogo y una evidente división de poderes, ha redituado en una gran eficacia legislativa. Este hecho pone de manifiesto que la alternancia en Puebla comienza a dar sus primeros frutos.

 



 
 

 

 
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