Puebla en Perspectiva


Mario Riestra Piña

05/10/2009

Puebla tiene mucho que aprender de Aguascalientes


Hace tan sólo 10 años, los estados de Puebla y Aguascalientes tenían índices de competitividad muy similares. Hoy, sin embargo, la realidad de ambos estados es muy diferente. En cualquiera de los más prestigiosos índices de competitividad existentes, Aguascalientes ocupa actualmente uno de los primeros lugares a nivel nacional, mientras nuestro estado se ha venido rezagando de forma sistematizada.


En general, el término competitividad suele referirse a la habilidad de proveer condiciones internacionalmente aceptables que permitan atraer y retener inversiones a una ciudad, región o país. Estas condiciones permiten maximizar el potencial socioeconómico de las empresas y personas que radican en la entidad, e incrementar de forma sostenida su bienestar (IMCO). Por ende, mayores índices de competitividad redundan en más y mejores empleos, así como en tasas de crecimiento económico más elevadas.  


Durante la década de los noventas, a medida que la apertura económica de nuestro país se incrementaba, se popularizó la medición de la competitividad a nivel estatal en nuestro país. La primera medición realizada a nivel estatal, en 1995, fue llevada a cabo por la Escuela de Graduados en Administración Pública y Política Pública (EGAP) del Tecnológico de Monterrey.


Para 1999, el estado de Puebla alcanzaría su máximo nivel histórico al alcanzar el sitio número 14 en el referido índice, muy cerca de la calificación obtenida en ese entonces por Aguascalientes, que se ubicó en el lugar número 10. Poco a poco, el tema se fue popularizando y diversas instituciones públicas y privadas iniciaron sus propias mediciones.


La elevada competitividad del estado de Puebla se reflejaba, ese mismo año, en diversos campos de la economía local. Nuestro estado, por ejemplo, captaba cerca del 15% de la Inversión Extranjera Directa (IED) a nivel nacional y la tasa de crecimiento del PIB estatal superaba el 8.3% (INEGI).  


La competitividad es, sin embargo, un concepto relativo, por lo que depende no sólo de las acciones que un estado emprenda, sino también de las acciones que sus competidores lleven a cabo. 10 años después de que Puebla alcanzara su mejor posición en cuanto a competitividad se refiere, la realidad económica de nuestro estado es muy distinta.


Si bien nuestra entidad ha logrado avances en la materia, la evidencia confirma que la mayoría de los estados en nuestro país han superado a Puebla en la velocidad y alcance de su evolución. Los índices de competitividad por estado, elaborados por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y el Banco Mundial sitúan a nuestro estado, lamentablemente, en los últimos lugares de la clasificación.


Algunas entidades federativas mostraron gran efectividad en sus políticas públicas durante la última década y han mejorado considerablemente su competitividad estatal. Aguascalientes, por ejemplo, pasó del lugar número 10 que ocupaba en 1999, al 5º  sitio a nivel nacional en el 2006, según la última medición realizada por el IMCO. Durante el mismo periodo de tiempo, el estado de Querétaro pasó del lugar número 12 a la 7ª posición, según los mismos indicadores.


Lamentablemente, nuestro estado no ha sabido emular a entidades como Aguascalientes y Querétaro. En lugar de reducir la brecha frente a las entidades mejor posicionadas, nuestro estado ocupa actualmente la posición número 26 y se asemeja en sus condiciones a entidades como Zacatecas, Hidalgo y Guerrero.
A nivel municipal, la ciudad de Puebla ha logrado alcanzar posiciones ligeramente mejores a las estatales.

 

Según el estudio Doing Business del Banco Mundial, la capital del estado ocupó durante los años 2007 y 2009 las posiciones número 28 y 19. En este mismo índice, en ambos años señalados, la ciudad de Aguascalientes ocupa el primer lugar, mientras que municipios con niveles de desarrollo inferiores a los de la capital poblana ocupan posiciones privilegiadas como Tuxtla Gutiérrez y Zacatecas, mismas que ocupan los lugares 2 y 3, respectivamente.


Por ende, resulta indispensable analizar cuáles son las acciones que nuestra entidad debe llevar a cabo a fin de lograr ser más competitiva. Hoy nuestro estado capta apenas el 9% de la IED y su PIB creció a una tasa del 3.5% durante 2007 (último año reportado por el INEGI). Puebla debe tomar acciones decididas para evitar seguir rezagándose económicamente a nivel nacional.


En mi opinión, existen tres campos en los cuales Puebla podría retomar el exitoso ejemplo de entidades como Aguascalientes, a saber; mejora regulatoria a nivel municipal y estatal, investigación y desarrollo e infraestructura.


En cuanto a la mejora regulatoria se refiere, estado y municipios deben llevar a cabo esfuerzos conjuntos para que el número de trámites, costo y duración del proceso de apertura de nuevas empresas se reduzca significativamente. La reinstauración de la ventanilla única y el formato único de gestión, desaparecidos hace algunos años, son requisitos indispensables para facilitar al sector privado la apertura de negocios.


De igual forma, la vinculación entre los centros de investigación y desarrollo científico y tecnológico y los diferentes sectores industriales debe intensificarse. La investigación y desarrollo aplicado debe redundar en innovación de nuevas tecnologías, diseños y productos que otorgarán al sector privado poblano ventajas competitivas frente a sus principales competidores. Aguascalientes, por ejemplo, tiene más de 10 centros de investigación que brindan asesoría directa a sus diferentes clusters industriales.


Puebla ha gozado tradicionalmente de una localización geográfica privilegiada que, desde su fundación, se constituyó como una de sus principales ventajas. Hoy, sin embargo, la ubicación del estado de Puebla no es suficiente. El aeropuerto de Puebla debe ser impulsado a fin de constituirse como un aeropuerto con presencia internacional, tanto de carga como de pasajeros. El puerto seco del estado debe ser una realidad y, muy importante, debe planearse desde una perspectiva regional. El impulso de las vías ferroviarias y la planeación urbana de largo plazo, tanto de la capital como de su zona metropolitana, deben ser parte fundamental de la planeación estratégica del estado.


Con mucho menos ventajas históricas y económicas, Aguascalientes ha logrado contar actualmente con un aeropuerto con cuatro vuelos internacionales diarios, un puerto seco de vanguardia, tres anillos periféricos en su capital, además de ser la única ciudad del país donde convergen las líneas ferroviarias de las empresas Ferromex y Kansas City.


Nuestro estado tiene el potencial necesario para recobrar su grandeza y aspirar a ser una entidad competitiva a nivel mundial. En lugar de conformarnos con competir y superar a nuestros vecinos geográficos inmediatos, Puebla está llamado a ser un referente obligado nacional.

 

 

 

 

 

 

 



 
 

 

 
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