Pulso Político


Gabriel Sánchez Andraca

02/08/2011

 

Demasiado tarde…


El semanario Proceso, que se edita en la ciudad de México, publicó en su edición del pasado domingo 31 de julio, el contenido de un documento elaborado por una comisión de diez panistas, coordinados por José Luis Coindreau, cuyo objetivo era conocer las razones del fracaso del PAN en las elecciones del 2009.


Ese documento, entregado el 12 de septiembre de ese año, tres días antes de que el Partido Acción Nacional cumpliera 70  años de haber sido fundado por Manuel Gómez Morín, fue estrictamente confidencial. Al entregarlo al Consejo, se dijo, que por las observaciones que dicho documento contenía era necesaria una alta confidencialidad, según una grabación que también se entregó a Álvaro Delgado, el reportero de la conocida revista, autor del interesante trabajo.


Resumiendo los puntos más importantes, se señala que: “En el comportamiento de los panistas no se aplica la fuerza de las ideas, sino la fuerza del interés, la nómina y el poder; no hay agenda para y con la sociedad; se han tolerado actos de corrupción de funcionarios y militantes; se ha privilegiado el arribismo y el oportunismo; se permite la democracia simulada y se impone la aplicación discrecional de estatutos y reglamentos.


“Hay manipulación de los procesos internos; la onda grupera divide al partido, la autoridad no lo remedia y a veces es factor de parcialidad al tomar decisiones; desechamos a gente valiosa; los dirigentes se reciclan y la cultura y mentalidad corporativa persiste, derechos, antigüedad, cacicazgos”.


“Nos olvidamos de nuestros aliados históricos y no hay plan de relaciones con sectores líderes de la sociedad (iglesia, empresarios, intelectuales, artistas, académicos, universitarios, etcétera) sino que no sabemos comunicarnos con los grupos minoritarios en su idioma (chavos banda, emos, darketos, homosexuales, discapacitados), continúa la resistencia a la cuota de género y la fama de mochos, nos aleja de muchos grupos.


El diagnóstico realizado por los panistas María Elena Álvarez, Mariela Pérez de Tejada, Gabriela Ruiz del Rincón, Luisa María Calderón, Fernando Torres Graciano, Alejandro Vázquez Cuevas, Humberto Aguilar Coronado, Marko Cortés, José Espina y Arturo García Portillo y desde luego, el coordinador Coindreau, es interesante, porque dice muchas verdades sobre el fracaso del Partido Acción Nacional, como partido gobernante.


Por desgracia para el propio PAN, de nada sirvió un diagnóstico tan severo, tan riguroso y cierto, pues no se tomaron medidas para remediar o medio remediar las cosas.


A dos años de distancia de la entrega del documento, el panorama para el partido blanquiazul no sólo no ha mejorado, sino que ha empeorado. Fuera de sus triunfos, en alianza con el PRD, de Puebla, Oaxaca y Sinaloa, la situación de Acción Nacional en el marco político actual, es verdaderamente trágica.


“No supimos inhibir la acción de gobernadores priistas en campaña; la actitud del PRI era ganadora y la del PAN no.


“Los gobernadores priistas operan con todo y los funcionarios y delegados federales, se cuidan mucho de no participar con el PAN en el proceso electoral; en algunas zonas siempre gana el PRI, vía cualquier partido; se permite que los gobiernos del PRI actúen a su arbitrio y se atribuyan logros del gobierno federal; los gobiernos priistas usaron sus propios medios y también los del gobierno federal para operar a su favor; algunos delegados del gobierno federal han sido cooptados por los gobernadores estatales; las concesiones de canales televisivos a los gobiernos estatales operaron para el PRI; no denunciamos los excesos de Peña Nieto y la mayor parte de los gobernadores priistas; parece que tenemos miedo a los gobernadores priistas y no hemos asumido la influencia y el poder del gobierno federal”.


“Falta operación política del Comité Ejecutivo Nacional en los estados; nuestros operadores están ocupados trabajando en el gobierno; se percibe abandono del CEN y sus dirigentes; la operación con gobernadores panistas y de oposición, se ha descuidado por parte de la Segob; tibios para implantar programas bondadosos de alto impacto; la operación se hizo con dinosaurios antidemocráticos, se ganó perdiendo”.


Señala el diagnóstico que el PAN equivocó los mensajes de campaña, pues se puso a atacar al PRI recordando su pasado y no pareció interesar al electorado…”Se habla del pasado y no del futuro en los mensajes…..El CEN se equivocó al priorizar la confrontación con el PRI. La gente ya no quiere pleitos”.


En otra parte del informe, se habla de la falta de atención a la gente, de su alejamiento, de que los panistas no saben ver hacia abajo o lo hacen en forma paternalista: “Los panistas tienen falta de sensibilidad y voluntad para acercarse a los segmentos populares o de menores ingresos; descalificamos los liderazgos populares; no se establecen alianzas bajo la premisa de ser pares y recíprocos, los vemos hacia abajo; confundimos sensibilidad social con populismo y los grupos más vulnerables son muy sensibles a la soberbia, los prejuicios, la posición social”.


El documento no tiene pierde. Retrata la realidad del PAN en el poder: como hemos dicho en este espacio, los panistas no tienen oficio y carecen de sensibilidad social. Lo malo es que ni conociendo su realidad en el poder, hacen algo para mejorar las cosas. Tal parece que no sólo el país, sino su propio partido, se les fueron de las manos.


Ojalá y los dirigentes de otras conformaciones políticas, incluyendo al PRI, leyeran este diagnóstico. Les serviría de mucho, si realmente quieren mejorar las cosas. Actualmente todos los partidos políticos mexicanos, tienen muchos de los problemas que son señalados en el documento publicado por el semanario Proceso.

 

El PRI está en lo suyo


Más de 90 comités municipales del PRI, fueron renovados el pasado domingo y esta semana se espera completar los 106 anunciados. Se lanzará la convocatoria para elegir a otros 80 mediante el sistema de acuerdo del Consejo y luego se elegirá o se designará al comité municipal de Puebla capital.


Presumen los dirigentes del tricolor, que al finalizar el mes de agosto la renovación de sus cuadros dirigentes, será total y que abarcará a las dirigencias de sus sectores, como el campesino, el popular, los jóvenes, las mujeres, los empresarios, etcétera.


Y luego se dedicarán a realizar actos para aportar ideas  para la conformación de la plataforma electoral priista.


Priistas de buena fe, que los hay, esperan que la selección de dirigentes municipales haya sido adecuada, que sea gente realmente interesada en el partido, aunque no tenga, como pidió el dirigente estatal, Juan Carlos Lastiri, conciencia revolucionaria.


Es difícil saber realmente si acertaron en la designación de dirigentes en los municipios. Veremos si aciertan en Puebla capital y de ahí se podrán deducir muchas cosas, por ejemplo si esas designaciones se hicieron con base en la opinión de la mayoría de los militantes o si sólo responden a intereses de grupos o a padrinazgos.


Los dirigentes priistas deben estar plenamente conscientes, de que el descontento que existe entre la ciudadanía contra los partidos políticos, también alcanza al PRI y que son muchos, militantes priistas, los que también protestan por la forma en que sus líderes pretenden manejarlos.


No deben olvidar que cuando el PRI se constituyó en partido político, en 1929, este país tenía poco más de 15 millones de habitantes y que ahora tiene más de 110 millones; que en 1929, la mayor parte de la población era analfabeta y que ahora, pese a la reconocida educación de mala calidad que tenemos, son decenas de millones de mexicanos los que han cursado por lo menos la secundaria. Los priistas de la base pues, ya no pueden ser tratados como menores de edad, como seres humanos subdesarrollados física y mentalmente.

 

A propósito, muchos priistas poblanos se preguntan, ¿por qué ya no aparece en ningún acto de su partido, el delegado nacional don Ruperto Márquez Hernández? Ya hasta se habla de un posible distanciamiento con la dirigencia estatal.

 



 
 

 

 
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