Pulso Político


Gabriel Sánchez Andraca

03/09/2010

La reunión de los gobernadores


El gobernador en funciones, Mario Marín Torres y el gobernador electo, Rafael Moreno Valle, se reunieron el miércoles y ambos asumieron un comportamiento de políticos profesionales: respetuosos uno del otro, con madurez abordaron los asuntos que tenían que abordar, tomaron acuerdos y pactaron una próxima reunión.


Ambos designaron a su gente de mayor confianza para llevar a cabo los trabajos de transición. Valentín Meneses, secretario de gobernación del estado y Fernando Manzanilla, por parte de Moreno Valle.


Entre los acuerdos más importantes que tuvieron, está el de tener una reunión con diputados federales y locales para efectos de elaborar los presupuestos de egresos e ingresos. Moreno Valle Rosas, se comprometió a hacer gestiones ante el gobierno federal, para destrabar los 900 millones de pesos que se tienen retenidos, a fin de que el gobierno estatal no tenga problemas.


Esta semana le dijimos en este espacio, que el comportamiento del gobernador electo, ya como tal, está siendo comentado muy positivamente en los círculos políticos y burocráticos de Puebla.


Y es que los rumores y la chismografía política que circulan en las campañas, desde que este país entró a la “democracia” hicieron pensar a muchos en una verdadera guerra, solo concebible en sociedades atrasadas y en políticos primerizos.


Ni Marín Torres, ni Moreno Valle, lo son y están dando pruebas de ello. Ambos tienen toda una carrera dentro de la administración pública y saben que en política la forma es fondo.


La actuación de ambos corresponde a políticos con oficio, con sensibilidad y eso, constituye una garantía para la ciudadanía, de que el trabajo del nuevo gobierno no será obstaculizado por el gobierno saliente y que no habrá por parte del gobierno pluripartidista de Moreno Valle, ninguna cacería de brujas.


Los más contentos con esto, son los trabajadores del estado, tanto de base como por contrato, pues tienen la seguridad de que solo por verdadera incapacidad o negligencia, serán removidos de su empleo. La burocracia siempre está temerosa en cada cambio de gobierno, pues ha habido ocasiones en que personal con años de servicio, es despedido sin motivo, solo para colocar a amigos de los que llegan, y eso ha ocurrido en gobiernos, entrante y saliente, del mismo partido. Por eso la preocupación que con frecuencia externaban los trabajadores y más a partir del triunfo de la coalición opositora. Hay que entender, que un trabajador, un burócrata, tiene como único patrimonio, su empleo.


Dos trabajadores del gobierno estatal, con quienes platicamos ayer, nos informaron que el ambiente de intranquilidad que privaba entre sus compañeros, ha desaparecido. Hay confianza en que el nuevo gobierno no actuará arbitrariamente precisamente por el comportamiento que ya como gobernador electo ha tenido Moreno Valle.

 

Crisis superada, dice Calderón

 

Según el presidente Felipe Calderón, la crisis económica ha sido superada. Se inicia otra que será peor, según los expertos.


Y es que nada de lo económico cambiará, mientras no se cambie el fracasado modelo neoliberal, que ha propiciado el desempleo, mayor pobreza, la emigración de miles de campesinos hacia los Estados Unidos en busca de trabajo y el fuerte incremento de la delincuencia organizada y desorganizada.


Los especialistas dicen que las expectativas sobre el futuro de la economía mexicana se han desplomado y que el alto índice de inseguridad que prevalece en gran parte del país, crece como factor que bloquea el desarrollo.


Ya hemos comentado que los pilares de la economía nacional, están desplomados: el petróleo está a la baja en producción y precio; las remesas de los trabajadores mexicanos en los Estados Unidos, también van a la baja por la sencilla razón de que allá, del otro lado, también están en crisis, que ahí se originó la crisis mundial y por consiguiente sufren desempleo; el turismo ha disminuido drásticamente. El nacional por falta de recursos y el internacional, también por falta de recursos pero además por miedo al clima de violencia que aquí prevalece; la inversión extranjera directa es la única que al parecer se mantiene en un nivel aceptable y las exportaciones industriales, han bajado también por falta de compradores.


Hay otro factor económico importante, que es el ingreso por la venta de droga al exterior. No se tiene en cuenta porque se trata de una actividad ilegal, pero el dinero que por ese concepto se mueve en la economía nacional, es de la mayor importancia. Este renglón también se ha desplomado por la llamada “guerra” contra el narcotráfico. Por todo eso el crecimiento del Producto Interno Bruto, PIB, en los próximos meses será de solo el 3.6 por ciento y no del 5.9 que se registró en la primera mitad del año.


Los economistas del sector privado, que son mucho más realistas que los oficiales, dicen que el próximo año o sea el 2011, será de estancamiento.


Por lo visto es una característica de los gobernantes panistas el optimismo exagerado, que les hace caer con demasiada frecuencia en la irrealidad. Hay que acordarse del simpático, folklórico, pero ineficiente presidente Fox, creador de lo que el pueblo calificó como “Foxilandia”, un país, que solo existía en la mente de su creador.

 

La “jalada” de Onésimo Cepeda

 

El obispo católico de Ecatepec, estado de México, Onésimo Cepeda, dijo ayer que el Estado laico, es una “jalada” y trata de explicarlo con simplezas: ¿El pueblo es laico? Pregunta y él mismo se contesta, “no”; ¿los maizales o sea el territorio es laico?, vuelve a preguntar y responde “no”. El Estado laico, Dios me perdone, pero es una jalada.

 

Una “jalada” cuyos antecedentes históricos fueron los abusos de la jerarquía católica en el país, que controlaba la economía, la educación y el gobierno civil. Una jalada que provocó guerras intestinas en las que murieron miles de mexicanos; una jalada que logró la estabilidad de la nación una vez que se estableció la separación del Estado y de la Iglesia y que permitió avances materiales importantes en beneficio de las grandes masas de la población. Una jalada que ahora se ha establecido en todos los países modernos y que ha sido elogiada hasta por los jerarcas más avanzados del catolicismo, entre los cuales desde luego que no está don Onésimo Cepeda.

 



 
 

 

 
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