Pulso Político


Gabriel Sánchez Andraca

09/01/2013

 

Los panistas y la realidad

 

Siempre hemos dicho en este espacio que los panistas son enemigos de la realidad política. Recién finalizó el plazo que la dirigencia del PAN dio a sus militantes y a sus simpatizantes para reafirmar su militancia y el resultado fue demoledor.


De un millón 800 mil que se tenían empadronados, sólo poco más de 300 mil acudieron a reinscribirse, es decir, el PAN perdió 80 por ciento de sus militantes en las categorías mencionadas.


En 17 estados de la República —como le dijimos ayer— ese partido tiene menos de mil miembros, o menos de 10 mil.


Sin embargo, el dirigente nacional Gustavo Madero no considera que el partido que dirige haya sufrido un descalabro. Ni siquiera acepta que hubo una desbandada y justifica la terrible baja que el panismo sufrió en el país a que nunca ha sido un partido de masas, sino de cuadros.


Precisamente por eso, por no ser un partido de masas, el PAN tuvo que llenar los enormes vacíos que tenía al llegar al poder federal con quienes le llegaban de otros partidos o de la sociedad civil, sin conocer la doctrina panista, sin saber siquiera la propuesta de Acción Nacional para realizar una buena administración. Gobernaron sin proyecto, sin plan y la corrupción se hizo evidente.


El fundador de Acción Nacional, don Manuel Gómez Morín, uno de los más destacados intelectuales mexicanos del siglo XX, había dicho que los partidos deberían ser escuelas de política y nadie en el PAN—y menos cuando arribaron al gobierno de la República— le hizo caso, y las consecuencias fueron terribles para México que, en doce años de gobiernos panistas, se retrasó política, económica y socialmente, como no se había visto desde el término de la Revolución de 1910.

 

Pero los perredistas no cantan mal las rancheras

 

Las izquierdas mexicanas también son enemigas de la realidad. Históricamente han estado divididas y confrontadas siempre y sólo de vez en cuando y por convenir a los intereses de sus dirigentes se unen en alguna elección. Pero lo peor es que han llegado a unirse con el partido representante de la derecha sólo para llegar al poder.


En los gobiernos locales no se nota diferencia entre la forma de gobernar del PRI, del PAN y del PRD. Si acaso hay diferencia de formas: los priistas son más duchos en el ejercicio del poder, en el conocimiento de la administración pública, pues tienen más oficio político.


Los perredistas están más ligados a las clases populares y a veces dan la sorpresa de ejercer el poder con mayor soltura que los panistas, como es el caso del Distrito Federal. Tienen más oficio y más sensibilidad que los panistas, pero sus problemas internos los pierden.


Con todo y sus enormes defectos, los perredistas tienen mejor organización, mayor disciplina, más oficio político y más sensibilidad social.


El senador Miguel Barbosa, coordinador de su bancada en el Senado de la República, acaba de afirmar que sí se van a ir perredistas a Morena —partido que está conformando Andrés Manuel López Obrador— pero que se irán los izquierdistas acelerados, los que no entienden razones y pretenden vivir en constante y continua confrontación con sus adversarios políticos, y tal vez tenga razón en parte, porque lo cierto es que quienes abandonan el barco perredista son muchos hombres y mujeres de izquierda bien intencionados, a quienes no les gustan las componendas que en “lo oscurito” llegan a tener los integrantes de la cúpula del partido del Sol Azteca con los gobiernos en turno.


Aquí en Puebla, los perredistas siguen divididos, confrontados y serán muchos los que tomen el camino de Morena, en cambio, los priistas trabajan como las hormiguitas en primavera y verano para tener reservas en otoño e invierno.


Para empezar, su nuevo dirigente Pablo Fernández del Campo anda en giras continuas por todo el estado, entrevistándose con los aspirantes a candidatos a presidentes municipales. Pues ya platicó con la mitad de los priistas que aspiran a representar a su partido como candidatos a alguna presidencia municipal, en total son 900 y Fernández del Campo ya habló con 450.


El PRI demuestra que está sobrado de elementos con capacidad para gobernar sus municipios y su dirigencia trabaja para evitar rompimientos. Los ayuntamientos en Puebla son 217 y 42 diputaciones.


Siempre hemos insistido aquí que los tiempos políticos deben respetarse para evitar problemas y confrontaciones políticas que siempre perjudican a los pueblos, y el PRI ya tomó medidas para castigar a los que se adelanten.

 

Cambio de estrategia para el informe

 

Aunque usted no lo crea, la próxima semana el gobernador Rafael Moreno Valle Rosas rendirá el Segundo Informe de Labores.


Ha habido un cambio de estrategia en la difusión de este importante acto. A diferencia del año pasado, se está actuando con moderación, con cautela, con más sentido común.


El gobernador tendrá mucho que informar. La ciudad de Puebla ha sido la gran beneficiada en estos dos primeros años de su gobierno, pero también ha habido trabajo en poblaciones y municipios de toda la geografía poblana: caminos, hospitales, escuelas, apoyos al campo.


Hoy precisamente el gobernador estará en Ciudad Serdán para inaugurar las obras de embellecimiento del centro histórico de esa población que en tiempos de don Porfirio fue considerada el centro maicero más importante del país. Ahí mismo partirá una gran rosca de Reyes y repartirá juguetes entre los niños pobres de la región.

 

Las visitas del gobernador a poblaciones de las diferentes regiones del estado son frecuentes. Este segundo año de su gobierno han sido más frecuentes que el año pasado.

 

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