Pulso Político
Gabriel Sánchez Andraca
09/02/2011
La mujer en la política
Hoy rinde su último informe, como presidenta municipal de Puebla-capital, Blanca Alcalá Ruiz. El acto en sí, es importante, pero lo es aun más, si se tiene en cuenta que es la primera presidenta municipal de Puebla, desde la fundación de esta ciudad, hace casi medio milenio.
¿Por qué no había gobernado al municipio más importante del estado una mujer en tantísimo tiempo? Las mujeres lo atribuirían a la cultura machista que ha prevalecido en el país desde siempre y que aun existe en amplios sectores de la sociedad, lo cual sería cierto en parte, pero también lo es, que las mujeres no se han esforzado mucho por participar en política y por lograr posiciones de poder venciendo las resistencias que opondrían muchos políticos que tienen pavor a ser desplazados por las féminas.
La actitud de muchos políticos varones, de obstaculizar la participación de las mujeres en una actividad que creen reservada a ellos, es a veces agresiva, pero una actitud resuelta de parte de las mujeres, puede vencerlos.
Si lo anterior no fuera, no hubieran llegado a dirigir al PRI, el partido que gobernó al país durante más de 70 años en forma absoluta, ni María de los Angeles Moreno, ni Dulce María Sauri Riancho, ni Beatriz Paredes Rangel, dos de ellas fueron además gobernadoras de sus estados.
Como dirigentes de su partido, las tres realizaron un trabajo bastante decoroso.
En Puebla la participación femenina en la política, se ha visto limitada por las tradiciones y costumbres de una sociedad conservadora, que en amplios sectores de la sociedad, hace solo unas décadas, seguía pensando que el papel de la mujer en la vida, era solo el de desempeñarse como ama de casa, como “reina del hogar”.
A principios de los años sesenta, se inscribieron a primer año de la carrera de Derecho, en la Universidad Autónoma de Puebla, ocho o diez mujeres y era la sensación en la Universidad , pues se pensaba que no era una carrera para la mujer, que si llegaba a cursar estudios superiores debía inscribirse en carreras como enfermería, odontología o química, pero ¿Leyes?
Ahora hay magistradas, juezas, proyectistas, agentes del Ministerio Público y hubo hasta una Procuradora.
Pero en la política las mujeres han caminado más lentamente.
También en los años sesenta, hubo una presidenta municipal, en San Martín Texmelucan, varias diputadas locales, diputadas federales y una senadora, doña Guadalupe Bretón.
Un cargo de alta responsabilidad política, como ser la presidenta municipal de una capital de estado, no es cosa común, por eso es de admirarse y reconocerse el mérito de doña Blanca Alcalá, que termina con toda dignidad su encargo, entregando un municipio en orden y con importantes avances.
Hay quienes pretenden restarle méritos, porque suponen que así frenarían su carrera política que se supone, yo creo que acertadamente, que será importante.
Se le menciona como posible candidata a senadora de la república y seguramente que lo será, si los priístas de la cúpula partidista, aprendieron bien la lección de las recientes elecciones en los estados de Guerrero y Baja California sur.
El talón de Aquiles del PRI, es su torpeza para designar candidatos ganadores a los puestos de elección popular. Desde que los tecnócratas llegaron al poder, los priístas que toman decisiones se equivocan una y otra vez y no aprenden.
Tal vez se deba a su tendencia a formar pequeños grupitos de interés, que adoptan posiciones excluyentes y que provocan divisiones y resentimientos en sus bases, al imponer candidatos impopulares y faltos de sensibilidad política y social.
Por lo pronto, tienen en Blanca Alcalá Ruiz, un magnífico proyecto para Puebla al que hay que impulsar, como dicen los chavos, en buena onda. No abundan las mujeres en la actividad política porque no tienen alicientes, pues sienten el rechazo de los varones, aunque digan que no es cierto. El PRI está obligado a formar muchas mujeres con capacidad y empuje, para actuar en la vida política de la entidad.
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