Pulso Político


Gabriel Sánchez Andraca

09/08/2012

 

Dos estupendos programas

 

El gobernador del estado acaba de poner en marcha dos programas que sí contribuirán a cambiar a la entidad poblana. No se trata de pasos a desnivel ni cosas por el estilo, sino obras realmente trascendentales para el mejoramiento de la vida de quienes menos tienen.


Rafael Moreno Valle puso en marcha ayer el Centro Integrador de Xacaxomulco, junta auxiliar de Quimixtlán, en la Sierra Oriental de Puebla y cerca de los límites con Veracruz, inaugurando el centro de salud, pues en estos centros integradores, cuyo objetivo es luchar contra la pobreza y la dispersión social, mediante la educación, la salud y el deporte, se busca arraigar a la población y brindarle lo necesario para que tenga oportunidad de desarrollarse.


Al mismo tiempo, en la cabecera municipal de Quimixtlán empezará a funcionar una universidad a distancia, para que los jóvenes de la región puedan cursar una carrera (podrán escoger entre 10) que contarán con el reconocimiento de la UNAM y de la BUAP.


El plan pretende crear el mayor número de centros integradores en pequeñas poblaciones, para que sus habitantes, generalmente campesinos pobres, puedan acceder, mediante la educación y un buen sistema de salud completamente gratuito, a mejores condiciones de vida. Se iniciarán gestiones también para que con el apoyo del gobierno federal, se implementen programas de vivienda que eviten la dispersión para que los habitantes de esos pequeños pueblos puedan tener servicios de agua potable, drenaje y alumbrado público.

 

Debe haber prioridades


Un gran poeta del siglo XIX, Salvador Díaz Mirón, decía que “nadie tiene derecho a lo superfluo, mientras alguien carezca de lo estricto”, y Puebla es una entidad en la que suman cientos de miles, tal vez millones, de familias que carecen de lo estricto.


En los últimos meses, el gobierno estatal de Moreno Valle ha dado un giro importante en su política social. Está atendiendo a los grupos más vulnerables: a los campesinos, a los indígenas, a los que menos tienen, mediante políticas que darán resultado en poco tiempo y que permitirán mejorar la calidad de vida de la mayoría de los poblanos.


El cambio del titular de la Secretaría de Desarrollo Rural era urgente. El descontento social (en este caso del sector campesino) que un mal funcionario provoca, se vio claramente en los hombres del campo que se sentían abandonados por la autoridad estatal. Las cosas ya han empezado a mejorar en la medida de lo posible, pues se encontró en la mencionada dependencia un verdadero desastre administrativo.


Si como parece ser, la dependencia endereza el rumbo, cientos de miles de familias se verán beneficiadas: habrá mayor producción agropecuaria, mejorarán los precios de los alimentos para la mayoría de la población, habrá trabajo en el campo, mayores ingresos, en fin, los efectos benéficos de una buena política agropecuaria se multiplicarán en beneficio de todos.


Y dice un ingeniero agrónomo, amigo nuestro, que el campo tiene la ventaja de dar rendimientos en muy poco tiempo, es decir, no hay que esperar mucho para que esos beneficios se sientan.


Si a lo anterior se agrega el programa de Centros de Integración y el de universidades a distancia, así como las universidades virtuales en los 32 centros escolares (del tipo de los que fueron construidos en los años cincuenta) se comprenderá que habrá un renacimiento de la vida en todo el estado. Es cosa de imaginación y de trabajo claro, pues la imaginación no basta.


Toda política que tienda al mejoramiento real de los sectores mayoritarios deberá contar con el apoyo de todos los ciudadanos de buena fe, y los programas a que nos referimos indudablemente benefician a las grandes mayorías.

 

No habrá refundación del PAN


El presidente Felipe Calderón tuvo que dar marcha atrás al sentir el rechazo mayoritario de sus correligionarios, en su propuesta de refundar al PAN desde sus cimientos.


Ya aclaró que si la palabra “refundar” causa escozor, incomodidad o hasta división, la retira, y se adhirió a la idea de reformar los estatutos de su partido.


Lo cierto es que de inmediato surgió una corriente mayoritaria de panistas que rechazaron la idea de refundación, la cual sugería hacer un partido nuevo bajo el amparo y protección del “señor presidente”, pues además quería, así lo propuso, que todo se hiciera rápido, antes de que el terminara su periodo como Presidente de la República.


También en lo anterior falló, pues la opinión mayoritaria de los consejeros fue en el sentido de que la Asamblea Nacional para la reforma panista se realice en 2013 (marzo o mayo), cuando el señor Calderón sea un ciudadano más y no el presidente.


Eso sí, en la reunión que tuvo con la dirigencia nacional y con los diputados y senadores electos de su partido, en Querétaro, aprovechó para echarle la culpa de la derrota electoral del PAN el pasado mes de julio, a todos. Bueno, incluso tuvo la humildad, cosa rara en él, de asumir un poco de culpa.


La realidad es que el fracaso de los dos gobiernos panistas, el de Fox y el de Calderón, contribuyó más que ninguna otra cosa, a la derrota de Acción Nacional.


La señora Josefina Vázquez Mota fue mala candidata, ¿pero quién hubiera sido buen candidato panista a la Presidencia de la República? ¿El señor Lozano, que no pudo ganar en Puebla la senaduría por mayoría de votos? ¿El señor Cordero, de quien ya casi nadie se acuerda? ¿El gobernador panista de Jalisco, que perdió las elecciones locales? El PAN es un partido sin políticos experimentados en general, de políticos sin oficio, sin carisma, sin identificación con los diversos sectores de la ciudadanía, de políticos poco, muy poco realistas.


El mismo presidente Calderón dice que tuvo culpa en la derrota de Acción Nacional, por no haber sabido dar a conocer a los mexicanos las muchas obras extraordinarias que hizo.


No, su culpa es el no haber hecho los cambios necesarios a la política económica de México, para sortear mejor la crisis, pues hemos sido en los seis años de su gobierno el país de Latinoamérica con menor crecimiento, con mayor incremento de la pobreza, con el mayor incremento de la delincuencia organizada o no organizada, con el mayor abandono al campo, con el mayor índice de emigración hacia los Estados Unidos y con la mayor dependencia hacia ese país.


La señora Vázquez Mota fue una mala candidata, sí, pero igualmente hubiera sido malo cualquiera de los aspirantes panistas.

 

Y si, como lo sugiere el propio Calderón, en vez de que doña Josefina se asumiera como “diferente”, hubiera ofrecido seguir la política del actual gobierno, hubiera obtenido muchos menos votos de los que obtuvo. Lo que es estar fuera de la realidad…

 

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