Pulso Político
Gabriel Sánchez Andraca
Los hechos, nos dan la razón
Ayer le comentábamos lo importante que es, para evitar agravar un asunto político como el que ha provocado la detención en los Estados Unidos, del presidente de Izúcar de Matamoros, Rubén Gil, el que se hicieran declaraciones sensatas, con base en el conocimiento del problema y hoy nos desayunamos leyendo lo que declaró a la prensa el presidente estatal interino del Partido Revolucionario Institucional, que en vez de mejorar las cosas, las empeoran.
El señor diputado federal don Wenceslao Herrera Coyac, no supo lo que dijo, porque además, nos dicen que estaba muy nervioso.
Afirmó que el PRI va a ayudar al señor Gil, pero ¿en qué lo va a ayudar?. El tiene un problema legal en otro país, que es suyo, por eso de la doble nacionalidad y si don Wenceslao está esperando que la DEA le mande un informe, pues se va a quedar esperando hasta la consumación de los siglos, porque ese informe nunca le va a llegar.
Suponiendo sin conceder, que el alcalde de un condado estadounidense que además tenga la nacionalidad mexicana, viene a México y es aprehendido aquí por un delito que cometió aquí, el presidente o la dirigencia del partido Demócrata o Republicano al que pertenezca el alcalde, ¿va a estar esperando que la policía judicial o la que sea, le mande un informe?. ¿En qué podrían “ayudar” cualquiera de esos dos partidos, al alcalde en problemas?.
No, no es rasgándose las vestiduras para demostrar nuestro machismo como se va a resolver el asunto, sino pensando lógicamente y actuando en consecuencia.
El Partido Revolucionario Institucional, cometió un error, como los comete el PAN o el PRD, ni más ni menos. El asunto del señor Gil, es efectivamente privado en el que ni el gobierno estatal, ni el partido que postuló al alcalde, tienen nada qué ver. Lo único que el PRI tiene que hacer en este caso, es vigilar porque se cumpla con lo que la ley establece en situaciones como ésta.
Este es un asunto privado, con repercusiones políticas, que requiere un tratamiento político y soluciones políticas. La ley es clara y contundente y solo hay que cumplirla. Todo eso, independientemente de la lealtad y la amistad que en lo particular tengan las personas involucradas.
HOMENAJE AL DOCTOR ALFREDO TOXQUI
Al cumplirse ayer el cuarto aniversario (no quinto como habíamos dicho) del fallecimiento del ex gobernador del estado, doctor Alfredo Toxqui, se llevó a cabo un acto muy concurrido ante el monumento erigido en su memoria a la entrada de su tierra natal, Cholula.
El orador oficial fue el doctor Miguel Angel Valera, que en vida del ex gobernante poblano, mantuvo con él una leal amistad.
Estuvieron ahí, ex funcionarios de su gobierno, ex diputados, ex dirigentes del PRI y de los sectores priístas, familiares y muchos amigos.
Miguel Angel Valera, fue diputado local y mantuvo siempre un gran afecto por el homenajeado a quien conocía bien.
Recordó sus tiempos como dirigente estatal del PRI, como diputado federal, como senador de la república, como gobernador, como embajador de México en el medio oriente, como presidente municipal de Cholula, como médico, como político, como gobernante, como ser humano.
Toxqui Fernández de Lara, fue uno de los ex gobernantes poblanos más queridos por el pueblo, uno de los más recordados.
Llegó al poder en momentos difíciles para Puebla, cuando la entidad había tenido ya varios gobiernos interinos por la inestabilidad social que reinaba.
Desde su campaña, se propuso cancelar odios y rencores y hacer un gobierno de seis años a fin de reencauzar a la entidad, por el camino del progreso. Todo lo logró.
A partir de su sexenio, Puebla volvió a tener estabilidad social y política y pudo avanzar en el terreno económico.
Con su carácter tranquilo, con su bonhomía, con su trato amable con toda la gente, se ganó el cariño y el respeto de los poblanos.
Al finalizar su periodo, volvió a ser el ciudadano común, que siempre quiso ser. Caminaba por las calles del centro como cualquier poblano, saludando a la gente, tomando café en los portales, comprando sus periódicos, visitando librerías para conocer las novedades editoriales.
“El poder”, solía decir, “es una enfermedad como la juventud, que se cura con el tiempo. Dentro de seis años yo ya no seré gobernador y pasaré a ser un ciudadano común, como todos ustedes”. Y fue congruente entre su dicho y sus acciones posteriores a su mandato.
UN DATO CULTURAL.- “Gavilán” no es un apodo de Rubén Gil, el presidente de Izúcar de Matamoros que está en problemas legales en los Estados Unidos, como comúnmente se cree. Es el segundo apellido de su señor padre quien fuera presidente perredista de Tepeojuma y quien falleciera asesinado hace dos años. El nombre del progenitor del alcalde matamorense era Honorio Gil Gavilán y aunque el apellido no lo llevan ya sus hijos, mucha gente de su pueblo radicada en Los Angeles, Calif., los conoce por los Gavilán.
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