Pulso Político


Gabriel Sánchez Andraca

05/03/2009

Abren paso a las elecciones del 2009


Muy acertada la decisión del gobernador del estado Mario Marín Torres, de reunir en Casa Puebla, en un desayuno, a los aspirantes priístas a la candidatura de su partido para la gubernatura de la entidad.


Eso ha permitido calmar las aguas agitadas antes de tiempo, para poder llevar a cabo, sin problemas, la elección de diputados federales en julio de este año, elección que políticamente está considerada como de la mayor importancia.


El adelanto de la carrera por la candidatura priísta para gobernador, lo hemos dicho aquí, es causa de graves problemas para el partido tricolor y para el estado y su actual gobierno.


Los aspirantes, quiéranlo o no, provocan divisiones internas que muchas veces se vuelven irreconciliables, ya que la lucha por la candidatura, provoca que se hagan declaraciones agresivas contra los adversarios, que se den golpes bajo la mesa, que corran rumores y chismes y que los grupos se radicalicen hasta el grado de formar “burbujas” impenetrables. Y en política no hay nada tan perjudicial, que la formación de grupitos que se sienten dueños del partido y del poder y que creen que solo ellos tienen derecho a tomar decisiones sin atender a los de fuera.


El PAN, el PRD y todos los demás partidos políticos que forman “la chiquillería”, como dijera Diego Fernández de Cevallos, tienen dueño. El PRI no era así, pero parece que quiere imitar los otros, como los otros tratan de imitarlo a él, en otras cosas negativas también.


Si los priístas no reaccionan y siguen por la senda que los llevará a la conformación de grupos o corrientes o tribus, acabará como el PRD, como el PAN, fraccionado, sin unidad, sin fuerza, sin futuro. Perderá el tiempo en pleitos internos, como los perredistas y los panistas, en vez de trabajar por mejorar y ampliar su estructura y su organización y la formación de cuadros bien entrenados e ideologizados.


LAS ELECCIONES INTERNAS, UN EJEMPLO


Cuando al PRI le dio por jugar a la democracia occidental y cristiana, confrontó graves problemas en los municipios. Los priístas se pelearon, se insultaron, se agredieron mediante volantes, rumores y chismes, volvieron la actividad política, una verdadera y auténtica olla de grillos.


El resultado no pudo ser peor. Muchos priístas de años, emigraron hacia otros partidos, el PRI perdió posiciones importantes, pero lo más grave, se debilitó la estructura partidista, ya que los pleitos de las cúpulas, provocaron desorientación en las bases. El vergonzoso tercer lugar en las elecciones federales de hace tres años, fue consecuencia de todo lo anterior. El PRI tuvo que apechugar su derrota, pero no lo hizo reaccionar positivamente.


El que las encuestas coloquen al PRI, para las próximas elecciones de julio, en primer lugar de las preferencias ciudadanas, no quiere decir que el Revolucionario Institucional se haya convertido en un partido democrático, bien organizado, con cuadros bien ideologizados y capacitados para el trabajo político, no, lo que indican esos resultados, es que la gente del común, ya se cansó de ocho años de gobiernos panistas ineficientes. Es el clásico “más vale malo por conocido, que bueno por conocer” o el “de los malos, el menos peor”.


LOS ADELANTADOS, LO ENTENDIERON


La plática que el gobernador Marín tuvo con los aspirantes a sucederlo, surtió efecto. Todos salieron convencidos, de la reunión, que lo primero es atender las elecciones de julio y después las elecciones del 2010.


El PRI tiene grandes posibilidades de reconquistar los distritos que perdió en las elecciones federales pasadas, aunque difícilmente podrá recobrarlas todas, pues aunque las condiciones le favorecen, los candidatos no.


La mayor parte de quienes andan en pre campaña y serán candidatos de unidad, son desconocidos, pero lo más grave, desconocedores de la realidad nacional y estatal.


Siguen prevaleciendo, por desgracia para el PRI, los compromisos personales o de grupo que tanto daño le hicieron en el pasado.


Hay quienes afirman, incluso priístas, que el tricolor logrará ocho o nueve triunfos de los dieciséis que debía tener. Y no es que los candidatos del PAN sean mejores o más conocidos que los priístas, sino que la gente y sobre todo los priístas de base, exigen que aspiren a representarlos, personas con militancia comprobada, con trabajo social y político conocido, con experiencia en el quehacer del servicio público.


El PAN puede lanzar a quien quiera. Ya se sabe que los panistas en el Congreso federal, solo van a aprobar, como antes hacían los priístas, lo que diga “el señor presidente”. No harán nada relevante, ni no relevante.


De la diputación actual, solo brilla Paco Fraile por sus conferencias de prensa semanarias, como las de Fidel Velázquez; de los cuatro senadores, solo se sabe de participaciones de Humberto Aguilar Coronado.


Los priístas en cambio, con solo cuatro diputados, hay dos que brillan: Alberto Amador, el representante por Huauchinango y Jorge Estefan Charbel Chidiac, representante por Izúcar de Matamoros y también brilla el único senador priísta, Melquíades Morales Flores.


Es importante pues, que los priístas presenten un frente unido en las elecciones del 2009 y ya después, que busquen su colocación para las elecciones locales del 2010.

 



 
 

 

 
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