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        Pulso Político 
         
        Gabriel Sánchez Andraca 
         
        Hoy cumple 19 años el PRD 
          
        Por lo visto, las instituciones políticas, como los seres  humanos, pasan por diferentes estapas a lo largo de su vida, que van  conformando poco a poco su personalidad. El Partido de la Revolución Democrática,  que confronta numeroso problemas que parecen no tener solución, cumple hoy 19  años, es decir, está en la etapa más dificil de su desarrollo, en la  adolescencia. 
          Como todos los adolescentes, no se ha encontrado a sí  mismo, busca tener una personalidad propia y no la encuentra, de ahí los  numerosos problemas que confronta y que parece que han llegado ya a hacer  crisis. 
         
          Desde su fundación el 5 de mayo de 1989, el partido que  dice representar a la izquierda mexicana, ha tenido graves problemas que a sus  19 años, se han agudizado provocando una confrontación interna que podría  conducirlos a una consolidación partidaria o a una profunda escisión en sus  filas. 
         
          Pese a ser la más jóven de las tres fuerzas políticas  nacionales más fuertes de este país, ha contado con dirigentes de gran  experiencia como Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Pablo Gómez, Amalia  García,  Rosario Robles, Andrés Manuel  López Obrador y Leonel Cota, formados en diversas expresiones políticas, en las  que siempre destacaron. 
         
          En 1988, antes de su conformación como partido, tuvo una  gran fuerza política electoral, con un candidato presidencial fuerte como lo  fue Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, que a punto estuvo de ganar la Presidencia de la República como candidato  de una alianza de partidos, encabezada por el Partido Mexicano Socialista, PMS,  antecedente del Partido de la Revolución Democrática. 
         
          LLEGA A LA   CUSPIDE Y CAE  
         
          En el 2006, el PRD se consolida como una fuerza electoral  importante de izquierda en México, cuenta con senadores, diputados federales y  locales, gubernaturas en algunos estados e importantes presidencias  municipales. 
         
          El 6 de julio de ese año, queda como la segunda fuerza  electoral del país, aunque muchos consideran que fue la primera, en una de las  elecciones más disputadas de nuestra historia, en la que se da el triunfo al  candidato de la derecha representada por el PAN, con un porcentaje mínimo de  votos, que ni siquiera representaron el 2 por ciento del total. 
         
          El descontento que en amplios sectores de la población  dejó el resultado electoral, dio lugar a la construcción de la Convención Nacional  Democrática del llamado gobierno legítimo y del Frente Amplio Progresista, uno  de los movimientos sociales más importantes que haya habido en este país. 
         
          Sin embargo, en esta coyuntura y en el peor momento, se  presentó la disputa por la dirigencia nacional del PRD, entre dos bloques  encabezados, uno por Alejandro Encinas, del Frente de Izquierda Unida y el  otro, por Jesús Ortega, de Nueva Izuiquierda, que hasta el momento tienen al  PRD paralizado y sin dirigencia nacional. 
         
          La disputa sigue presente y ha llegado hasta el Tribunal  Federal Electoral, provocando una profunda división en su interior y una seria  desconfianza entre los ciudadanos. 
         
          ¿MOVIMIENTO SOCIAL O PARTIDO POLITICO? 
         
          Al márgen de la lucha por la dirigencia nacional  perredista, que continúa en los tribunales federales y en las instancias del  propio partido, la lucha social encabezada por Andrés Manuel López Obrador,  contra la privatización de Pemex, sigue creciendo mediante el Movimiento  Nacional en Defensa del Petróleo. 
         
          El ex candidato presidencial perredista, se prepara para  iniciar un nuevo recorrido por todo el país, para formar y consolidar más de  200 mil brigadas, que encabecen la lucha en sus respectivos municipios y  entidades federativas. 
         
          Todo lo anterior pone de manifiesto, que la derecha, ahora  en el poder federal, no es opción para el pueblo de México, educado durante  siglo y medio en el liberalismo y el nacionalismo revolucionario y que ante la  pérdida de identidad del PRI, como partido heredero de los principales  movimientos históricos y reivindicatorios del pueblo de México, se hace  necesaria una izquierda fuerte, bien estructurada y con un proyecto viable de  nación, que sirva de contrapeso a la derecha neoliberal herencia de Carlos  Salinas, mientras el PRI despierta del letargo en el que lo dejaron los  tecnócratas educados en Estados Unidos. 
         
          LA   IZQUIERDA EN PUEBLA 
         
          La izquierda en Puebla no ha perdido la brújula,  simplemente nunca ha tenido brújula. Desde sus inicios empezaron sus problemas.  No ha tenido, ni tiene ahora, la capacidad para conformar un partido unido,  estructurado y con visión de poder. 
         
          Sigue empecinada en reproducir sus viejos y anquilosados  vicios, sin percatarse de su realidad. 
         
          Si ayer había tres corrientes perredistas, han demostrado  en estos 19 años su gran capacidad de reproducción: hoy hay más de diez, que de  corrientes o expresiones, han pasado a ser tribus y en algunos casos hasta  hordas. 
         
          No se ve solución a sus numerosos y añejos problemas y  vicios, en el corto o mediano plazo. Los perredistas poblanos tienen espíritu  de perdedores. Van como los cangrejos, para atrás. Una de las características  principales de este partido en Puebla, a 19 años de su fundación, es que no  tiene nuevos miembros y menos nuevos liderazgos. No es un partido de  militantes, pues todos se sienten dirigentes. Han suplido el debate de ideas y  la elaboración teórica de proyectos alternativos para los que menos tienen, por  enconadas disputas personales y por sus conocidas conferencias de prensa.  De todos modos, feliz aniversario. 
          
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