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Gabriel Sánchez Andraca

Andanada contra educación superior pública

Organismos de derecha, nacionales e internacionales, han iniciado una serie de presiones al gobierno federal mexicano, en manos del derechista Partido Acción Nacional, para privatizar la enseñana media superior y superior, lo cual debe preocuparnos a todos.

A raíz del triunfo de la Revolución Mexicana, la educación media superior y superior gratuita, ha sido un factor importante en el logro de la movilidad social.

Las clases medias de las grandes y medianas ciudades mexicanas, se formaron precisamente por la educación pública gratuita en todos sus niveles. Las normales (primaria y superior) fueron un elemento de gran importancia en este proceso: los hijos de obreros y campesinos, de pequeños comerciantes, podían ascender en la escala social cursando tres años más de la secundaria, para lograr su título de maestros de enseñanza primaria y continuar sus estudios en sistema abierto para llegar a ser catedráticos de segunda enseñanza.

Todo eso se acabó con el neoliberalismo impuesto por los gobiernos tecnocráticos de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo y continuado con los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón.

Los maestros de primaria debían tener título de licenciados según los tecnócratas, para ingresar en el primer mundo. Ya muchos maestros tienen ese grado y se niegan a ir a trabajar a comunidades rurales y no solo eso, nuestra educación no solo no es del primer mundo, sino que ya retrocedió hasta el cuarto, según evaluaciones internacionales.

LA IMPORTANCIA DE LA CALIDAD ACADEMICA
Para defender a la educación superior pública y gratuita de la andanada que los grupos empresariales y derechistas, nacionales y extranjeros están preparando contra ella, se hace necesaria la participación de toda la sociedad, pero también de las propias instituciones cuya privatización se pretende.

No hay mejor defensa para la universidad pública, que la calidad de su enseñanza, que la excelencia de los profesionistas que forma. Una institución de enseñanza superior, como fue la Universidad Autónoma de Puebla, en sus tiempos revolucionarios de los años sesenta y setenta, no sirve ni a la sociedad ni a sí misma y las pruebas están todavía recientes.

En esos años la UAP no produjo profesionistas de calidad, ni siquiera con conciencia social, como correspondería a una universidad que se preciaba de socialista. Si los produjo ¿dónde están ahora?.

Las universidades latinoamericanas en los años sesenta, fueron más que centros de enseñanza, centros de conspiración política, tal vez justificadamente, pues en esa época los jóvenes universitarios eran lo más lúcido de nuestras sociedades y se rebelaban ante la situación de atraso y de pobreza en que estaban sumidos nuestros pueblos, por culpa del imperialismo yanqui y de sus fieles servidores de las burguesías locales.

Pero en estos tiempos, no se justificaría el que nuestras máximas casas de estudios fueran centros de conspiración, en vez de centros de capacitación de nuestros profesionistas y científicos del futuro.

Para que las universidades públicas sirvan realmente al pueblo, se requiere que sean gratuitas, abiertas a todas las clases sociales, a todas las ideologías y en su defensa deben participar los sectores populares bien organizados y las comunidades estudiantiles, magisteriales y de padres de familia, vigilando permanentemente que cumplan la función para las que fueron creadas y que esa función no sea distorcionada por ningún motivo. La derecha nacional e internacional, solo espera un pretexto para justificar su privatización.

EL TALON DE AQUILES DE LAS CAMPAÑAS POLITICAS
La corrupción en todas sus formas, pero sobre todo en la que el ciudadano común se siente agredido en forma directa, es el peor enemigo de los políticos en campaña.

¿Se acuerda cuando los agentes de tránsito, las infracciones de tránsito, los problemas entre automovilistas y entre conductores, se arreglaban en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes de la que dependían los agentes?. Bueno, pues era la dependencia más desprestigiada de todas.

Ahora que tales funciones pasaron a la Secretaría de Seguridad del Estado, ésta dependencia carga con el desprestigio.
Pero hay ayuntamientos de la entidad, como Puebla, Texmelucan, Tehuacán, Atlixco, Izúcar, Teziutlán, etc., que desde hace algunos años manejan su tránsito y vialidad. Y ahora son ellos los que tienen el despretigio que tuvo la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, lo cual influye tremendamente en el resultado de las elecciones locales.

Vamos a poner un ejemplo: el PAN ha gobernado desde hace tiempo algunos municipios y luego los ha perdido; al PRI le ha pasado exactamente lo mismo, ¿porqué?.

Texmelucan tuvo un alto grado de corrupción en varias áreas, pero especialmente en la de tránsito, hace algunos años, bajo un gobierno panista y la gente se volcó en las urnas y votó por el PRI.

No se corrigió el problema, la corrupción de tránsito continuó y el electorado castigó al PRI y volvió al PAN. Eso mismo ha pasado en otras partes.

Los políticos locales deben entender, que si en el ejercicio del gobierno municipal que pretenden, no corrigen el problema de la corrupción, bajándolo a límites tolerables (dicen que acabar con él no es posible) el riesgo de que su partido pierda la siguiente elección, sería muy grande.

Hay muchos problemas a los que los candidatos de todos los partidos deben responder con propuestas adecuadas, pero el de la corrupción que afecta directamente al ciudadano común, es tal vez el más importante.