Pulso Político
Gabriel Sánchez Andraca
¿Sobrevivirá el PRD a su actual crisis?
Acaba de celebrar sus 19 años de vida y muchos analistas políticos ya predicen «el final de su historia».
El Partido de la Revolución Democrática, está viviendo una crisis que puede conducirlo a su extinsión, como fuerza política nacional.
Dos grupos (el de López Obrador y el de Jesús Ortega) se disputan el partido o lo que queda de él. Ambos se dicen triunfadores en la elección interna de dirigencia nacional: uno, el de López Obrador, con Alejandro Encinas y otro, el de Jesús Ortega, con él mismo como candidato.
Fracasó el intento de poner al frente del PRD a dos elementos representativos de las dos corrientes que se disputan la presidencia nacional del partido. Ayer nos desayunamos con la noticia, de que el grupo de Jesús Ortega, Nueva Izquierda, había impuesto en una reunión de Consejo Nacional, impugnada por el grupo contrario, el de Encinas, Izquierda Unida, por falta de quorum, pues solo había 113 de los 120 delegados necesarios para integrarlo.
De todos modos, la fórmula integrada por J. Guadalupe Acosta Naranjo, como presidente y María Dalia Gestélum, como secretaria, fue impuesta, pero inmediatamente desconocida por Alejandro Encinas.
Esto quiere decir, que no parece haber solución para el problema suscitado a raíz de la elección de dirigencia nacional y dirigencias estatales.
La situación que vive el PRD, está provocando una gran decepción entre sus seguidores, que consideran que si un partido político no puede resolver sus propios problemas, estará menos capacitado para resolver los problemas nacionales o locales de una comunidad.
Para algunos militantes perredistas, esto podría significar el principio del fin de ese partido, pues no se ven posibilidades de arreglo. Ambos grupos, los que se dispustan la dirigencia nacional, están montados en su macho y ninguno quiere ceder.
ERA LO QUE LOS TECNOCRATAS QUERIAN
Los tecnócratas, encabezados por Carlos Salinas de Gortari, que ahora saca un libro para autojustificar su actuación como Presidente de la República, querían eso precisamente, que en México se resolvieran los problemas políticos solo entre dos fuerzas partidistas (bipartidismo) al estilo de los Estados Unidos, su país modelo. Allá entre republicanos y demócratas y aquí, entre priístas y panistas.
Tuvieron que aceptar una tercera fuerza, la izquierda, porque no pudieron frenar su crecimiento, pero desde Salinas hasta el actual gobierno panista, la han combatido con sigular entusiasmo y los mismos perredistas han contribuido a su destrucción, fraccionándose e iniciando guerras intestinas que parecen no tener fin.
La crisis actual del PRD, puede llevar a este partido a su fin o a un debilitamiento tal, que como ocurre en Puebla, constituya una fuerza política simbólica y nada más.
La lucha electoral quedará reducida así, a dos grandes fuerzas: el Partido Revolucionario Institucional, empanizado, con dirigentes como Emilio Gamboa Patrón o Manlio Fabio Altamirano, más institucionales que revolucionarios y el Partido Acción Nacional, empriizado, con dirigentes como el actual, cuyo discurso no conmueve ni a su familia y con algunos loquillos como el gobernador de Jalisco, que andan regalando dinero del erario a la iglesia católica, para que ésta haga caridad y construya monumentales templos.
Ese es el proyecto tecnocrático, para asemejarnos cada vez más a los gringos y «entendernos mejor» y para cuya exitosa culminación, contribuyen los «idiotas útiles» de los que hablaba Lenin, que están en las filas del propio PRD.
UN ANIVERSARIO MAS DEL 5 DE MAYO
Ayer Puebla se vistió de gala. Se celebró el 146 aniversario de la batalla del 5 de Mayo, escenificada en los fuertes de Loreto y Guadalupe, donde las armas nacionales, que combatieron con el mejor ejército del mundo de aquélla época, el francés, se cubrieron de gloria.
Este aniversario es celebrado también con entusiasmo en los Estados Unidos y no solo por los migrantes de origen mexicano, sino por el mismo gobierno estadounidense.
Hace unos días el presidente estadounidense Gorge W Bush, se refirió a esta celebración, diciendo que se trataba de la independencia de México y otras barbaridades, que nos recuerdan a nuestro querido presidente Vicente Fox, el más ignorante presidente que haya habído en México en los últimos ciento cincuenta años o más.
¿Porqué ese interés de los gringos en celebrar también el 5 de mayo?.
José Antonio Burciaga, en su artículo del sábado 3 de mayo, publicado en el diario capitalino El Universal dice, que la derrota de los franceses en Puebla, evitó una alianza de los europeos con los confederados del sur (Estados Unidos vivía su guerra civil). Cuando la guerra civil estadounidense terminó, en 1865, Maximiliano exclamó: «Este es el fin del imperio».
Washignton nunca dejó de reconocer a Juárez como presidente de la república y apoyó siempre a las fuerzas republicanas, evitando así, que los europeos se hicieran fuertes en México y frenaran su crecimiento. De ahí su participación en esta celebración año con año. Ellos resultaron beneficiados también, con la derrota francesa en Puebla.
|