Pulso Político


Gabriel Sánchez Andraca

06/07/2009

Se derrumba el PAN en Puebla


Después de haber alcanzado, hace tres años, el triunfo más grande de su historia en Puebla, al obtener doce diputaciones federales de mayoría y las dos senadurías, Acción Nacional se derrumba políticamente, pues en esta elección puede ganar solo dos curules (Tehuacán y Atlixco) y perder catorce.


Los priístas sin embargo, no habían perdido la esperanza de ganar esas dos plazas al final de la jornada. Reconocieron que eran las más difíciles, pero no imposibles. Si esto llegara a ocurrir, el PRI obtendría el llamado “carro completo”


Fueron unas elecciones tranquilas, con problemas mínimos. El mismo PAN reconoció al medio día, que se había instalado más del 90 por ciento de las casillas y fuera de las irregularidades normales en estos casos, no se había reportado ningún problema grave.


La concurrencia a las urnas, fue mínima. Los reportes que nos hicieron llegar de varios distritos del interior del Estado hablaban de la poca gente que había dispuesta a votar en las casillas. En esta capital ocurría lo mismo.


Los pronósticos, en este aspecto, no fallaron.


Desde hace varias semanas se venía hablando del poco interés de los ciudadanos por votar, debido a diversas causas: el desencanto provocado por los dos gobiernos federales panistas, la creencia de que todos los políticos y los partidos son iguales y los gravísimos problemas económicos y de inseguridad, provocados, en opinión de muchos, por malas decisiones de los gobernantes.

 

EL TRIUNFO DEL PRI, ESTABA PREVISTO


Aunque el triunfo del Partido Revolucionario Institucional estaba previsto, desde enero pasado, los pronósticos más optimistas señalaban que los dos principales partidos políticos que se disputan los cargos de elección popular en Puebla, podían quedar diez diputaciones para el PRI y seis para el PAN o doce curules para el Revolucionario Institucional y cuatro para Acción Nacional.


Los resultados que empezaron a conocerse ayer al filo de las 18 horas, eran sorpresivos, pues hablaban de las 16 diputaciones federales de Puebla para el partido tricolor y ni una para el blanquiazul.


Sin embargo, después se supo que había una fuerte competencia en los distritos de Atlixco y Tehuacán, donde Acción Nacional ha logrado asentarse con mayor fuerza desde hace años. Las candidatas del PRI, no eran precisamente las más adecuadas para ganar esas plazas, sin embargo, recibieron un fuerte apoyo del comité directivo estatal de su partido y en los últimos días lograron remontar las dificultades a las que se enfrentaban.


Ayer muchos priístas expresaban sus dudas de que se pudieran ganar las dos diputaciones mencionadas, pero tampoco descartaban que esa posibilidad existiera.


Alejandro Armenta Mier, el dirigente estatal del PRI, siempre habló de su intención de llevar al triunfo a su partido, en los dieciséis distritos federales de la entidad. Decía que él no podía ceder en esto, porque esa debería ser la meta de cualquier dirigente partidista, ganar todo.

 

LAS CAMPAÑAS FUERON DECISIVAS


Según algunos observadores del acontecer político de Puebla, el tema de las campañas tuvo que ver mucho en el rotundo triunfo priísta. Mientras los candidatos tricolores abordaron el difícil y muy sentido problema económico, los panistas andaban pregonando la valentía del presidente de la república, para enfrentar a la delincuencia organizada, cuya presencia en Puebla no se nota.


Ni la siembra de dos personas que fueron asesinadas en otras entidades del país y tiradas en carreteras poblanas, ni las constantes declaraciones de dirigentes panistas sobre inseguridad y que llegaron a demandar que el ejército vigilara el proceso electoral, lograron alterar la calma y la tranquilidad de la entidad poblana.


El desempleo galopante que existe en todo el país (con el presidente del empleo) la baja en las ventas de comercios, el cierre de pequeñas y medianas empresas, la carestía sobre todo en artículos de primera necesidad y el empeño del gobierno federal en ocultar o en disfrazar todo eso, fueron decisivos para el triunfo del Revolucionario Institucional.


Los panistas se quedaron elogiando la valentía del presidente Calderón, mientras en los hogares mexicanos (en este caso poblanos) se sufría escasez de alimentos y se tenían problemas para pagar deudas, por cierre de fuentes de trabajo, por paros técnicos y se informaba lo contrario.


El problema de la inseguridad en el país es real y puede incrementarse precisamente por la crisis económica. El gobierno estatal, de extracción priísta, está plenamente consciente de ello.


Pero en este momento las prioridades de la población en Puebla, son otras. El enfoque panista dado a sus campañas, fue equivocado. Pero aun cuando no lo hubiera sido, todo mundo se da cuenta del desastre político, económico y social en que se encuentra nuestro país, por el mal manejo del gobierno federal en manos panistas. La derrota del PAN es consecuencia de los malos gobiernos surgidos de ese partido, como la derrota del PRI en el 2000, fue consecuencia de los gobiernos tecnocráticos de Miguel de la Madrid , Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, que implantaron el neoliberalismo, sistema económico adoptado por los gobiernos panistas. Las consecuencias de eso, están a la vista.

 



 
 

 

 
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