Pulso Político


Gabriel Sánchez Andraca

19/08/2009

Lo que faltaba: la sequía


La tragedia que vive el país como consecuencia de la política económica y social que se ha venido aplicando y que ha producido más pobreza, desempleo, aumento de la criminalidad, carestía, pésima distribución de la riqueza, deterioro de los servicios médicos y educativos, escasez de agua, etc., acaba de recibir un golpe más: la sequía.


De los 32 estados de la república, 23 están padeciendo una sequía que se califica como la peor que ha azotado al país, desde hace sesenta años.


El campo fue abandonado desde que los tecnócratas priístas instauraron la política económica neoliberal, que ha continuado al pie de la letra, el panismo en el poder.


Somos ya un país dependiente alimentario y vamos para peor.


La sequía afectará a no menos de 3 millones de productores pequeños y medianos. En Puebla los afectados serán 300 mil campesinos con una o dos hectáreas de siembra que hacen un total de 600 mil hectáreas de maíz.


Se perderán 850 mil toneladas de frijol, alimento básico del pueblo de México, que ya ha alcanzado precios bastante elevados desde hace meses, habrá pérdidas en la producción de maíz, frijol, haba, cebada, papa, etc., y desde luego, pérdidas millonarias en la producción de ganado, sobre todo en el norte de la república.


La situación se ve tan difícil, tan grave, que hay muchos académicos y políticos, que temen un estallido social de consecuencias impredecibles.

 

La violencia podría agravarse


Según un político priísta y un académico de la UAP , simpatizante de la izquierda, la violencia que ha adquirido un grado inusitado desde que el gobierno decidió enfrentar a valor mexicano a la llamada “delincuencia organizada” puede incrementarse en un futuro próximo.


Lo peor sería, según los opinantes, que se diera una alianza entre esa delincuencia y grupos políticos violentos. Sería terrible para México y no solucionaría ningún problema.


Eso se evitaría, si el gobierno federal adoptara medidas tendientes a paliar la pobreza, pero se ha visto que los funcionarios federales no tienen ni la experiencia y tal vez, ni la voluntad para hacerlo.


Dirigentes de diversas organizaciones campesinas, han afirmado que recursos para el campo, los ha habido, pero los funcionarios encargados de aplicarlos no han sabido hacerlo y esos recursos se han perdido en la burocracia o en la corrupción.

 

El panorama pues, no es nada halagador. Si en estos momentos hay casi 20 millones de mexicanos que han caído en la pobreza extrema, es decir, que no tienen ni para comer, el número se incrementará con la aguda escasez de alimentos que se espera a final de año, por la pérdida casi total de las cosechas debido a la prolongada sequía.


Un economista amigo nuestro afirma que las luces que altos funcionarios y el mismo presidente ven al final del túnel, son cuentos chinos, a menos que el túnel sea vertical y no horizontal y que las luces correspondan al infierno.


Salir de esta crisis, dice, nos llevará un mínimo de diez años y eso si se toman medidas para cambiar el sistema económico que es el que está mal “y yo hasta ahora, no he visto nada en ese sentido”, señaló.

 

Falta organización


El gobierno, está visto, no puede con el paquete. Según políticos priístas, perredistas y hasta algunos panistas, el gabinete del presidente Calderón, es muy mediano y ya no puede dar más.


Por eso se han ido agravando las cosas. No han podido implementar políticas efectivas para enfrentar la crisis, que sí es real que vino de fuera, pero que pudo tener efectos menos duros, menos dramáticos en nuestro país, con un gobierno menos encerrado en una política económica cuyo fracaso salta a la vista y que no se atreven a cambiar.


Los países sudamericanos han actuado en forma diferente y están logrando avances importantes, están sufriendo menos problemas que nosotros, porque han roto con el neoliberalismo impuesto desde la presidencia de Donald Reagan, a todos nuestros pueblos.

 

Si el pueblo no se organiza para exigir cambios substanciales en la política económica, vamos a seguir igual. El gobierno de Felipe Calderón parece estar esperando que a Estados Unidos le vaya bien, para que nos jale y ya está visto, que a los gringos solo les importa su país y no el vecino. El vecino es reserva de materias primas y mano de obra barata, de los que echarán mano cuando los necesiten

 



 
 

 

 
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