Pulso Político


Gabriel Sánchez Andraca

27/02/2009

Tempestades en un vaso de agua


Estamos viviendo una época sumamente difícil, problemática por cualquier lado que se le vea: nuestro país es el escenario de una guerra entre el gobierno y el crimen organizado, una guerra no planeada, no meditada, es una guerra al más puro estilo mexicano, sin planificación, sin estrategia, sin trabajo de un cuerpo especializado de inteligencia.


La crisis económica que como bien dicen los panistas, es global, no está siendo atendida como se debe en nuestro país. El gobierno federal nos tuvo durante meses con el cuento de que estábamos blindados, de que a los gringos les daba pulmonía y a nosotros una simple tos, de que como nunca, nosotros estábamos preparados para resistir lo que viniera. Es más, se dijo que la crisis era una magnífica oportunidad para crecer.


Y todos se preparaban menos nosotros ¿para qué? La crisis era de fuera, no de dentro.


Ahora, la culpa de que el avispero del narcotráfico ande alborotado, son los gobiernos del PRI; la culpa de la crisis financiera y económica, es de los gringos; la culpa de que el precio se esté devaluando tan aceleradamente, es  de quienes están sacando sus capitales de nuestro país, en fin….


SE OCUPAN DE NIMIEDADES


Y mientras el desempleo crece, se agudiza y aumenta la pobreza, la inseguridad prevalece lo mismo en las ciudades que en los pequeños pueblos, cuando miles de compatriotas que habían huido del país en busca de un empleo en los Estados Unidos, retornan a su patria porque allá perdieron lo que tenían; nuestros diputados se enfrascan en una discusión absurda,  porque al rector de la Universidad Autónoma de Puebla, según el diputado del Partido del Trabajo, Pepe Momoxpan, le gusta el protagonismo, igual que a Pepe, y que a todos o a la mayor parte de los que en estos tiempos, ocupan un puesto público.


 A los políticos de los nuevos tiempos, en su inmensa mayoría, les gusta el protagonismo. Se promueven como si fueran artistas de cine o de televisión, hacen escándalo por cualquier cosa, celebran rumbosamente sus cumpleaños. Sus fiestas, por cualquier motivo, son exageradas, hasta cursis. Como las de los políticos de los años cuarenta y cincuenta.


Hacen declaraciones a la menor provocación, la mayoría de las veces, sin conocer o conociendo muy poco del o de los temas que tratan. El objetivo es que se hable de ellos, bien o mal, pero que se hable.


La calidad de nuestros políticos ha venido decayendo desde la llegada de los populistas Luis Echeverría y López Portillo. Se agravó con el paso de la tecnocracia priísta y llegó a los excesos inadmisibles con los gobiernos panistas. No hay que olvidar el nefasto régimen de la cursi y ridícula “pareja presidencial”, con la que se llegó a lo máximo (cuando vino Juan Pablo II, la señora Marta se dio tantos rodillazos para saludar y besar el anillo pastoral de sus eminencias, que unos días después le tuvieron que operar la rodilla).


Bueno pues en este marco, Pepe Momoxpan sube a la tribuna del Congreso del Estado y echa de su ronco pecho.


La cosa no hubiera pasado del desahogo de un diputado protagónico de la oposición, que haciendo uso de su libertad, expresó lo que piensa, si no le hubieran salido defensores al rector, entre los diputados priístas.


En sus intervenciones se enredaron, como la Bandera Nacional en el asta del zócalo de la ciudad de México, el pasado 24 precisamente y provocaron un escándalo, absurdo e innecesario.


La propuesta de don Pepe Momoxpan, ni siquiera podía pasar a comisiones. Era una simple crítica personal, que no acusación porque no hay ningún sustento jurídico para ello, que debió quedar en eso.


Lo que pasó el miércoles en el Congreso local, sobre este asunto, solo demostró la poca habilidad política de los diputados locales, que hicieron una tempestad mediática, en un vaso de agua. El rector bien podría decirles a los señores diputados que pretendieron defenderlo: “No me defiendan, compadres”.


TERNA PARA PRESIDIR EL COLEGIO DE ECONOMISTAS


Los economistas están por elegir al  nuevo presidente de su Colegio y ya está conformada la terna para ello. Esa terna está integrada por los licenciados Jorge Pérez Mejía, Jorge Moreno Valle Huitrón y Octavio Castilla Kuri.


Los tres son jóvenes y con ideas frescas. Nunca como ahora se requiere de la orientación de los profesionales de la economía y el Colegio de Economistas tiene una gran responsabilidad en eso.


El pueblo, la gente común, como dicen ahora, “el ciudadano de a pie, necesita que lo orienten, que le digan sin palabras rebuscadas, sin tecnicismos, con lenguaje llano, qué debe hacer para administrar mejor su raquítico presupuesto, para mejorar su micro negocio, para impulsar su pequeña empresa.


Los economistas por lo general, son gente alejada de las grandes masas pues el lenguaje que utilizan para exponer sus ideas, es tan técnico y rebuscado que nadie les entiende. Ellos, en estos momentos difíciles, pueden hacer mucho, analizando la problemática, dando orientaciones a las autoridades municipales y auxiliares para que puedan ser más eficientes con menos recursos y a la gente común, para que pueda sobrevivir en mejores condiciones, mientras se supera la contingencia.

 



 
 

 

 
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