Por lo delicado de su salud (un problema cardiaco), quien fuera líder del Movimiento Revolucionario del Magisterio (MRM) que hace casi cincuenta años conmovió al país, Othón Salazar Ramírez, no pudo estar presente en el homenaje que maestros de Puebla le rindieron en un acto efectuado en el Paraninfo del edificio carolino de la Universidad Autónoma de Puebla. En su representación presidió la ceremonia el profesor Emiliano Ramos.
Fue un acto sencillo, bien organizado, cuyo objetivo fue el de reivindicar las luchas sociales del cincuenta y ocho (ferrocarrileros, obreros y maestros) como antecedente de lo que vino después y que culminó con la matanza de Tlatelolco en 1968, por las libertades políticas y sindicales de México.
Presidieron el acto, además del representante del homenajeado: los maestros Jorge Othón Chávez Palma, del comité organizador; Rosalía Ramírez Moctezuma, del Foro Democrático; Jaime Cid, regidor del PRD; López Mayo, en representación del Suntuap; un representante del sindicato de telefonistas y otro del Partido del Trabajo.
El Paraninfo, estuvo lleno de maestros y de viejos militantes comunistas, como los profesores David Cano, Alfonso Tovar, Rubén Moreno y muchos más.
Varios oradores exaltaron la lucha magisterial del 58, que ahora es simbólica de la lucha por la democratización sindical, que por desgracia aún no se alcanza, dijeron.
La sección IX del SNTE, que agrupa a la mayor parte de los maestros del Distrito Federal, tiene en estos momentos una lucha contra la dirigencia nacional del SNTE, por la elección democrática del comité seccional. Esa sección IX fue la que siguió a Othón Salazar en su lucha por la democracia sindical hace cincuenta años, cuando el homenajeado tenía poco más de 30 años de edad. Ahora, rebasa los 80 y se encuentra delicado de salud.
Se propuso la erección de un parque en Puebla, que lleve el nombre del líder magisterial, que ha sido símbolo del maestro revolucionario, comprometido con las más nobles causas del pueblo de México.
Al final, los viejos maestros revolucionarios militantes de la izquierda, puestos de pié entonaron “La Internacional” y el Himno Nacional Mexicano.
“LA MAESTRA” ESTUVO EN PUEBLA
“La Maestra” Elba Esther, “la grande”; “la única”, la líder vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, la mujer politicamente más poderosa en la historia de este país, la campeona de la democracia y de la justicia social, estuvo el sábado en esta capital.
No vino para asistir al homenaje que viejos maestros rindieron a otro maestro, que fue líder sindical revolucionario de los mentores de la sección novena del Distrito Federal y que hace cincuenta años luchó frontalmente contra el estado mexicano, presidido entonces por don Adolfo Ruíz Cortines, por la democracia sindical, que todavía no se logra. No, la maestra no vino a eso. Vino para asistir al banquete de cumpleaños del senador de la república, por el Partido Acción Nacional, don Rafael Moreno Valle Rosas.
Fue en las Bodegas del Molino, donde doña Elba Esther, estuvo y no en el Paraninfo de la UAP. Tuvo un encuentro desde luego con el senador Moreno Valle Rosas, en cuyo honor fue la comida y con otra pieza fuerte de su ajedrés político, con Miguel Angel Yunes, recien ingresado al Partido Acción Nacional.
Doña Elba Esther, don Rafael Moreno Valle Rosas y don Miguel Angel Yunes, se veían bien, como si estuvieran en casa. Moviéndose con desparpajo y hasta con elegancia.
Los que se veían muy mal, eran los panistas.
Don Rafael Micalco, don Bernardo Arrubarena, don Francisco Fraile (luciendo su nuevo luck) don Eduardo Rivera, don Antonio Sánchez y Díaz de Rivera y muchos panistas más, que con su presencia se desdecían de los muchos ataques que en un tiempo muy reciente por cierto, lanzaban contra el sindicalismo oficial y corrupto, del que doña Elba Esther es digna representante; se desdecían de los duros ataques que lanzaron contra el entonces secretario de Finanzas del gobierno priísta de Melquiades Morales y contra el veracruzano Yunes a quien atacaban de corrupción y de muchas cosas más.
Después de haber convivido con ellos en una rumbosa fiesta, que reunió a toda la clase política derechista de Puebla, ¿cómo va a seguir pontificando don Paco Fraile, sobre la corrupción priísta, sobre el sindicalismo oficial, contra el corporativismo en la política nacional? ¿con qué cara, los panistas poblanos van a hablar de democracia? ¿con qué cara, van a exigir elecciones limpias y transparentes?.
Si los panistas supieran lo que se dice de ellos en pláticas de café, sobre lo que la gente del común piensa de sus nuevas adquisiciones políticas, sobre su forma de gobernar, sobre sus muchas incongruencias entre lo que dicen y lo que hacen, renunciarían a su partido, si les quedara una poca de verguenza. Pero no lo harán. Han perdido eso precisamente, la verguenza. Si don Manuel Gómez Morín resucitara, se volvería a morir de inmediato. Eso sí, es seguro.