Pulso Político


Gabriel Sánchez Andraca


¿Quienes fueron los actores del 64?

 

El movimiento de octubre del 64 en Puebla, que derribó al gobierno del general Antonio Nava Castillo, tuvo actores principalmente entre el estudiantado universitario.


Desde luego que los personajes principales en este problema, fueron el general Antonio Nava Castillo, gobernador del Estado, nacido en 1905 en el municipio de Ixcaquixtla, que ingresó en 1921 al Colegio Militar, de dónde egresó con el grado de teniente y habiendo recorrido toda la escala de la milicia, llegó a general de división el 20 de noviembre de 1960.


Desde 1920 empezó a distinguirse en el juego de Polo, habiendo participado en 1936, con el equipo mexicano en la Olimpiada de Berlín, dónde el equipo de México del que formaba parte, obtuvo el tercer lugar.


Ocupó diversos cargos en la administración pública, hasta llegar a ocupar la gubernatura de Puebla para el periodo 1963-1969. Sin embargo, el movimiento popular lo echó abajo el 30 de octubre de 1964. Después fue director del Rastro de Ferrería en la ciudad de México y antes había sido líder de la CNOP. Falleció en la capital del país el 28 de marzo de 1983.


Dicen quienes conocieron y trataron al general, que él era en verdad una persona bien intencionada y con gran sensibilidad social, pero que en su equipo hubo gente que abusó del poder y fueron los causantes reales de su desprestigio: el mayor Saldivar, el coronel y doctor Sánchez Domínguez, el general Lepe (no Cueto, como dijimos ayer) fueron algunos de quienes tuvieron un comportamiento arbitrario y autoritario y lo echaron todo a perder. No fueron los únicos, fueron más y el error de Nava Castillo, fue no haber podido o no haber querido controlarlos.


El sustituto de Nava Castillo, fue un paisano suyo, también de Ixcaquixtla, el ingeniero Aarón Merino Fernández, nacido unos meses después que el general, el 20 de marzo de 1906.


Estuvió en Chapingo, la carrera de ingeniero agrónomo y ocupó diversos puestos importantes, entre ellos el de gobernador del territorio de Quintana Roo, cargo que desempeñaba, cuando fue llamado para terminar el periodo constitucional del general Nava.


Como gobernador de la entidad, sentó las bases de la Puebla moderna. Gestionó y obtuvo de la Fundación Jenkins, la construcción de la Ciudad Universitaria, construyó la Unidad Normalista e inició la construcción de la Unidad Deportiva, terminó el entubamiento del Río de San Francisco, construyó la avenida Hermanos Serdán, para dar una entrada digna a la ciudad por la recien inaugurada autopista México Puebla, continuó con el programa de Centros Escolares iniciado por Rafael Avila Camacho, en los años cincuenta, construyendo los de Chignahuapan, Zacatlán y Acatlán, rescató varias edificaciones coloniales, entre ellas un ex colegio jesuíta que luego fue Palacio de Gobierno (el de la avenida Reforma) asi como el ex convento de Santa Rosa, convertido entonces en vecindad y donde se asentaban 200 familias. Sentó las bases para la construcción de la recta a Cholula y fue un gran promotor de Puebla en el proceso de industrialización. Durante su gobierno se asentaron aquí, la planta automotriz Volkswagen y la de hierro esponja de Hylsa, entre muchas otras.


Su fallecimiento fue dramático. Le dio un infarto en los Estados Unidos y regresó a México para atenderse aquí, pues consideró que allá los tratamientos médicos eran muy caros y él no tenía dinero para eso. Falleció el 28 de noviembre de 1976 en la ciudad de México y fue traído a Puebla para ser sepultado en el panteón francés. Ya era presidente electo José López Portillo, quien le había ofrecido la Secretaría de Agricultura y Ganadería.

 

LOS PARTICIPANTES DEL OTRO LADO


Lo del 64 en Puebla, fue un movimiento estudiantil popular, en el que participaron dirigentes y miembros de diversas organizaciones, entre ellas las del sector privado, pero quienes encabezaban la lucha, fueron estudiantes universitarios.


Se formó un Directorio Estudiantil Poblano, cuyos asesores jurídicos, eran los entonces estudiantes de Derecho, Jorge Morales Obregón, Gildardo Carpio Corzo, ambos ya fallecidos y Nicandro Juárez. Formaban parte de ese grupo, los dirigentes de cada escuela y los respectivos consejeros ante el Consejo Universitario.


Entre ellos estaban Nemesio Cruz López, Ramón Beltrán López, Rubén Tejeda, Juan José Barrientos Granda, Antonio Pérez Díaz, Raúl Carpinteiro, Víctor Vargas Escorza, Ernesto Ordaz Cartas, Manuel Guzmán Pérez, Rafael Figueroa, Francisco Sánchez Muñoz, Leonardo Macías Betanzos, René Fernández, Pedro Balbuena Sánchez, Eduardo Núñez, José Luis Ríos Torres, Luis Villa Issa, José Peña Islas y Luis Ponce Ramírez, entre otros.


La mañana del 31 de octubre de 1964, hoy hace 44 años, Puebla amaneció tranquila. Solo un grupo de estudiantes se paltó al medio día frente al entonces palacio de gobierno, esquina Maximino Avila Camacho con 2 norte, para exigir la renuncia del secretario de Goberción, un abogado de mucho prestigio de apellido Hernández. No tuvieron que esperar mucho, el señor secretario, con mucha dignidad renunció en el acto y el propio gobernador Merino Fernández, lo acompañó en su salida del palacio y lo protegió de las agresiones estudiantiles.


Muchos de estos actores han fallecido, principalmente quienes ocupaban posiciones en el gobierno. La gente de Puebla ha olvidado lo sucedido pese a su importancia en la vida regional y lo peor del caso, como le comentamos ayer, hay universitarios poblanos que se agitan recordando el 2 de octubre del 68, movimiento en el que la provincia, los estados de la república, tuvieron una participación marginal. Fue ese un asunto surgido por el pleito entre estudiantes de dos preparatorias, que tal vez por el hartazgo de la gente del Distrito Federal se hizo grande, aunque las exigencias no pasaron de la desaparición del Cuerpo de Granaderos, de la destitución del jefe de la policía del Distrito Federal y de la ex carcelación de lo que llamaban "presos políticos". El movimiento del 64 en Puebla, no tiene panegiristas; al movimiento del 68 en el Distrito Federal, le sobran.
Allá hubo una represión feroz del Estado contra la ciudadanía y aquí la hubo, pero no excesiva.


Se dice que funcionarios del gobierno de Adolfo López Mateos, enemigos de Gustavo Díaz Ordaz, que ya era presidente electo, tomaron parte en el problema, alentando al estudiantado poblano y frenando los posibles excesos de las autoridades estatales. Pudo ser. Ya los historidadores investigarán las cosas y dirán lo que realmente pasó. 

 



 
 

 

 
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