Mundo Rural


Hipólito Contreras

01/06/2009

IVA EN MEDICINAS Y ALIMENTOS

Los gobiernos se sostienen con los impuestos que pagamos todos los ciudadanos, ellos son los administradores de los recursos públicos con los que hacen obra pública y atienden las necesidades de la sociedad.


Sin impuestos ningún gobierno funcionaría, no habría recursos para nada, por eso desde que existen los gobiernos existen los impuestos, hace dos mil años el imperio romano ya recaudaba impuestos.


La función de los gobiernos es aplicar correctamente los impuestos para dar atención a las demandas sociales, sino lo hacen es problema de corrupción e ineficiencia.


El problema en México con los impuestos es complejo, por un lado existe una cascada de impuestos que lesionan la economía de los sectores productivos y de la población en general, son muchos y diversos, los excesos son malos, por otro existe una alta evasión fiscal lo que ocasiona que el gobierno deje de captar cientos de miles de millones de pesos, haya un sector informal numeroso que paga cuotas pero no las capta el gobierno, existen miles de empresas y personajes de la vida política que se las arreglan para evadir los impuestos.


Este gobierno se convirtió en un inventor y cobrador de impuestos, sin que demuestre eficiencia en su administración y captación, la obras son excesivamente infladas en sus costos para beneficiar a empresas y funcionarios, esto se convierte en un derroche de recursos. El pueblo de México no tiene por qué estar financiando la corrupción y haciendo millonario a un grupo de político y funcionarios.


Hace dos administraciones municipales, por ejemplo, se hizo la única obra grande en el municipio de Puebla, el distribuidor Juárez Serdán, inicialmente la obra fue presupuestada en 180 millones de pesos, después de más de dos años de trabajos el distribuidor costó a los poblanos más de mil millones de pesos. ¿ quién se quedó con la diferencia? ¿ quién lucró con los impuestos?, por supuesto que el gobierno municipal y las constructoras.


Este es sólo un ejemplo de cómo un mal gobierno derrocha recursos, sin que nadie le pida cuenta pues es juez y parte, el mismo gobierno se auto vigila, y por supuesto no existen sanciones para nadie.


¿Qué impuestos pagamos? están los directos al ingreso como el ISR, ISN, IETU y otros como el pago de tenencia vehicular, los directos al consumo como el IVA que se aplica a todos los productos excepto medicinas y alimentos, todos los usuarios pagamos un impuesto en el recibo de luz, de hecho pagamos impuesto por todo.


Hoy en plena crisis económica, con un desempleo del 5.5 por ciento y con una tendencia a la alza, el gobierno federal insiste nuevamente en gravar con un quince por ciento medicinas y alimentos.


El gobierno federal está urgido de recursos, ya inventó toda clase de impuestos, ahora sólo le queda gravar lo que más requiere la población: medicinas y alimentos.


El gobierno a través del Secretario de Hacienda, ha dicho que ante la crisis sólo hay tres salidas: el endeudamiento, el recorte de presupuesto y crear nuevos impuestos.


Si a la nueva legislatura se le olvidan los compromisos de los candidatos hoy en campaña, no se descarta que en septiembre esté presentando la iniciativa de gravar medicinas y alimentos en la Cámara de Diputados, y si a los diputados del PRI y PAN les da demencia como es su costumbre, le aprobarán al presidente su iniciativa, con esto le habrán dando el tiro de gracia a la mayor parte de la población del país.


Gravar medicinas y alimentos pondrá al gobierno federal al filo del abismo, al filo de la descomposición social, le estará pegando al pueblo a donde más le duele, su salud y su sobrevivencia.


Serán miles de comunidades del país las afectadas por una medida de este tipo. Si hoy comprar medicamentos y alimentos es complicado porque el ingreso promedio de las familias rurales no pasa de dos salarios mínimos, con el nuevo gravamen las cosas se complicarán.


Aplicar IVA a medicinas y alimentos recrudecerá la pobreza en amplios sectores de la población, sobre todo de comunidades. Sólo en el estado de Puebla existen 118 municipios considerados de alta y muy alta marginación, ahí las condiciones se complicarán y repercutirán en todo: desnutrición, deserción escolar, más migración, más actos de violencia, etc.


En las zonas urbanas y semiurbanas la medida generaría más grupos sumados a la economía informal, inestabilidad familiar, menos acceso a los servicios, más hechos delictivos.


La medida sería contraproducente y no se descarta que llevaría a reanimar y fortalecer la informidad social a través de las diversas organizaciones sociales, la movilizaciones de protestas serían inminentes en todo el país, si el gobierno y su partidos conservaran algunos seguidores populares terminarían por perderlos.


La sociedad aplaudiría al gobierno si en lugar de gravar alimentos y medicinas redujera en por lo menos un cincuenta por ciento los salarios de todos los funcionaros ( llámese diputados, presidentes municipales, presidentes de la república, senadores, gobernadores, subsecretarios, directores de áreas, delegados federales, etc) que hoy ganan más de setenta mil pesos mensuales ( los magistrados por ejemplo ganan más de 400 mil pesos al mes), el ahorro sería extraordinario y sin dañar la economía de los grandes sectores de población.


La sociedad se sentiría apoyada si a los funcionarios de primer nivel se les redujeran sus privilegios que hoy gozan, si por ejemplo se limitaran los vales para gasolina, los celulares, los viáticos, los viajes, si dejaran de atenderse en hospitales privados, etc.


Un gobierno que aumentara su captación de recursos mediante una reforma fiscal más justa y equitativa, en la que todos sin distinción paguemos impuestos pero de acuerdo a los ingresos reales.


Ese si sería un gobierno realmente preocupado por su gente, por los trabajadores, campesinos, mujeres, jóvenes, tercera edad, indígenas, sería un gobierno que arriesgaría todo menos la estabilidad familiar, de los sectores productivos y del país.


Grabar alimentos y medicinas significará echar más leña al fuego, atizar más a la inestabilidad, y colocar al país al borde de un nuevo movimiento social.

 



 
 

 

 
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