Mundo Rural


Hipólito Contreras

07/10/2009

El campo en el modelo neoliberal


Si el modelo económico llamado neoliberal o de libre mercado está caracterizado por privilegiar la inversión privada sobre la del Estado, en el mundo rural sucede exactamente lo mismo, el apoyo a los grandes inversionistas que controlan el sector.


En el modelo neoliberal el gobierno mantiene instituciones dedicadas a la atención del campo como SAGARPA, FIRA, Financiera Rural, etc., las mismas no atienden a los grupos de productores, sino a los grandes proyectos de los grupos privados.


El fideicomiso FIRA, maneja este año en Puebla algo así como mil 200 millones de pesos. La Financiera Rural unos 500 millones de pesos, la SAGARPA maneja unos mil 600 millones incluyendo Procampo, la Secretaría de Desarrollo Rural unos 900 millones de pesos, el FIRCO y la Secretaria de la Reforma Agraria por lo menos manejan 200 millones de pesos, también aplican recursos la Secretaría de Economía, Turismo, Medio Ambiente y Recursos Naturales y hasta los Ayuntamientos.


A esto se agregan recursos de fideicomisos, Oportunidades, los apoyos para daños ocasionados por siniestros, los recursos que aplica SEDESOL a través de programas dirigidos al campo como FONAES y Jornaleros agrícolas, los recursos de la Comisión de Pueblos Indígenas, antes Instituto Nacional Indigenista, Consejo Mexicano del Café, los de CONAFOR, de la industria azucarera o cañera, la Comisión de Regularización de la Tenencia de la Tierra, el Colegio de Posgraduados, Fundación Produce, Comisión Nacional del Agua, INIFAP, universidades vinculadas con el campo, los remesas de los poblanos radicados en Estados Unidos, etc.


Podrían ser más de veinte mil millones de pesos los que manejan diversas instituciones relacionadas con el campo en Puebla, esto sin considerar los recursos privados y las aportaciones de los mismos productores.


Son miles de millones de pesos los que van dirigidos al campo poblano a través de diversas dependencias. Lo que sucede es que esos recursos se aplican de manera separada por diversas instituciones, cada quien con sus normas y criterios.


Así es como opera el modelo neoliberal o de libre mercado, un mundo de instituciones, de programas, una enorme burocracia que se encarga hacer lentos los procedimientos para que fluyan los recursos.

 

Con este mundo de dinero podría cambiarse el rostro del campo poblano con otra política. Se reconoce que se han hecho cosas buenas, como el desarrollo de algunas cadenas productivas, la transformación de algunos productos, los convenios de comercialización con grandes empresas, la exportaciones de algunos productos, el crecimiento de invernaderos, el desarrollo la acuacultura, ganadería bovina, porcina, caprina, avicultura, ecoturismo, mecanización, etc.


Pese a todo esto el estado de Puebla presenta altos niveles de marginación en cientos y miles de comunidades en donde esos recursos no llegan.


En el libre mercado son grupos los que sobresalen, los que captan o concentran los recursos públicos. Veamos simplemente quién o quiénes controlan el mercado de la leche, la maquinaria agrícola, los equipos, los granos, carnes, semillas, fertilizantes, frutas, hortalizas, huevo, azúcar, etc., no son por supuesto esos dos y medio millones de poblanos, o más, sumidos en la marginación y dispersos en los 217 municipios, ellos pueden producir algo o mucho, pero no controlan nada, ellos son víctimas de los mercados y de las políticas públicas hacia el campo.


Es quizás un grupo de diez mil ciudadanos fuertes ( o mucho menos) los que controlan todo, los que concentran los recursos públicos para el desarrollo de sus proyectos.


Esa es la política de libre mercado en el que son cadenas, empresas, empresarios fuertes, comercializadores, todos ellos ligados al poder, los que tiene el control de todo lo que es producción y comercialización de los productos agropecuarios, nada se me mueve sin que ellos lo autoricen.


Si a un humilde productor se le ocurre salir en su camioneta vieja al mercado a vender sus jitomates o lechugas es muy probable que no llegue sin que antes tenga que ponerse a mano con los agentes viales, si no paga simplemente se llevan la unidad, cualquier cosa le inventarán, cuando por fin llegue a la plaza le caerán encima los bodegueros y jefes, le dirán que no puede vender así nada mas, que necesita permisos, por lo que tendrá que pagar una cuota, luego le caerán inspectores y funcionarios municipales, le dirán lo mismo, tendrá que pagar más cuotas, terminará casi regalando su mercancía y no le sobrará ni para la gasolina, el libre mercado así es, lo controlan los grandes.

 

Es un espejismo entonces ese mundo de dinero que se destina al campo poblano, los recursos se aplican de tal forma que llegan a cuenta gotas, por eso la marginación en miles de comunidades.

 



 
 

 

 
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