Mundo Rural


Hipólito Contreras


Como nunca antes elevados precios


Como nunca antes en la historia del país los precios de los productos de la canasta básica están por las nubes. Situación que afecta a toda la población, pero más a la rural, la más golpeada por esta realidad.


Ni en la crisis del 94 se tuvieron precios tan altos como hoy. En ese año, en plena crisis económica, por ejemplo, el litro de la gasolina era de poco más de un peso, el de la tortilla de 3 pesos, leche 3.50 pesos litro, aceite 3 pesos litro, pan a 60 centavos pieza, transporte 2.50 pesos el pasaje en la ciudad de Puebla, etc.


En ese año quien ganaba por ejemplo 500 pesos semanales tenía más posibilidades de adquirir los productos básicos aún en plena devaluación del peso. Debe tomarse en cuenta que en un año antes el Gobierno federal tuvo que quitar tres ceros a la moneda, lo que daba la impresión de que los precios eran bajos, en realidad la tortilla costaba tres mil pesos, el transporte dos mil 500 pesos; sin embargo, aún así había más posibilidades de compra.


Hoy ya nada se le parece, hoy sin devaluación y sin inflación reconocida oficialmente, todo está muy caro, al grado de que un salario mínimo de cincuenta pesos apenas alcanza para un desayuno o bien para comprar un litro de aceite, o poco mas de un kilo de manzana, o bien cuatro litros de leche, los que tienen auto pueden comprar 6.5 litros de gasolina.


El poder adquisitivo de la gente está desplomado, quienes ganan entre 500 y 600 pesos semanales están quebrados, sin posibilidades de adquirir lo básico. Las familias que tienen este ingreso están muy mal, sin embargo, son miles las que ganan mucho menos.


En las zonas rurales los elevados precios de los básicos, le pegan con todo a las familias campesinas. Algunos dicen que no es verdad, que en las familias rurales existe dinero suficiente, que por eso hacen sus frecuentes fiestas, quince años, las fiestas populares; es cierto, se siguen haciendo porque forman parte de las costumbres, la gente se las arregla, se endeudan, sus fiestas son parte de su vida.


Las familias rurales no sólo se enfrentan a los elevados precios de los productos básicos, también es caro todo lo demás, ropa, calzado, medicinas, productos de limpieza, servicios, colegiaturas, uniformes, cuotas escolares, bueno hasta los velorios son caros, morirse hoy es muy caro, todo está cotizado muy alto, los fertilizantes están por las nubes, la maquinaria, los equipos, nadie controla nada.


Y si todo es caro es porque la economía está mal, el modelo no funciona; si la gente, la mayor parte de los ciudadanos, no tienen acceso pleno a todo lo que necesitan, es porque las cosas arriba están fallando, las políticas que se aplican permiten que grupos fuertes controlen todo, les dan manos libres para que controlen todo.


Resulta absurdo que, por ejemplo, en una zona rica en recursos como es la Sierra Norte o el valle de Puebla haya pobreza en miles de hogares sólo porque no se están generando las políticas que lleven a generar mayor bienestar entre la gente.


El mismo Gobierno ofrece servicios caros como son la energía eléctrica y la gasolina; sus impuestos son altos, lo mismo que todo servicio que ofrece, a esto se le suma la corrupción que genera mayor saqueo y daño a la gente.


No existe una sola obra pública en la que a las comunidades, a las colonias, se les exige una aportación extra, aparte de que todo se hace con recursos públicos. Las políticas son equivocadas, existen grupos ricos o muy ricos, mientras millones de mexicanos viven empobrecidos. Niños y jóvenes dejan pasar su mejores años en la inequidad, en la desigualdad, esto no puede ser.


Lo que el Gobierno, lo que el modelo económico hace, no genera riqueza ni equidad social. Veamos cómo los programas dirigidos al campo se vuelven nada cuando se ejercen los recursos.


Digamos por ejemplo, que en el valle de Libres se ejercen 10 o 20 millones en apoyos al campo, consistentes en maquinaria, insumos, mejoramiento a los sistemas de riego, un año después de que hizo todo las cosas siguen igual como si nada hubiera pasado, nada cambió, la gente siguió igual, nada cambió ¿ en dónde quedaron entonces los apoyos?


La Sagarpa anunció cientos de millones para impulsar proyectos productivos, la realidad es que no se ven por ningún lado, ¿en dónde está tanto dinero supuestamente autorizado?


Los elevados precios le siguen pegando a la gente aun con todas las acciones que el gobierno hace o dice hacer. La gente no vive mejor, todo lo contrario, sus expectativas de vida se reducen, los niveles nutricionales de la gente siguen a la baja, miles de niños y jóvenes siguen consumiendo chatarra, Coca y demás productos que muestra la televisión.


El Gobierno sabe muy bien esta carestía, sabe muy bien que sus políticas no funcionan aun con todo los discursos optimistas que ya nadie cree, sabe muy bien que la cosas empeoran, que nunca como hoy resulta caro vivir y que en donde más se refleja esta situación es en las comunidades.


La política económica, el libre mercado, golpea con severidad a la mayor parte de la población, el mundo rural es vapuleado como nunca antes.




 
 

 

 
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