Mundo Rural
Hipólito Contreras
La movilización campesina del 31, aviso al sistema
No se sabe aún el poder de convocatoria de las organizaciones campesinas del país que hacen un llamado a la movilización nacional del próximo jueves 31 de enero en la Ciudad de México para pronunciarse en contra de la apertura comercial en materia agropecuaria.
Será el mismo 31 cuando podamos ver el nivel de inconformidad campesina por la entrada en vigor el pasado uno de enero del capítulo agropecuario del TLCAN. Será una prueba para la capacidad y penetración de las organizaciones campesinas tanto las integradas al Congreso Agrario Permanente como las que funcionan de manera independiente.
No, no será un paseo por la Ciudad de México para los campesinos asistentes, será un acto de protesta por las condiciones que imperan en el campo mexicano, será un rechazo al desventajoso Tratado de Libre Comercio con América del Norte, será la voz libre de los productores mexicanos para exigir respuestas.
La movilización campesina del 31 de enero será la segunda después de que en el 2003 las organizaciones se movilizaron para llevar al gobierno federal a la firma del Acuerdo Nacional para el Campo, tema pendiente y que los campesinos del país le dirán al gobierno que no ha cumplido los compromisos pactados.
La marcha campesina desmentirá sin duda a los optimistas del régimen, los que aseguran una y otra vez que el campo pasa por un buen momento y el Tratado comercial le será de gran beneficio porque los productores mexicanos podrán comprar insumos baratos.
Si la concentración campesina es un fracaso, si no hay respuesta a la convocatoria, si los campesinos convocados consideran que esto no es más que asunto político y de interés sólo para los líderes, se le dará la razón a los optimistas de las instituciones quienes ni por asomo aceptar la crisis del sector agropecuario nacional.
Crisis, sí, la eterna crisis que vive el sector desde la entrada al gobierno de los doctores en economía graduados en universidades norteamericanas, crisis por el desmantelamiento de instituciones que apuntalaban al campo mexicano, crisis por el retiro del Estado hacia el campo.
Sólo será un fracaso la movilización si los convocados, si las masas campesinas sienten estabilidad económica y apoyos institucional para capitalizarse y tecnificarse, si sus niveles de producción son buenos, si están en proceso de transformación de los productos del campo.
Por supuesto, un campo estable, un campo en desarrollo y crecimiento, un campo con niveles de vida aceptables no tiene por qué movilizarse, no tiene por qué hacer un gran esfuerzo para trasladarse desde todos los puntos del país.
En Estados Unidos y Canadá no se movilizan sus productores porque no tienen necesidad, están tecnificados, cuentan con buenos subsidios los que les permite elevados rendimientos y bajos costos de producción.
Las cosas no están así en México, en México el campo no es homogéneo, una gran mayoría de productores producen para la subsistencia y sólo algunos grupos están tecnificados o semi tecnificados, sólo grupos selectos son los que exportan, la gran mayoría produce para el auto consumo.
Será esa realidad del campo mexicano la que determine la participación campesina el próximo jueves en las capital de país. Será esa realidad de nuestro campo la que nos diga si el campesinado mexicano está dispuesto a movilizarse a pesar de lo que esos le representa económicamente, no será fácil en las actuales condiciones moverse de municipios lejanos como los del norte y sur sureste del país. Serán representaciones las que lleguen a la capital del país.
Será una movilización pacífica, lo será porque debe reconocerse que en este gran país todavía es posible la libre manifestación, todavía los grupos sociales pueden salir a las calles para manifestar sus inconformidades, aunque sólo sea para eso porque las respuestas son las mismas y la política también es la misma, esto se interpreta como “pueden decir lo que quieran, expresarse como quieran, pero las decisiones las tomamos nosotros”.
El campesinado se manifestará este día último de mes, pero no sólo lo hará simplemente para ejercer su derecho a manifestarse, sabe que lo puede hacer, que lo ha hecho desde hace muchos años pero sin resultados, lo hará porque exige que las cosas cambien, lo hará aun sabiendo que en este modelo de economía neoliberal el camino ya está trazado, la política ya está definida y que no cambiará por parte del grupo en el poder.
La movilización campesina del 31 de enero, que será encabezada por la Confederación Nacional Campesina y su líder Cruz López Aguilar, y a la que se sumarán todas las organizaciones campesinas del país, así como partidos políticos, será sencillamente el reflejo de una realidad inocultable en el campo mexicano, será el reflejo de un estado de cosas.
La movilización campesina será en general el rechazo total al modelo neoliberal, a una política de libre mercado que aleja cada vez más de los mínimos de bienestar a la mayor parta de la población nacional, a un sistema político en el que no existe una política orientada a proteger a fondo los recursos naturales del país.
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