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Invitado Especal
La Quintacolumna


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Mundo Rural

 

El campo mexicano dentro de veinte años


Si  partimos de que en México  se aplica desde  hace muchos años el sistema de  libre mercado,  un  modelo de gobierno  llamado  neoliberal, un  modelo  en el que  los  dominantes son  los  fuertes, el resultado es que  todo, absolutamente todo, queda  bajo  la órbita de ese  modelo de gobierno,  el campo, por supuesto, queda  bajo su control total.


Imaginemos  al México  rural  y agropecuario  en veinte años más,  2027. Un tiempo  muy corto, demasiado corto para ver  los efectos de  una  política  y de  un  modelo de gobierno como el que se aplica en  México. ¿Cómo será el  campo  mexicano en ese tiempo? ¿Cómo será  el  mundo rural de entonces?


Por supuesto que podemos irnos más adelante, 2030, 2040, 2050, 2060, ¿ pero para qué irnos tan lejos  en el tiempo  si los efectos  los estamos  viendo desde  hoy?   Los efectos del  modelo  neoliberal  está ya ahí muy claros,  evidentes en el  mundo rural y en toda la sociedad.  Solo caminemos  veinte años  para ver  en el corto plazo  los  resultados del modelo.


Hoy con sólo  veinticinco años  de aplicación pura  de  ese sistema ya  vemos las consecuencias  y  efectos,  ya vemos   lo  que está sucediendo en el  campo  agropecuario, ecológico  y rural.


 Ya vemos  lo  que el modelo  ha avanzado en la transformación de  las cosas, entre otras  la desintegración familiar, la extrema pobreza  en amplias  regiones  y el deterioro ambiental.


Veinte  o veinticinco años  más de aplicación del  mismo  modelo sólo  servirán para  evidenciar el deterioro aún mayor de todo  lo que existe en el país, el  daño en todos  los sectores,  entre ellos, por supuesto el  mundo rural  y todo   lo que en él se encuentra.


Veamos. No estoy  suponiendo de lo que va a suceder, no estoy inventando  lo que pueda ocurrir, estoy  viendo consecuencias   cada vez peores a medida que avanza el  modelo, a medida que deja  estelas de resultados negativos.


Veamos por ejemplo qué está ocurriendo con el   maíz, principal grano, de consumo  generalizado, el que ocupa hasta hoy  la  mayor superficie  sembrada, más  de quinientas  mil hectáreas.


 Es evidente que es cada  vez menor  la  superficie de este  grano. Hay que ver  que  los programas federales y estatales  no están dirigidos para  estimular el  principal grano, o  los principales  granos, sino otros  productos,   las  políticas van enfocadas a producir  lo que el mercado pide,  las  políticas  institucionales están para servir al mercado, no   para servir  al campo,  a  los campesinos  les dicen, hay que producir  lo que  el mercado  pide.


También por  otra parte ese mercado  le dice a  la población, cambien sus  hábitos de consumo, coman  la diversidad de productos  chatarra que anuncia  sobre  todo  la televisión, y bueno, es  lo que hacen todos los días  la mayor parte de  la población.


Ah, pero  como el consumo de  maíz sigue siendo alto y lo será  por  muchos años, y como la producción nacional  va  la baja, la demanda se cubre  con importaciones  cada vez mayores, principalmente de Estados  Unidos.


Hoy  ya  son por  lo menos cinco  millones de toneladas anuales  las que se importan para cubrir  la demanda nacional, en diez años  las  importaciones podrían ser de diez  millones de toneladas, en veinte años,  podrían ser veinte  millones porque  la producción nacional sigue  bajando.


Los americanos  seguirán enviado maíz  forrajero  y transgénico, el mismo que ellos  usan para alimentar a su ganado. De  México para Estados Unidos se seguirá enviando lo que  ese  mercado pida,  lo que diga el  imperio  es  lo que se  seguirá  produciendo en el campo mexicano  en los próximos años.


En el  2027, no es nada irreal, es muy posible que la dependencia  alimentaria  sea total en materia de  granos, sobre todo  maíz. De México habrán emigrado, digamos  unos  veinte  millones de trabajadores. Esta posibilidad  no  está alejada de  la realidad, pues se  calcula que  cada año  unos quinientos mil  mexicanos  cruzan la frontera de manera ilegal.


Para ese  año  habrán de sobrevivir  sólo  los  grandes productores, los agro exportadores, los propietarios de  grandes superficies,  ya  no habrá lugar  para  los demás, éstos  sólo  tendrán una opción: emigrar.


El libre mercado no tiene espacios para  los pequeños productores, ni le  interesa  lo que suceda con ello, el libre mercado  sólo se entiende con los grande productores, los demás que se mueran o se vayan a dónde quieran,  no tienen cabida  ahí.


De seguirse aplicando el modelo  para  ese  año México  no será  la  quinta economía del mundo, ni siquiera  la  décima,  su sector agropecuario  estará aniquilado  y con una dependencia casi total en materia de alimentos, su actividad rural estará muy disminuida  y sólo sobrevivirán  los fuertes, los que  trabajarán   principalmente con capital exterior.


Por supuesto que  para  ese  año de seguir este modelo  económico y político  habrá un  fuerte deterioro ambiental  y con problemas de agua en muchas regiones del país,  problema que ya estamos viendo desde hoy por el descenso en las recargas de los acuíferos.


No  es  la  fatalidad  la que  nos persiga, es el  modelo  económico el que  nos conduce a un  estado de cosas cada vez más complejo, porque todo es  saqueo, explotación y ganancia.  El sector  rural experimenta ya  estos efectos, el que 2.5  millones de compatriotas estén del otro lado de la frontera no es mera  casualidad, no es  mero gusto por irse y dejar a su gente, hay razones  muy bien marcadas.

 

 

 

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