SIN RODEOS


Marcela Jiménez Avendaño

04/11/2010


PRI POBLANO EN LA MIRA DEL 2012


Bajo este título cualquiera pensaría que el Revolucionario Institucional en Puebla se perfila como una pieza fundamental para el triunfo de ese partido en el 2012, y la verdad es que muchos hubiéramos deseado que así fuera visto por los grandes liderazgos nacionales de ese partido. Sin embargo, lo cierto es que quien realmente lo está observando bajo esa coyuntura es el Gobierno Federal y su partido.

Transitar por la Ciudad de México representa todo un reto a la paciencia. Las principales vialidades parecen estacionamientos y ello nos permite observar, por amplios intervalos, cuanta tontería es anunciada en espectaculares, mensajes luminosos, carteles, etc.

 

Fue así como de pronto, en días pasados, me encontré con que en pleno Circuito Interior del DF  se encuentra un espectacular con el rostro del todavía gobernador Mario Marín bajo el encabezado “El rostro de la impunidad”. Este monumental anuncio publicita al periódico Acento 21 del que ya todos hemos escuchado en Puebla.

 

La aparición de esta propaganda negra junto con el inicio del destape de algunos negocios y corruptelas de funcionarios de la Administración saliente suponen, como ya lo hemos dicho, que la andanada nacional en su contra se pondrá peor, sobretodo conforme se acerque el 2012. 

 

A la par que se vayan haciendo evidentes el involucramiento de ciertos personajes de la todavía clase política príista en estos hechos, la cabeza de su titular tenderá a desbalancearse si no es que a desbarrancarse.

 

Aunado a lo anterior, es de preocupar que el nuevo dirigente del PRI, Juan Carlos Lastiri –y ya lo doy por hecho en función de que la línea y el dedo así lo decidieron-, haya sido hasta hace unas horas el Secretario de Desarrollo Social de la entidad.  Esperemos por el bien del partido y de él mismo que las cuentas a entregar por dicha dependencia sean absolutamente claras.

 

Ahora bien, de brincar ese pequeñísimo detalle, surgen entonces nuevas interrogantes en función del tipo de oposición en que el PRI se convertirá a partir del próximo año. Por principio habría primero que responder varias interrogantes: ¿qué tanto será capaz de sortear positivamente esta etapa de ataque sistemático que concluirá después de las elecciones presidenciales?, ¿hasta dónde estará dispuesta a defender la imagen del gobierno marinista?, ¿qué tan cerca buscará estar del nuevo gobierno, de sus militantes y de la población?.

 

La respuesta a estas preguntas tendrían que ser ya parte de la planificación estratégica de futuro del PRI poblano. Lamentablemente, no solo las viejas formas se imponen sino que nos mostramos incapaces de refrescar nuestro propio pensamiento ideológico y accionario.

 

Pero en tanto se vaya desenredando esta madeja partidista, nos leemos la próxima semana.

 

 



 
 

 

 
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