SIN RODEOS


Marcela Jiménez Avendaño

14/01/2010


EL INICIO DEL FINAL


Antes del episodio de Lidia Cacho, Mario Marín era visto como un político con atributos y cualidades que lo podían potencializar rumbo a la carrera presidencial de la República. Brillante, buen orador, astuto, con olfato político y portador de tradiciones priístas muy bien aprendidas que lo exhibían como un operador nato. Aunado a ello, encajaba en una ola internacional de empoderamiento de indígenas y de miembros de grupos discriminados como Evo Morales y, el hoy Presidente americano, Barak Obama.


No creo que se equivocaran quienes calificaban a Marín como un político excepcional, basta recordar la crisis de imagen a la que fue sometido al inicio de su mandato bajo una acusación de abuso de autoridad que posteriormente fue utilizada por  muchos actores políticos para promocionar un linchamiento mediático y obtener diversos beneficios. Para el PAN y el PRD esto representaba ventajas electorales y para muchas empresas de medios una herramienta de chantaje.


Pese a ello, la habilidad del mandatario poblano le permitió llegar al último tramo de su gobierno con todos los controles de la gobernabilidad en la mano y sin la presencia de ninguna amenaza significativa para el estado. Paradojas del destino, para muchos gobernantes su último año los debilita mientras que, hasta ahora,  Marín se fortalece.


Marín podrá terminar este encargo desplegando todas sus cualidades, entregando buenas cuentas gubernamentales y a su partido. Es más, podríamos decir que  gracias a Marín y pese a Calderón Puebla no sufrió mayor daño en este sexenio perdido y de inseguridad.


Y más aún, todavía le queda tiempo de cerrar con un plan de obras que promuevan el empleo y el desarrollo del estado aprovechando la recuperación internacional de la economía. También es buen momento para demostrar el talante demócrata de los políticos de altura, sin renunciar a entregar buenos resultados al PRI.


Suerte en su futuro político Gobernador Marín, que 2010 sea un año venturoso para usted y por ende para nosotros los poblanos.


En tanto, nos leemos la próxima semana….., pero antes mi solidaridad para con el pueblo haitiano y para quienes como, en mi caso, tienen familia en ese país y aún desconocen su paradero.

 



 
 

 

 
Todos los Columnistas