El Sonido y la Furia


Gerardo Oviedo


WASHINGTON CONTRA BOLÍVAR
o
EL MUNDO DE LOS PEONES


a Javier Palou García por sus cumpleaños


“Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, promulgó en su momento el benemérito de las américas. Hoy esa tenue división entre el derecho y el atropello amaga con iniciar un conflicto armado en el cono sur americano. Colombia, Ecuador y Venezuela se encuentran en vísperas velando armas (Ecuador rompió relaciones internacionales con Colombia y Venezuela expulsó a todo el cuerpo diplomático colombiano). Pero, tomando en cuenta que las instituciones son dirigidas por hombres comunes y corrientes ¿quién, en este dislate internacional, es el responsable? El presidente colombiano Álvaro Uribe aduce que su ejército tuvo que entrar a territorio ecuatoriano porque iban persiguiendo en caliente al grupo armado de las FARC. El presidente ecuatoriano Rafael Correa desmiente esta versión al señalar que no fue una persecución, sino una masacre, al encontrar a las víctimas del bombardeo colombiano en ropa interior (una mexicana estudiante de filosofía entre los heridos), lo cual señalaría que no hubo combate previo. Por su parte, el gobierno colombiano “descubre” en territorio extranjero una computadora perteneciente al segundo hombre de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), Raúl Reyes, donde supuestamente se encuentran datos que incrimina a los gobiernos ecuatorianos y venezolanos al señalar que apoyan al grupo armado colombiano. Insiste Álvaro Uribe en denunciar ante la corte penal internacional por este hecho a su homólogo venezolano, el presidente Hugo Chávez. Por otro lado, el presidente ecuatoriano exige una disculpa incondicional y la promesa por parte del gobierno colombiano que esto jamás volverá a repetirse, y, en tanto esto no se lleve acabo, rompe relaciones diplomáticas con ese país. Primera y única hipótesis: Cuando se da este acontecimiento, el fin de semana pasado donde asesinaron a 22 integrantes de las FARC, el secretario de comercio de Estados Unidos, Carlos Gutiérrez estaba de gira en Colombia junto con otros políticos para promover el visto bueno en el congreso estadounidense al Tratado de Libre Comercio con Colombia. Ese sujeto, Carlos Gutiérrez, ha sido uno de los más nefastos políticos de la era Bush. Buscando agilizar el proyecto de tratado de libre comercio y el neoliberalismo con el país que se deje, hace declaraciones a diestra y siniestra en contra de lo que pueda afectar el establishment norteamericano (nada más hay que revisar su biografía declarativa). Si sabemos que el gobierno de Caracas había intercedido para la liberación de algunos secuestrados por las FARC y había obtenido el compromiso de este grupo insurrecto para la liberación de más rehenes como los de la semana pasada, ¿por qué se lanzó esta ofensiva del ejército colombiano en contra de las FARC, violando el territorio libre y soberano de ecuador precisamente ahora? Recordemos que el enfrentamiento entre el presidente Chávez y la Casa Blanca ha sido ríspido (tema que nos ocuparemos en otra ocasión). Pero vayamos hacia el contexto ecuatoriano: En varias ocasiones el presidente Rafael Correa ha dicho que Bush ha sido “tremendamente torpe (y) que ha hecho mucho daño a su país y al mundo”*, además, ha insistido que en Ecuador  debe existir  una “...lucha por una revolución ciudadana, (que) consistente en el cambio radical, profundo y rápido del sistema político, económico y social vigente, sistema perverso que ha destruido nuestra democracia, nuestra economía y nuestra sociedad"*. Y que su gobierno ecuatoriano desea “revertir las consecuencias sociales y económicas derivados del modelo económico neoliberal imperante en el continente durante las dos últimas décadas, que ha provocado, entre otros efectos, la privatización de servicios básicos como la salud, la educación o la gestión del agua potable... (en) defensa del medio ambiente; ha planteado una mayor participación del Estado en la renta del petróleo; aumento de la inversión social, no proseguir la negociación de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, con el argumento de la destrucción de decenas de miles de puestos de trabajo en la agricultura, entre otros sectores.”* Y por si fuera poco, el presidente ecuatoriano ha expresado: “...su oposición a la pena de muerte y a la cadena perpetua; y ha propuesto el Plan Ecuador, que opone desarrollo, justicia y paz al militarismo propugnado por el Plan Colombia, financiado por Estados Unidos.”* Ahora, si nos vamos del lado Colombiano y su presidente Álvaro Uribe se destacará lo siguiente: “Liquidó empresas estatales como Telecom, Inravisión, Caprecom y Cajanal para crear otros entes, con el argumento de que serían más dinámicos y con menores pasivos pensionales, siguiendo así, los planteamientos principales del neoliberalismo.”* Y recordar que “En política internacional el gobierno de Álvaro Uribe apoyó la guerra contra el terrorismo tal como la ha impulsado el presidente estadounidense George W. Bush. A pesar de la oposición interna el gobierno apoyó diplomáticamente la Invasión de Iraq de 2003”* “El presidente Uribe ha mantenido una línea de "defensa de los valores familiares" al manifestarse en contra de la legalización del aborto y del matrimonio homosexual. También ha cuestionado las relaciones sexuales prematrimoniales.”* Según está hipótesis que planteo en esta entrega, todo apunta a que Washington es el causante de la desestabilización en esta región del continente para que se rompa el diálogo entre las FARC y Hugo Chávez, para que,  lo que queda del periodo presidencial de Bush, se destinen más recursos al Plan Colombia y así poder militarizar esa frontera para que en el momento justo iniciar el derrocamiento (como en la década de los 60, 70 y 80) de gobiernos legítimamente electos, y Álvaro Uribe sólo funcione como un peón de los intereses bushianos dentro de un ajedrez que puede estar a punto de estallar por la conquista del petróleo venezolano. Porque para el titiritero: The war is a Money.

*las comillas pertenecen a wikipedia

 

TODA LA RABIA DEL MUNDO

 

“Hay que tener cuidado al elegir a los enemigos
porque uno termina pareciéndose a ellos.”
Jorge Luis Borges

 

PARTE 36

 

86.
¡Y vas a ser ejecutado por alta traición!, continuó el militar después de unos segundos en que su rostro recobraba la silueta de los dientes perfectos. El fotógrafo volvía del recuerdo hacia el presente tan rápido que me surgieron miles de preguntas en ese instante. Tantas dudas en la cabeza una vez que reconocí al Sangrías. Quería preguntarle cosas como por ejemplo: ¿qué había pasado con él después que me ayudó a escapar mordiendo al granadero en aquella tunda que nos dio el gobierno? Preguntarle ¿dónde había estado metido todos estos años? ¿La cárcel? ¿Una mazmorra fría en algún campo militar? ¿El exilio? ¿El infierno? Quería preguntarle su nombre verdadero, ya que nadie supo decirme cómo se llamaba cuando fui comisionado para buscarlo. Preguntarle el por qué aún estaba vivo y contarle que yo había hecho todo lo posible por encontrarlo por mar y cielo: que lo había ido a buscar por todas partes y en ningún lado aparecía, como suele suceder con los desaparecidos políticos. Incluso alguna vez plantee la posibilidad de hacerle un homenaje y comprar una lápida para honrar su memoria, pero mi propuesta fue desechada dentro del consejo de guerrilleros ambulantes bajo el argumento de: ni perdón ni olvido, si vivo se lo llevaron, vivo lo queremos. También quise saber el por qué estaba vestido de militar y si esos dientes perfectos, que hacia un momento se acababa de quitar para mostrarme su pasado y que yo lo reconociera, no le molestaban cuando mordía cosas duras como manzanas o peras. Quise increparlo sobre lo que acababa de decir. Que me iban a ejecutar por la traición que había cometido. ¿Por cuál traición, cuál alta traición? ¿Cuál de todas? También quise defenderme en esos escasos segundos en que pronunció las palabras de mi sentencia y el silencio que siguió después. Quise preguntarle que si él había sido feliz en aquella época, preguntarle al Sangrías, ese fotógrafo desaparecido hacía tantos años donde él me había salvado, si no se arrepentía de algo. También quise saber el por qué me había dicho que por mi culpa se había convertido en lo que jamás quiso ser. ¿Cuál culpa? ¿Yo era el culpable, el único culpable? Quise contarle que todos estos años habían sido grises para mí. Que tal vez todos éramos culpables por habernos topado aquella mañana en esa marcha: ellos con consignas, los granaderos con toletes y yo con mi lista del mandado bajo el brazo. Y, sobre todo, ¿en qué se había convertido desde aquellos días?, ¿por qué me secuestraba ahora, muchos años después? ¿Qué tenía que ver el Perlotas y el Barcelona en todo esto? ¿Por qué ellos también habían sido secuestrados? ¿Por qué no, si me iban a matar, era mejor pegarme un tiro en la calle y dejar de hacerle tanto al teatro? ¿O acaso se necesitaba todo el rigor del protocolo de una ejecución para humillarme más de lo que ya estaba?  ¿Me iban a cortar la cabeza y arrojarla en una bolsa negra con algún recado para el mundo? ¿Cómo iba a morir yo: estrangulado, con un tiro en la frente, quemado? ¿Me iban a torturar? Preguntarle al fotógrafo chimuelo tantas otras cosas que me cruzaron por la cabeza en ese momento, pero sólo le pregunté, mientras me inclinaba hacia delante sobre el camastro y lo tomaba con una fuerza increíble de la solapa de la camisa militar: ¿Y Sofía? ¿Has visto a Sofía?

 

88.
Cuando Karla ya se había convertido en mi novia Karla, después del común y corriente: desde que te vi me gustaste y tú también y qué hacemos pues lo que tú quieras en tu casa o en mi casa mejor en un motel pero no me alcanza no te preocupes yo te presto ok luego te pago. Una noche ella me invitó a cenar porque ya llevábamos tres meses saliendo y era una fecha para celebrar (como ya habíamos celebrado nuestra semana juntos, nuestros quince días juntos, nuestro mes juntos, nuestro bimestre juntos por orden y gracia de sus genitales, ya que en alguna ocasión me dijo que yo sí la hacía gozar y no como su ex pareja, que sólo se subía, se venía y se iba, que yo por el contrario, si aguantaba casi hasta el final). Dejó su auto deportivo en un estacionamiento (ella era lo suficientemente prudente como para saber que la ciudad era peligrosa para que un auto de esas características se estacionara en la calle ya que podía quedarse sin neumáticos, espejos y todo lo que pudiera robársele). Íbamos tomados del brazo hacia el restaurante que ella había elegido. Cruzamos la calle, la noche se percibía tranquila y los autos rodaban cada vez menos.  Mi novia Karla me iba platicando cosas que yo no escuchaba o escuchaba a medias. Al dar vuelta a la esquina mi pulso se detuvo, era casi como que un rayo cayera dos veces en un mismo sitio. Me encontré de frente con la antigua casa de estudiantes guerrilleros. Sus puertas estaban destartaladas, donde antes estaban las ventanas ahora eran cuencas lúgubres. La parte frontal donde estaba la puerta era ahora un espacio mucho más grande que el que habíamos hecho para sacar el cañón “el águila” y el cual yo había robado para ser el único conquistador del corazón de la comandanta Sofía. Todavía se podía apreciar parte de los sellos que las autoridades habían puesto hacía varios años cuando la aseguraron. En aquella época salieron más reportajes periodísticos e investigaciones judiciales, algunos maestros universitarios de diferentes facultades fueron apresados por considerárseles autores intelectuales de que sus alumnos aprendieran cosas malas, como era la crítica y la rebeldía, incluso uno de ellos, un anciano doctor en ciencias políticas tuvo, durante su juicio, la extraña osadía de defenderse culpándose: “Sí por enseñar a mis alumnos el amor por la libertad, la justicia y la democracia me consideran ustedes culpable, ¡sí soy culpable, señores, y no me arrepiento —exclamó en un alarde histórico mientras golpeaba con fuerza sobre los barrotes que tenía enfrente—, y lo volvería hacer... eso téngalo por seguro!” Oratoria que le quitó peso a los magistrados de impartir las sentencias, que señalaron en su dictamen: A confesión de parte, relevo de pruebas. El doctor fue condenado a pasar 5 años en la penitenciaría estatal, a pagar en efectivo al estado por daños a la moral, perversión de menores en contra de universitarios y fue echado fuera de la Universidad para evitar una posible reincidencia en el futuro. Los juicios de los estudiantes aprendices de guerrilleros fue mucho más simple, en vez de acusarlos de portación ilegal de textos marxistas, distribución anónima de propaganda revolucionaria, sedición y motín en contra del estado, los procesaron a cada uno como terroristas, asociación delictuosa y traficantes de drogas por su correspondiente bolsita de marihuana que les fueron decomisadas entre sus ropas cuando los revisaban en el trayecto a la delegación policiaca (algunos alegaron que se las habían sembrado los policías, pero ninguna comisión de derechos humanos nacional quiso hacerse cargo de sus casos ya que había entrado una nueva legislación judicial que exoneraba el maltrato gubernamental). Los sentenciaron a un promedio de 20 años por cabeza, y a las cabecillas a 50: Guarida de Narcos, apareció en algún encabezado de la prensa: “Estudiantes salvajes. Orgías siniestras. Inmoralidad a las puertas del Infierno.”, publicó la revista mensual de la arquidiócesis con pelos y señas de lo que pasaba en aquellas supuestas “reuniones sexuales pervertidas” para deleite de sus suscriptores, que en su mayoría eran clérigos castos y puros. ¿Qué te pasa, bebé?, me dijo mi novia Karla cuando vio mi reacción ante aquella panorámica de la casona estudiantil, ¿te sientes bien, bebé? Parece como si hubieras visto un muerto, mi amor, dijo mientras me sostenía del brazo para que yo no diera contra el suelo. Yo sólo pude articular una sola palabra como si todo lo que existiera en el mundo girara en torno a ella.

 

(Continuará la próxima semana)

 

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