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Tiempos de Nigromante
Arturo Rueda artrueda@diariocambio.com.mx artrueda@yahoo.com
02/06/2011
La UDLA dilapida su prestigio en respaldo de Alcalá
“En su larga y prestigiada historia, la Universidad de las Américas se distinguió siempre por ser una institución educativa de élite alejada de la grilla y los conflictos políticos. Un principio instaurado por la familia Jenkins que todos los rectores respetaron, incluido Pedro Ángel Palou, en los aciagos días del escándalo Cacho, cuando los cachorros marinistas estudiaban ahí. Por ello, resulta absurda la cena ex profeso que el rector Luis Ernesto Derbez organizó en apoyo a Blanca Alcalá comprometiendo el nombre de la universidad privada. O en otras palabras: no se entiende que un panista use la institución para la que trabaja en la defensa obsequiosa de una priista en contra de….un panista llamado Eduardo Rivera Pérez. Las coordenadas políticas saltaron por los aires ayer por la noche con la cena ofrecida a la primera presidenta municipal y que le dio un marco para defenderse del dictamen de Entrega-Recepción. Respaldado por la universidad más prestigiada de Puebla, su alma mater, Alcalá encontró el aplomo suficiente: se trata de una venganza política. ¿Por qué la UDLA se subió a la guerra? Yo francamente no lo entiendo.
La guerra franca entre la administración panista y Blanca Alcalá excede la lógica de la transición y se instaura en el marco de la batalla por el 2012. Para nadie es un secreto que la primera presidenta municipal, pese a ejercer un gobierno sin muchos éxitos, conservó un importante posicionamiento que hoy la tiene en la coyuntura de alcanzar el Senado. Sumado a sus buenas calificaciones, la exalcaldesa se unió a un grupo nacional del PRI gracias a su alianza con Jorge Estefan Chidiac. Alcalá cuenta con el apoyo de Emilio Gamboa, quien cedió la dirigencia nacional a Humberto Moreira a cambio de candidaturas, la CNOP y la Secretaría de Finanzas del CEN. En ese marco, la expresidenta municipal tiene posibilidades reales de llegar al Senado en competencia electoral, porque además Enrique Peña Nieto la tiene en su radar.
Pero a menudo la política, sobre todo en época electoral, es un juego de suma cero: lo que uno gana lo pierde el otro. La probable candidatura de Alcalá, fundada en su buen posicionamiento, le cierra la puerta, primero, a Guillermo Aréchiga, el norteado presidente de la Gran Comisión que le apuesta al empujón de su amiga Elba Esther Gordillo para reclamar la primera nominación al Senado de la alianza PRI-Panal en las elecciones federales del 2012. Luego, también cierra la puerta a varios priistas de mediocre posicionamiento como Javier López Zavala, Fernando Morales Martínez y Alejandro Armenta Mier. En esa línea, el tándem ideal de la fórmula tricolor sería Enrique Doger-Blanca Alcalá, y ya sería problema de ellos pelearse el número uno de la fórmula.
Pero también es necesario analizar a los rivales. Se sabe, y lo escribimos hace tiempo, que el favorito del gobernador Moreno Valle para encabezar la fórmula del PAN al Senado es Javier Lozano Alarcón, quien no pierde oportunidad para hacerle la barba al gobernador poblano cada vez que visita la entidad. ¿Puede competir una figura como el secretario del Trabajo, poblano intermitente cada vez que le conviene, con una figura posicionada como Alcalá? Yo creo que no. Los miembros complementarios de la fórmula, Myriam Arabian o Pablo Rodríguez Regordosa, no reúnen juntos ni el 10 por ciento de conocimiento que tiene Alcalá.
Es en contexto del 2012 que debe atenderse la ofensiva contra la priista. Burda, por supuesto, ya que primero quisieron adjudicarle irregularidades por 2 mil millones de pesos, pero tras las evidencias de errores aritméticos publicados por CAMBIO, tuvieron que recular y reducir a 700 millones que serán defendidos por los exfuncionarios en sus comparecencias ante la Contraloría.
Y de pronto, sin que nadie lo llamara, se aparece Luis Ernesto Derbez, quien de golpe y plumazo olvidó todas las artes diplomáticas que aprendió en la cancillería, y se olvidó de la historia apolítica de la UDLA. ¿Qué le debe el rector a Alcalá como para poner en riesgo el prestigio de su universidad? ¿Algún favor a la familia Jenkins, que de un día para otro decidió empeñar el prestigio de la quinta universidad más importante del país, según varios ranking? ¿Todo en defensa de una exalumna de Relaciones Internacionales? No me lo creo.
La irresponsable ofensiva de Derbez debe ubicarse en la convulsa lucha por el poder que se vive en Acción Nacional de cara al 2012. Con un presidente Calderón disminuido que se juega su resto tratando de imponer a su delfín Ernesto Cordero, los clanes se enfrentan en una guerra civil. Derbez es panista-foxista, mientras que Rivera Pérez es panista-yunquista.
Ver para creer: la cruenta guerra por el 2012 amenazaba ya en cobrar prestigios y honras. Pero nadie imaginó nunca que la Universidad de las Américas pagaría la cuenta de defender a la priista Alcalá.
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