Tiempos de Nigromante
Arturo Rueda
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09/11/2011
Flor Imperial: 5 tras el Senado en el PRI
La caballada tricolor rumbo al Senado luce gorda y resplandeciente frente a la raquítica escuadra albiazul. El PRI tiene cinco aspirantes de gran nivel. A los mejor posicionados en las encuestas —Enrique Doger, Blanca Alcalá y Javier López Zavala— se suman Enrique Agüera y Guillermo Aréchiga, quien rinde hoy su primer informe de labores para presumir una conducción correcta de la Gran Comisión en la Legislatura de la Transición. El rector de la BUAP, recuperado políticamente tras un difícil 2010, puede tener un grandioso 2012 si consolida el interés que ha levantado en los círculos nacionales del tricolor. Fernando Morales Martínez aspira a ocupar el sitio que su papá dejará en la Cámara Alta, y aunque no tiene un gran posicionamiento sí tiene mucho dinero y padrinazgo de Manlio Fabio Beltrones. Lo comparte con Juan Carlos Natale, quien se sueña también ingresando al Senado por la vía de la coalición con el Verde. Ninguno de los suspirantes, sin embargo, tiene la llave del futuro en sus manos porque el único que palomeará la lista de candidatos es Enrique Peña Nieto.
Hasta ahora es un misterio lo que quiere Peña Nieto de Puebla y cómo ve a los suspirantes locales. El abandono a la entidad por parte del CEN tricolor es más que evidente: en sus ocho meses como dirigente nacional Humberto Moreira no tuvo interés en hacer una gira por la entidad. No lo hizo cuando estaba en su mejor momento, y ahora que se acerca a la cárcel tampoco lo hará. La designación de Aguilar Padilla como delegado regional fue más bien una mala broma. El delegado Don Nadie llegado de Veracruz no tiene peso ni interlocución. Y el único operador de peso hizo una visita fast track fue Ricardo Aguilar, uno de los ojos y oídos más confiables para el exgobernador mexiquense.
Peña Nieto sabe que tiene juego libre en Puebla ya que no debe ceder ni negociar candidaturas con un virrey local porque el PRI no tiene el gobierno estatal. En cualquier caso, Moreno Valle podrá vetar a algún suspirante, pero tampoco tendrá la influencia suficiente para designar. Si el Gel Boy tiene juego libre tres lógicas dominarán la designación de candidatos al Senado: las coaliciones posibles con aliados eventuales como el Panal y el Verde. Dos, el posicionamiento en las encuestas. Y tres, la teoría de la resbaladilla: serán candidatos aquellos que tengan menos susceptibilidades al ataque del escándalo mediático. Las tres se traslapan y pueden producir sorpresas.
Las encuestas señalan claramente a los cuatro mejor posicionados: Alcalá, Doger, Agüera y Zavala. La alcaldesa, sin embargo, tiene un clóset lleno de cadáveres que la acompañará a lo largo del 2012 puesto que su última cuenta pública no ha sido, ni será aprobada en un corto plazo. Si los rumores palaciegos son ciertos, Hernández Quintana dejó preparado un pliego de cargos por alrededor de 500 millones de pesos que el próximo auditor se encargará de aplicar. Su presencia en la boletas sería inviable si al mismo tiempo debe defender sus actos administrativos y su nombre por acusaciones de corrupción en las que se vio beneficiada su familia. La teoría de la resbaladilla la inhabilita completamente.
De acuerdo con esta lógica la lista se reduce a Agüera, Doger y Zavala. El candidato fallido a la gubernatura ha recompuesto su figura en las últimas semanas gracias a que tiende a controlar su ánimo protagonista. Además, gracias a su divorcio con Marín, se ha convertido en un interlocutor válido del PRI estatal con el morenovallismo y muchos de las negociaciones en las que influyó no han trascendido a la esfera pública. Pesa sobre él una gran cantidad de negativos en las encuestas todavía, pero a cambio goza de picaporte con el gobernador Moreno Valle, quien en bajo y alto dejó claro que no tiene problemas con quien fuera su rival por Casa Puebla. ¿Qué quiere Enrique Peña Nieto de Zavala? Nadie lo sabe con certeza. Pero de que recompuso su escenario, lo hizo.
Enrique Agüera tiene un escenario de ensueño porque logró ganarse la confianza del gobernador Moreno Valle. A su vez enfrenta dos retos. En caso de aceptar una candidatura deberá organizar con suma velocidad su sucesión al interior del BUAP. Para nadie es un secreto que su delfín es el tesorero Alfonso Esparza, quien en las últimas semanas acompaña al rector a un evento y otro también tratando de mimetizarse. Hasta la corbata abandonó tratado de clonar el look del rector. Sin embargo habría que preguntarse si a los universitarios no les parecería más interesante un perfil más juvenil como el de Jorge David Cortés, un académico serio que ha publicado, con doctorado y acertado responsable del CISO. Un perfil más interesante incluso para el morenovallismo.
Si las coordenadas políticas no cambian, el único que tendría su lugar asegurado en la fórmula sería Enrique Doger: el exalcalde mantiene altos niveles de popularidad y en los últimos meses se ha dedicado a restañar su relación con el priismo más tradicional. Y quizá su activo más importante sea la ausencia de cadáveres en su clóset.
Por último, el profe Aréchiga empieza a cosechar una prudente conducción de la Gran Comisión en la complicada Legislatura de la Transición. Lejos del vedetismo de algunos de sus compañeros diputados, Aréchiga ha sido un operador eficiente y confiable tanto para Moreno Valle como para Fernando Manzanilla. Sus grandes activos son una carrera política seria y la amistad con Elba Esther Gordillo. Ya veremos qué nos dice en su Informe de Labores. Habrá que estar pendientes de las señales políticas.
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