Tiempos de Nigromante


Arturo Rueda
@Nigromanterueda
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10/08/2012


El alcalde más despreciado de la historia


Panista de cepa, el alcalde Eduardo Rivera es el ejemplo perfecto de cómo la identificación plena con un partido político no es garantía de interlocución con la mayoría de los actores de la vida política estatal y nacional. Exaltado a menudo por los militantes de su partido, porque él sí tiene la camiseta puesta del albiazul, a diferencia de Moreno Valle, tal virtud se vuelve defecto a la hora de negociar recursos con todos los partidos. El alcalde de la capital quiso reunirse con los diputados federales electos para tratar con ellos sus solicitudes para el Presupuesto de Egresos, de la misma forma que lo hizo el gobernador un día después de que recibieron sus constancias de mayoría. Pero a diferencia del sí inmediato al encuentro en Casa Puebla, al alcalde lo mandaron al diablo, y salvo dos extraviados —Víctor Díaz Palacios y Soraya Córdova—, nadie confirmó su presencia en el Palacio Municipal.


Algo de lógica tiene que los diputados electos hayan desairado a Rivera Pérez. De la fracción de 20 legisladores federales que habrá en San Lázaro a partir de septiembre, 14 de ellos son priistas. Y dos de ellos —Enrique Doger y Javier López Zavala— buscan ser los sucesores del alcalde poblano. ¿Por qué razón tendrían que reunirse con él y darle su apoyo para conseguir recursos? En el caso de Doger, por ejemplo, tiene perfectamente documentada la actuación del Ayuntamiento poblano para hacer ganar a Enrique Guevara Montiel en el distrito VI. ¿Bajo qué argumento el exrector podría perdonar el agravio?


Lo peor no es que los diputados federales electos del PRI hayan ignorado olímpicamente al alcalde de Puebla. Lo grave es que los cinco diputados de Acción Nacional también lo hayan hecho, incluido quien algún tiempo fungió como su chofer, Rafael Micalco. Ni él, ni Lorenzini, Blanca Jiménez, Marisa Ortiz —quien colaboró en su gobierno— o Néstor Gordillo tuvieron ánimos o interés de escuchar el rollo de un presidente municipal que solamente juega para el PAN más duro. Y que tiro por viaje, le juega las contras a su verdadero patrocinador y quien lo ayudó a ganar, Rafael Moreno Valle.


Los diputados federales electos del PRI por lo menos tienen el pretexto de que deben asistir al informe de Juan Carlos Lastiri en Zacatlán, hasta donde irán a respaldar al secretario de Gestión Social del CEN priista. ¿Y los del PAN? Pues no se sabe, a menos que Rivera Pérez se haya vuelto tan indeseable como Ricardo Henaine. Y que su rostro en una fotografía sea garantía de sufrir el beso del diablo.


Por ello es que en los nuevos tiempos de la política, los ciudadanos valen más que los partidos políticos. Y las coaliciones electorales también. La clave es privilegiar la interlocución con todos los actores y evitar la mezquindad de la partidocracia. El pluralismo a la Moreno Valle es lo de hoy. Por ello es que todos atienden su llamado a Casa Puebla, incluidos los que no simpatizan abiertamente con él, como Blanca Alcalá. Nadie se niega a sentarse ni a negociar porque los juegos que plantea son de gana-gana para ambas partes.


Por ello es que también se privilegia el perfil de un candidato ciudadanizado, o por lo menos sin fuertes ligas partidarias, para definir la alcaldía de Puebla capital el próximo año, y quizá ésa sea la característica principal de los 4 Fantásticos: como no tienen compromisos exclusivos con nadie, son personajes idóneos para encabezar una alianza multipartidista. Y es que ni al PRD, ni al Movimiento Ciudadano, Nueva Alianza o Compromiso por Puebla les interesaría respaldar a personajes del corte de Ana Teresa Aranda, Juan Carlos Espina o Paco Fraile, todo ellos “panistas de cepa”.


No se trata, por supuesto, de regresar al ideal de la “ciudadanización” de la política. Se trata de insertar a políticos profesionales como cuadros gubernamentales que puedan pasar el filtro de varios partidos al mismo tiempo. Y no personajes al estilo de Eduardo Rivera, con la camiseta de su partido bien puesta, pero que es despreciado una y otra vez para conseguir los dineros que necesita el próximo año. Lástima Lalo, será en otra ocasión.


*** La mala leche de Ricardo Henaine. El joven empresario José Chedraui Budib, así como el talentoso Héctor Sulaiman Safi, se comunicaron con este redactor para desmentir en los términos más amplios su participación en el Grupo de los Henainistas que busca hacerle la vida imposible al gobernador. Ambos afirman que su presencia en el palco de la directiva no fue a invitación de Ricardo Henaine, sino a que ambos tienen por costumbre asistir a ese lugar desde hace varios años, incluso cuando el polémico empresario no se hacía del Puebla FC.


La mala interpretación se debe a que al verlos ahí, Henaine se acercó a platicar con ellos, y tras cruzar dos palabras, les solicitó se tomaran una foto de “camaradería” que después fue subida al Twitter como una forma de demostrar que el empresario todavía tiene alianzas con grupos poderosos. Pero que no es así, por lo menos con ellos.

 

Quedan servidos.

 

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