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Tiempos de Nigromante
Arturo Rueda artrueda@diariocambio.com.mx artrueda@yahoo.com
14/01/2011
Marín engordó a los cuervos que hoy lo devoran
Alguna vez Melquiades Morales lo denominó “Feria de las Deslealtades”: en las vísperas del fin del sexenio, cuando el otoño se ha trocado en invierno gélido, aquéllos que vivieron de la genuflexión y las alabanzas, de las prebendas y los contratos, buscan congraciarse con el nuevo amo mordiendo la mano que les dio de comer. No escatiman adjetivos. Las anteriores loas y el reconocimiento a su legado histórico se vuelven diatribas y escupitajos. Así, en un instante, se pasa del Prohombre Que Nos Envió la Providencia a un simple Tirano. Del Gobernante Glorioso al Imbécil. Valgan estas reflexiones acerca del vía crucis que vive Mario Marín en sus últimos 15 días en la gubernatura. Ayer por la noche, con motivo del Sexto y último Informe que Valentín Meneses presentó por escrito al Congreso local, Televisa Puebla presentó un hipercrítico resumen sobre la gestión de Marín. Tanto, tanto, que incluso transmitieron los audios del escándalo Cacho; las conversaciones con Jessica Zamitis, las obras inconclusas. ¡Qué Valienteeeeees! Ahora que se va, le dicen de todo. ¿Por qué no mostraron tal valentía en las horas críticas del 2006? ¿Por qué en el 2007 no fueron tan críticos ante la investigación de la Suprema Corte? ¿Por qué en 2008 y 2009 callaron ante el sinsentido de las megaobras que ya pintaban para elefantes blancos? ¿Por qué en 2010 nunca denunciaron el aparato público que se volcó a favor del PRI y Javier López Zavala? Es la verdad: a 15 días del final es muy fácil pegarle a Marín.
Televisa Puebla no es el único partícipe de la Feria de las Deslealtades. Algunos columnistas que se tiraban a los pies de Marín y lamían sus suelas, así como el cemento que pisaba, ahora no hay día que no lo critiquen en los términos más duros. Son los mismos que en las horas críticas del 2006 se convirtieron en una guardia pretoriana del gobernador. El Cuarto Sector que salió a marchar en la defensa del honor contra los periodistas nacionales. Los que gritaron consignas contra Lydia Cacho, Loret de Mola, López Dóriga, Televisa y La Jornada. Los que enseñaron los dientes contra cualquier intento de intromisión a Puebla y un eventual juicio político. Los que crucificaron a los ministros cuando decidieron investigar el caso, mientras negociaban un aumento a su convenio o más prebendas para seguir defendiendo al gobernador.
Es una justicia poética: Marín crió cuervos que hoy le devoran los ojos. Los alimentó pacientemente y los engordó. Les dio convenios, impresiones, obra pública, plazas para sus familiares. Los recibía de cuando en cuando en Casa Puebla, o en alguno de los ranchos de sus favoritos. Compartían el pan, la sal y el vino. Grandes cantidades de vino. Y todos, en coro, lanzaban proclamas. ¡Es que eres muy cabrón gobernador! ¡Le neta te la pelaron gobernador! ¡Pinche gobernador, yo quiero ser así de chingón como tú! Y tras el elogio, un nuevo cheque. Otra obra. Más apoyos. Eran los días de vino y rosas.
Zalameros de todas clases y niveles. Hoy, a unos minutos del final, las ocho columnas del periódico que envuelve a Rostros son hipercríticas. Pero qué tal cuando negociaron el convenio más alto del gobierno del estado y decidieron ocultar toda la información del caso Cacho. La colusión entre periodistas, dueños de medios y la clase marinista se tradujo en un envilecimiento inédito de la prensa poblana.
Y sé que es pedantería, pero no puedo dejar de festejarlo, porque los modernos cuervos que hoy dejan sin ojos a Marín fueron los que se regodearon con la persecución a CAMBIO por tocar todos los temas que ellos ocultaban convenientemente. Los que aprobaron silenciosamente el ataque perpetrado contra La Quintacolumna Radio. Los que reían y profetizaban el final de este periódico cuando el gobierno estatal canceló el convenio de publicidad. Los que se negaron a repercutir la información de los excesos de Javier García Ramírez porque todos tenían obra. Los que prepararon la ejecución civil de Mario Alberto Mejía a través de Prensa Negra. Los que dijeron que no íbamos a sobrevivir al marinismo.
Pues sobrevivimos y ahora presenciamos un espectáculo dantesco: vemos a Marín-Prometeo mientras las aves de mal agüero devoran sus entrañas. A la Feria de las Deslealtades, al vía crucis, le quedan 15 días todavía. A Televisa Puebla, el envoltorio de Rostros y los columnistas reseñados se sumarán más medios. Y tendrán sus propias justificaciones. Es que yo siempre lo odie, pero no podía decir nada. Es que supe que era lo peor para Puebla, pero nos estaba yendo bien. Es que la verdad fue un pendejo. Y abundarán los adjetivos y los epítetos.
Bienvenidos, pues, al matadero. Si el periodismo es un oficio vindicante, quienes auténticamente sufrimos la persecución y no presumimos de mártires de oportunidad, vemos con asombro hasta dónde pueden llegar algunos periodistas por quedar bien con el nuevo amo. Les tengo noticias: Moreno Valle ve con atención a estos cuervos y sabe que en seis años igual le sacarán los ojos. Es su naturaleza. Así que hable quien nunca, por cobardía, se atrevió a señalar los excesos del marinismo. Nosotros lo hicimos en su momento de mayor poder y pagamos las consecuencias. Pegamos y nos pegaron. Estamos en paz. Bienvenidos al espectáculo. ¡Salud, mis valientes periodistas!
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