Tiempos de Nigromante


Arturo Rueda
@Nigromanterueda
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artrueda@yahoo.com


16/11/2012


Nadie quiere la medalla de bronce: el Grandísimo Perdedor


En una carrera de tres, inevitablemente, hay medalla de oro, de plata y de bronce. Un ganador y dos perdedores. Y de ésos, uno más perdedor que el otro. El que queda en último lugar. Ninguno de los Fantásticos quiere ese deshonroso lugar. Y por ello, lo que comenzó siendo una carrera cordial entre Fernando Manzanilla, Jorge Aguilar Chedraui y Antonio Gali —Amy Camacho nunca compitió— en las últimas semanas se ha convertido en una lucha fratricida que puede tener consecuencias profundas en el morenovallismo.


Golpes bajos, acusaciones mutuas, desconfianzas y grillas privan entre ellos. Chismes que terminan en manos de un árbitro nada suavecito como es el gobernador Moreno Valle, quien constantemente se ve obligado a sacar tarjetas sin poder frenar el golpeteo interno. La plaza, puesta, está que arde aunque en la superficie todo luzca tranquilo.


Serán las encuestas quienes dictarán sentencia sobre el posicionamiento de los tres Fantásticos. El sondeo de Mas Data publicado martes y miércoles por CAMBIO movió las aguas porque estableció un ranking que se pretende poner en duda. Por supuesto que hay más encuestas en poder de Casa Puebla de las que desconocemos el resultado y el ranking, pero más tarde que temprano sabremos porque ganador sólo será uno.


Salvo La Jornada de Oriente, el resto de los medios de comunicación no ha invertido de momento en obtener una fotografía del posicionamiento. Así que en la opacidad, los resultados de Pepe Zenteno establecen que hoy por hoy, el aspirante más conocido es Jorge Aguilar Chedraui y el de mayor potencial es Antonio Gali. Por ello titulamos “Gali y Aguilar Chedraui encabezan la carrera”.


La carrera entre los fantásticos ha dejado de ser tersa hace tiempo. Las pasiones de la política suelen ser incontrolables y, por naturaleza, el ego de los políticos suele ser desmedido. Por ello, ni Gali, ni Manzanilla ni Aguilar quieren perder. Su “prestigio” va en juego, dicen. Y si en un principio el objetivo era crecer su conocimiento y potencial electoral con base a las reglas que les puso el gobernador, con el trascurso de las semanas las cosas se empezaron a descomponer y hay quien hoy habla de abierto “juego sucio” de las partes.


La carrera de los Fantásticos ha provocado todo tipo de mitos y leyendas urbanas reproducidas por columnistas como Alejandro Mondragón y Ricardo Morales: la más recurrente es el distanciamiento entre Fernando Manzanilla y el gobernador que incluso derivaría en su expulsión de la carrera y hasta su inminente salida del gobierno estatal. La hipótesis, hasta el momento, es irreal. En el seguimiento mediático realizado por Mondragón se ve claro que su exposición mediática no ha disminuido.


En los símbolos de la política, sin embargo, Manzanilla fue perdiendo presencia pese a ser el favorito original. Los búfalos, simplemente, se fueron a otro lugar junto con los operadores electorales. Rumores han ido y venido sobre su ausencia de la carrera, rumores que son contradichos por la realidad: Manzanilla continúa con su promoción. Ayer mismo realizó un desayuno con 600 mujeres en el Complejo Cultural Universitario en una reunión calificada de “privada”.


Por ello algunos afirman que el supuesto distanciamiento entre Manzanilla y el gobernador Moreno Valle es un gran montaje, una cortina de humo para legitimar su unción al interior del PAN y a la luz de los partidos que integrarán la megacoalición. Un engaño con la verdad: Manzanilla siempre estuvo destinado a ganar la carrera porque su nexo es demasiado fuerte para ser roto de esta forma.


La carrera de los Fantásticos se ha convertido en un desgaste no previsto para el morenovallismo: en lugar de que todo el aparato mediático, operadores electorales y empresarios se dediquen a fortalecer un solo proyecto, los apoyos se diluyen en tres. E inevitablemente hay golpes bajos entre ellos. Simplemente empezando por el hecho de que las áreas de espionaje están bajo el control de uno de los corredores. ¿Remember Manuel Bartlett?


¿Conviene continuar esta dinámica destructiva y generadora de resentimientos? ¿Si las encuestas ya dieron un claro favorito, por qué insistir, si el árbitro conoce el temperamento de sus corredores y saben que nada los lastima como el sentimiento de derrota? ¿No es la hora de alzar el brazo a alguno, o por lo menos sacar definitivamente a quien luce retrasado? ¿Quién regenerará los lazos rotos, las amistades perdidas y los resentimientos generados por la carrera?


El viejo mecanismo del dedazo presidencial para designar sucesor tenía una regla no escrita: los aspirantes no debían ser menos de dos y no más de tres. Un delfín único era sometido a la masacre del resto de aspirantes y era probable que no llegara vivo al final. Más de tres diluirían el crecimiento de los aspirantes y entre ellos mismos se estorbarían. Tres, dice Carlos Salinas, es el número perfecto: pueden repartirse los golpes bajos con comodidad y, si uno de ellos queda resentido, el otro puede alzarle el brazo al ganador.

 

Sin diseñarlo de esa manera, la carrera de los 4 Fantásticos diseñada por Moreno Valle terminó siendo de tres. Pero lo que comenzó como competencia sana entre Fernando Manzanilla, Antonio Gali y Jorge Aguilar Chedraui, en recta final amenaza con descomponerse. Juego de manos es de villanos. Y el que se ríe, se lleva.

 

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